Aspectos claves del manejo en las primeras edades

A lo largo de los últimos años, se ha investigado mucho sobre la importancia de la fase lactante en la ternera y su repercusión a largo plazo en la vida productiva del animal. A pesar de la controversia generada, parece demostrado que, tanto el calostro como el ritmo de crecimiento en las primeras semanas de vida, tiene repercusión sobre la producción lechera futura (Van Amburgh 2012, Faber 2005).

Aspectos claves del manejo en las primeras edades

Carlos Carbonell. Técnico Veterinario de Vacuno de Leche de MSD Animal Health.

A lo largo de los últimos años, se ha investigado mucho sobre la importancia de la fase lactante en la ternera y su repercusión a largo plazo en la vida productiva del animal. A pesar de la controversia generada, parece demostrado que, tanto el calostro como el ritmo de crecimiento en las primeras semanas de vida, tiene repercusión sobre la producción lechera futura (Van Amburgh 2012, Faber 2005).

A día de hoy, en muchas explotaciones lecheras se considera un éxito que las terneras no enfermen, cuando en realidad el objetivo a la hora de criar terneras debería ser conseguir animales adultos que puedan desarrollar todo su potencial productivo y para ello, es indispensable que crezcan sanas.

El manejo de la recría no es un proceso complicado, sino todo lo contrario, una de las claves es que sea sencillo. Sin embargo, si no se es constante, metódico y ordenado en el trabajo y tampoco se le dedica el tiempo necesario, es difícil conseguir un buen resultado.

En el presente artículo, se van a presentar los puntos críticos en el manejo de las terneras lactantes, como consecuencia del análisis de los datos recopilados en 32 auditorías de recría, realizadas junto con los  técnicos de las ganaderías, que se han llevado a cabo entre 2016 y parte de 2017 en explotaciones lecheras de la Cornisa Cantábrica.

La auditoría está dividida en cinco bloques, en los que sólo destacaremos los apartados que nos parece que tienen más repercusión para los animales y mayor margen de mejora: Paridera, manejo del calostro, alojamiento, alimentación y patología y profilaxis vacunal.

Paridera

En determinadas ocasiones, el comienzo de la vida de una ternera no es nada fácil. De hecho, nada más nacer, el primer contacto del neonato es con el suelo del pasillo del corral de las secas o en una paridera de paja que a veces presenta un mal mantenimiento. Tanto en un caso como en el otro, la superficie donde nace se encuentra sucia y fría.

Esta situación provoca que la ternera tenga problemas de termorregulación, al ser bastantes sensibles al frío y además, facilita mucho la colonización del intestino por parte de bacterias como E. Coli que, como el sistema inmune del ternero recién nacido es inmaduro, es incapaz de protegerlo y le provoca diarrea en los primeros días de vida (McGuirk 2008).

En las explotaciones que disponen de una sala de partos o de un corral de preparto, la solución es establecer un protocolo de limpieza y mantenimiento. La opción del corral de vacas secas es de difícil arreglo, a corto plazo.

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