Pedro Valverde, Carlos Trapero, Antonio Trapero, Luis Roca.
Departamento de Agronomía. ETSIAM. Universidad de Córdoba.
El objetivo del presente trabajo ha sido la caracterización de la resistencia al repilo tanto en variedades utilizadas en plantaciones tradicionales e intensivas, como algunas de las variedades utilizadas en plantaciones en seto, junto a tres variedades desarrolladas en programas de mejora genética de olivo en la Universidad de Córdoba (Sultana, Sikitita y Sikitita 2).
El objetivo del presente trabajo ha sido la caracterización de la resistencia al repilo tanto en variedades utilizadas en plantaciones tradicionales e intensivas, como algunas de las variedades utilizadas en plantaciones en seto, junto a tres variedades desarrolladas en programas de mejora genética de olivo en la Universidad de Córdoba (Sultana, Sikitita y Sikitita 2).
El repilo, causado por el hongo Venturia oleaginea, también conocido por otros sinónimos como Cycloconium oleagineum, Spilocaea oleagina o Fusicladium oleagineum, es actualmente la enfermedad más extendida y común en el olivar. Su principal consecuencia es la caída prematura de las hojas afectadas, lo que puede llevar a defoliaciones importantes que se traducen con frecuencia en reducciones significativas de la producción. El síntoma más visible es la aparición de manchas circulares en el haz de las hojas. Estas lesiones, que pueden variar desde 1-2 mm hasta más de 10 mm, presentan tonalidades que van del marrón al negro oscuro, a menudo rodeadas de un halo amarillo característico. El color oscuro de la lesión se debe a la esporulación activa del hongo que se produce en los periodos favorables para la infección (Trapero et al., 2017; Viruega et al., 2011).