La mala cosecha por la sequía y los altos precios reducen un 18% las ventas de aceite de oliva en un año

La mala cosecha por la sequía y los altos precios reducen un 18% las ventas de aceite de oliva en un año

La reducción de la producción del aceite de oliva por la sequía y la consiguiente subida de precios disminuyeron el año pasado su consumo en España con una caída de las ventas del 18,01%, hasta 250 millones de litros, frente a los 305 millones de 2022, según los datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceite (Anierac). Todas las clases de aceites sufrieron caídas de las ventas.

La falta de lluvia ha reducido a la mitad la cosecha el año pasado, lo que ha reducido la oferta y disparado los precios. El aceite de oliva cerró 2023 un 55% más caro que un año antes, la mayor subida de todo el IPC. Entre enero de 2021 y diciembre pasado, el precio se disparó un 165,5%.

Los mayores precios han provocado una menor oferta, pero también una menor demanda. Las empresas agrupadas en Anierac, que representa a cerca del 70% del mercado, pusieron en el mercado en 2023 un 18,9% menos de aceite de oliva virgen extra (103,84 millones de litros), mientras las ventas de aceite de oliva suave sumaron 83,20 millones de litros, un 23,98% menos, y las de intenso alcanzaron 33,46 millones de litros, un 16,31% menos.

El aceite de oliva virgen, con 29,54 millones de litros vendidos en 2023, aumentó un 6,10%. Los que han salido ganando son el aceite de orujo de oliva, que ha incrementado sus ventas un 14,41%, hasta 20,94 millones de litros, y otros aceites vegetales (girasol, mezcla de semillas, maíz…).

El encarecimiento de los alimentos básicos en el último año ha cambiado los hábitos de los hogares, que consumen menos aceite y frutas en general, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las compras de alimentación y bebidas crecieron un 0,4% en volumen en noviembre pasado respecto a idéntico mes del año anterior.

El consumo bajó especialmente en el aceite (un descenso del 14,8% anual), el pan (-3,1%) y las frutas frescas (-2,2%), mientras que ha aumentado sobre todo en la carne (10,3%), las bebidas espirituosas (6,8%) y los huevos (6,3%). En el aceite de oliva en concreto el volumen consumido en el mismo periodo cayó un 35% por sus elevados precios, mientras el de girasol ganó un 21%.

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