Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos (UdU) analizó los resultados provisionales publicados por el FEGA de avance de Solicitudes Únicas presentadas y superficies declaradas en la campaña 2023.
En su análisis, considera que la nueva PAC arranca con datos manifiestamente mejorables. En primer lugar, la UdU señala que si un 75% de los beneficiarios se han acogido a algún ecorregimen, significa que una cuarta parte de los agricultores y ganaderos restantes no han podido cumplir las condiciones impuestas y, por tanto, van a perder el “componente verde”, que estaba vinculada a la ayuda básica hasta la pasada campaña, y que supone alrededor de un 25% de la misma.
En su análisis, considera que la nueva PAC arranca con datos manifiestamente mejorables. En primer lugar, la UdU señala que si un 75% de los beneficiarios se han acogido a algún ecorregimen, significa que una cuarta parte de los agricultores y ganaderos restantes no han podido cumplir las condiciones impuestas y, por tanto, van a perder el “componente verde”, que estaba vinculada a la ayuda básica hasta la pasada campaña, y que supone alrededor de un 25% de la misma.
Por otro lado, esta organización agraria cree que los datos de los ecorregímenes pueden estar sobredimensionados en cierta medida, debido a las flexibilizaciones introducidas por la sequía y al anuncio de que no se aplicarían penalizaciones por incumplimiento.
Ambos supuestos, según Unión, pueden haber motivado que en la campaña PAC 2023 se hayan presentado solicitudes, que acaben cayéndose en los controles posteriores.
“Habrá que esperar a los datos definitivos, pero en todo caso ojalá cobren las ayudas todos los profesionales que las han solicitado, porque hacen mucha falta”, señala esta organización agraria.
Con todo, Unión ha expresado su temor a que esto pueda alejarse de la realidad, porque en muchos casos las prácticas primadas no compensan los costes de llevarlas a cabo; no se ajustan a la realidad agroecológica de muchos cultivos y zonas, e implican un aumento considerable de la burocracia a la que tiene que hacer frente el agricultor y ganadero.
En cuanto a los resultados provisionales en las ayudas asociadas agrícolas, Unión de Uniones manifestó que, comparado con las superficies potenciales que calculaba el Ministerio en el Plan Estratégico de la PAC (PEPAC), en esta campaña sólo se han acogido a ayuda asociada agrícolas el 67% de la superficie objetivo que el propio MAPA planteaba.
En este sentido, destaca por ejemplo la baja acogida, comparado con lo planificado y, por tanto presupuestado, en el PEPAC, del plan proteico (54% de la superficie de cultivo acogida a la ayuda asociada sobre la planificada); arroz (52%); uva pasa (53%), olivar tradicional (77%) y tomate para transformación (88%).
“Esto indica que en producciones que han ocupado tanto el debate, como los proteicos y el olivar, el Ministerio no ha acertado con el diseño”, opinan desde esta organización.
Unión de Uniones considera que, en todo caso, que hay un error de partida en todo el conjunto de ayudas PAC, que radica en mantener dentro del sistema a quienes no realizan la actividad agraria de forma profesional y no viven fundamentalmente de ello.
“Aunque sea cierto que con las nuevas normas hay 26.300 beneficiarios menos, el filtro de agricultor activo debía haber sido más riguroso”, afirma esta organización, ya que ello habría permitido un mayor margen financiero para mejorar las ayudas a los profesionales, cuyas rentas dependen de verdad de su explotación, y para compensar los efectos de disponer de menos dinero para la ayuda básica a la renta para la sostenibilidad (ABRS) y de la convergencia negativa del valor de los derechos cuando les afecten.
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