Las siembras de cereal de otoño-invierno repuntan un 1,9% en 2024

Las siembras de cereal de otoño-invierno repuntan un 1,9% en 2024

Según el primer avance estadístico a 31 de diciembre de la superficie de cereales de otoño-invierno (campaña de comercialización 2024/25), publicada por el Ministerio de Agricultura con datos de las CC.AA., las siembras repuntarían un 1,9% y cerca de las 100.000 hectáreas, con respecto a la anterior campaña, alcanzando en conjunto los 5,19 millones de hectáreas.

No obstante, es aún una superficie un 4,1% inferior respecto a la media de las últimas cinco campañas (2019-2023), que alcanza cerca de los 5,41 millones de hectáreas.

Por cultivos, se estiman aumentos en avena del 7,8% respecto a las siembras de un año antes, hasta 492.600 ha; del 5,4% en centeno, hasta 89.800 ha, y del 2,1% en cebada, hasta 2.399.400 ha, de las cuales las de ciclo largo (seis carreras) serían de 209.000 ha (+0,2%) y las de ciclo corto (dos carreras) de 2.190.300 hectáreas.

En trigo, la superficie sembrada, según esta estimación inicial del MAPA, alcanzaría 1.954.600 hectáreas (+0,2%), de las cuales 1.686.900 ha (+0,3%) serían de trigo blando y 269.700 ha (+0,5%) de trigo duro.

Además, habría que sumar en cereal de invierno otras 89.800 ha (+3,4%) de triticale.

La producción nacional de maíz baja de los 3 Mt en 2023/24

En cereales de primavera (campaña de comercialización 2023/24), la producción de maíz grano registra un descenso del 19% y de 682.100 t, con 2.908.200 toneladas, pero la caída aumenta hasta un 28,8% sobre la media del último quinquenio (2018-2022), que fue de 4.085.800 toneladas.

En sorgo, la producción en 2023 se estima que más que se dobló con respecto a la campaña anterior, pasando de apenas 14.600 t a 29.500 toneladas, un 101,5% más, mientras que con relación a la media del último lustro (20.500 t) ese aumento sería del 43,7%.

Por último, en arroz, el MAPA estima una superficie (-2% y 54.900 ha) y una producción (-6,1% y 332.700 t) ligeramente inferiores a los datos de la campaña pasada que, ya de por sí, fueron muy malos por la sequía y la falta de disponibilidad de agua para regadío.

Tal es así que la superficie sembrada, con relación a la media quinquenal (2018-2022) es un 39,1% inferior a la de entonces (90.200 ha) y la producción baja a la mitad, en un 49,9%, con casi 332.000 toneladas menos.

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