El sector de bebidas alcohólicas reclama el mantenimiento fiscal actual

El sector de bebidas con contenido alcohólico ha reclamado esta mañana de forma conjunta -en un acto sin precedentes en el que han participado representantes de toda la cadena de valor (sector agrícola, industrial, distribución comercial y canal Horeca)- el mantenimiento de la fiscalidad en los términos actuales, con el objetivo de seguir aportando al crecimiento de la economía española y su competitividad, a la generación de empleo y a la contribución retributiva a la hacienda pública.

El sector de bebidas alcohólicas reclama el mantenimiento fiscal actual

La defensa del mantenimiento de los niveles de fiscalidad actual se apoya en el análisis del informe “El sector de bebidas con contenido alcohólico y su relevancia en la economía española”, elaborado por AFI (Analistas Financieros Internacionales) para Cerveceros de España, la Federación Española del Vino (FEV) y FEBE (Federación Española de Bebidas Espirituosas) y suscrito por más de una veintena de asociaciones representantes de la cadena de valor, en el que se detallan y cuantifican los efectos del mantenimiento de la política fiscal actual en el sector, en términos de contribución a la economía, la generación de empleo y la recaudación fiscal, así como el impacto de un hipotético incremento de la fiscalidad en estos ámbitos.

En un escenario de mantenimiento de la política fiscal y con las previsiones* de crecimiento actuales, tomando como base 2014 -2017: La actividad económica (VAB, Valor Añadido Bruto) se incrementaría en 3.448 M€ (representaría un incremento del 8,6% sobre la contribución actual del sector al PIB); podrían generarse 64.061 empleos en toda la cadena de valor, y la contribución fiscal de la cadena de valor del sector aumentaría en 1.718 M€.

“La subida fiscal incide o bien en los márgenes empresariales, lo que induce a cesar actividades o reducir inversiones, con la consiguiente pérdida de VAB y empleo; o bien se traslada a los precios finales de los consumidores, que si no reducen su consumo cambian el canal (consumo hogar vs hostelería, que genera más recaudación) y adquieren productos de menor precio o categoría, en detrimento de aquellos de mayor valor añadido o precio, que son los que mayor retorno fiscal generan”, explica el informe.

Asimismo, potenciales incrementos del tipo del IVA podrían afectar a aquellos segmentos sociales de menor renta (efecto regresivo en la distribución de la renta) y al turismo, atendiendo a la sensibilidad del precio en el consumo.

“El efecto combinado de la sustitución del canal y del patrón de consumo se traduce en una reducción en el valor añadido de la actividad, que lleva aparejada una menor necesidad de trabajadores y una menor recaudación asociada -en la medida en que la base de aplicación del IVA se ve reducida- sin que por ello se vea particularmente afectado el consumo global”, apunta el informe.

En las situaciones en que la industria no pueda repercutir el Impuesto Especial sobre la distribución, este se traslada al precio pagado por las materias primas, con la consiguiente insostenibilidad de las explotaciones agrícolas -con márgenes muy ajustados- y la desincentivación de la actividad.

Por el contrario, si se internaliza el impuesto por parte de la industria, se produce un menor margen empresarial, que reduce las expectativas de beneficios y merma la capacidad de inversión.

Un aumento de las figuras impositivas del sector (el informe establece como hipótesis un incremento del 10% del impuesto especial y un IVA del 21% en la Hostelería, frente al 10% actual) generaría un efecto cascada sobre el conjunto de la cadena de valor que provocaría en el primer año: una disminución de la actividad económica (VAB) de 3.660 M€, equivalente al 9,2% de la contribución total del sector; una pérdida de 52.734 puestos de trabajo en el conjunto de la cadena de valor (un 7,1% del total de puestos del trabajo actuales), y una pérdida fiscal neta para las arcas públicas de 46 M€.

“De esta forma, el efecto perseguido por la política fiscal de aumento de la recaudación por impuestos especiales e IVA a las bebidas de contenido alcohólico se vería más que contrarrestado por la pérdida de contribución fiscal asociada a la caída general de la actividad en el resto de figuras tributarias (IRPF, IVA, Impuesto de Sociedades y Cotizaciones Sociales), tanto en la cadena de valor del producto (efectos directos e indirectos) como en el conjunto de la economía (efectos inducidos)”.

El balance entre ambos escenarios, en base a las hipótesis establecidas, muestra que el mantenimiento de la fiscalidad actual generaría una contribución de 3.977 M€ más al PIB (0,4% del total), 73.879 empleos y 709 M€ adicionales de recaudación fiscal para el período 2014-2017.

“El análisis comparativo de escenarios muestra que la mejor estrategia para maximizar la actividad económica y la recaudación fiscal del sector de bebidas con contenido alcohólico es mantener el statu quo fiscal actual”, defiende el informe.

El sector recuerda que existen referencias, tanto a escala nacional como internacional (el reciente caso de Portugal, o el de Dinamarca), que muestran que la fiscalidad, a partir de un cierto umbral, es un instrumento ineficaz. “El aumento de precio que genera hace que este se desvíe hacia otros canales de menor valor añadido o, en el peor de los casos, hacia canales de consumo menos transparentes”.

 

 

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