Plagas del pistachero en el centro y sur peninsular

En el presente artículo se hace una revisión de las plagas más importantes del pistachero observadas hasta el momento en la zona centro y sur de España y se dan algunas pautas sobre su manejo y métodos de control, dejando para una segunda parte las que presentan una menor incidencia, aunque en determinadas situaciones puedan ocasionar daños significativos.

Plagas del pistachero en el centro y sur peninsular

M.J. Cabello, M. Vicente, E. Martínez, S. Armadoro, y J.F. Couceiro. Centro de Investigación Agroambiental El Chaparrillo (CIAG) (IRIAF). Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Se estima que la superficie actual del cultivo del pistacho en Espa­ña supera las 30.000 ha, con un nivel de implantación en los últi­mos tres años superior a las 5.000 ha/año, y una producción cercana a las 2.000 toneladas, a pesar de la juventud de las plantaciones. Por regiones, desta­ca Castilla-La Mancha, con más de 22.000 ha, seguida de Andalucía que al­canza las 4.000 ha.

Estas cifras confir­man la consolidación de este cultivo y le han situado como una alternativa a otros cultivos tradicionales de la zona. Su cre­cien­te expansión se debe principalmente a su buena rentabilidad a medio y largo plazo y a las condiciones agroclimáticas para su cultivo de la mitad sur peninsular, que garantizan su buen desarrollo y que permiten mantener una producción de alta calidad a lo largo del tiempo.

Es co­no­cido que los mercados, en especial el de la UE, son cada vez más exigentes en cuanto a la calidad, y el pistacho español se está posicionando como un fruto de alta calidad frente al americano, de me­nor calidad or­ga­no­lép­ti­ca, y al procedente de Irán, donde el nú­mero de alertas sa­nitarias por afla­toxi­nas es frecuente (Cou­ceiro et al., 2018).

El hecho de que el pistachero sea una especie de reciente introducción en la Pe­nínsula Ibérica ha contribuido a que el nú­mero de plagas detectadas hasta el mo­mento sea significativamente menor que las que inciden en otros países productores (Couceiro et al., 2017). Esto supone que sea un cultivo fácil de gestionar bajo la normativa de producción ecológica.

Se­gún datos oficiales de 2018, alrededor del 35% del total de la superficie plantada en Castilla-La Mancha se mantiene bajo este sistema de producción. Sin embargo, es previsible que, con el paso del tiem­po y el aumento de las zonas productoras, los problemas se acentúen o aparezcan nuevas plagas que amenacen este cultivo; además, es evidente que el cambio climático está modificando su distribución y alcance y la manera de hacerles frente.

En los grandes países productores, como son Estados Unidos e Irán, el control de plagas se basa principalmente en el uso de pesticidas (Bentley et al., 2014; Van Steenwyk et al., 2018); en España, en cambio, la lista de materias activas autorizadas para este cultivo es muy reducida (MAPA, 2019). Por otra parte, al ser un cultivo con pocos años de implantación, todavía no se dispone de suficiente información sobre estimaciones de riesgo, umbrales de intervención y métodos de control de las diferentes plagas.

Por todo ello, es necesario ampliar conocimientos, mediante la investigación, para hacer fren­te a los previsibles problemas de sa­nidad que pueden incrementarse como consecuencia del cambio climático o ante la irrupción de nuevos agentes patógenos, y desarrollar nuevos métodos y es­tra­tegias de control sostenibles, que permitan reducir los daños y que sean respetuosas con los organismos beneficiosos presentes en los agroecosistemas.

Nor­malmente, los insectos hemípteros que se alimentan de savia de la planta, como chinches, psílidos, cochinillas y saltadores de hojas, se consideran los principales agentes perjudiciales del pistache­ro en todo el mundo. Distintas especies de lepidópteros y coleópteros también atacan los racimos de frutos, brotes, ramas, tallos, troncos y raíces de los ár­boles, y se encuentran en regiones de Oriente Medio, Estados Unidos y del Me­diterráneo (Mehrnejad, 2014; Ghrissi et al., 2018).

Los hemípteros, tanto en la eta­pa de ninfa como en la adulta, y larvas de determinadas especies de lepidópteros causan una pérdida de rendimiento di­recta, mientras que los grupos que perforan hojas y madera debilitan el árbol y, por tanto, reducen los rendimientos de ma­nera indirecta. Especies de himenópteros y ácaros fitófagos también están pre­sentes en todas las áreas productoras.

A continuación se describen las cuatro principales plagas (Couceiro et al., 2017) que afectan al cultivo en la mitad sur pe­ninsular: el coleóptero Labidostomis lusitanica G., los hemípteros Nezara viridula L. y Agonoscena pistaciae B&L. y el le­pidóptero Plodia interpunctella H. que pro­duce daños en los frutos almacenados.

 

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