Revistas técnicas agrarias, el conocimiento en circulación. Por Luis Planas Puchades, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Estamos de enhorabuena por contar con la consolidada trayectoria de Vida Rural y Mundo Ganadero que, integradas en la constelación de un grupo editorial de prestigio y especializado en el ámbito agroalimentario, se han convertido en publicaciones de referencia para el desarrollo de la agricultura y la ganadería en nuestro país.

Revistas técnicas agrarias, el conocimiento en circulación. Por Luis Planas Puchades, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Luis Planas Puchades. Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Las revistas técnicas son un excelente ve­hí­culo de difusión de los avances científicos y tecnológicos aplicados a las actividades profesionales. En el caso del sector agrario, estamos de enhorabuena por contar con la consolidada trayectoria de Vida Rural y Mundo Ganadero que, integradas en la constelación de un grupo editorial de prestigio y especializado en el ámbito agroalimentario, se han convertido en pu­bli­caciones de referencia para el desarrollo de la agricultura y la ganadería en nuestro país.

Es indudable el importante papel que llevan desempeñando desde 1990 y 1994, respectivamente, como medios de transmisión de información, comunicación y formación para el nutrido y variado conjunto de profesionales que formamos parte del sector primario. Desde los agricultores y ga­naderos hasta los administradores pú­blicos, pasando por empresarios, investigadores, gastrónomos, cooperativistas o agrónomos, todos contamos con estos me­dios de difusión para estar al día de la ac­tualidad y de las innovaciones en las prácticas agrarias y en la obtención de alimentos. Los contenidos de estas publicaciones son una inestimable aportación para el trabajo cotidiano y para la superación de dificultades de muchos de los profesionales del sector.

Gracias a ellas, tenemos acceso a un co­nocimiento más amplio y pormenorizado sobre aspectos que se escapan a las ediciones de información generalista o que quedan inaccesibles en otras de carácter demasiado experto o científico. En este sentido, desempeñan un rol fundamental en lo que denominamos transferencia del co­nocimiento, pues son las encargadas de traducir a lenguaje divulgativo los avances científicos y tecnológicos que surgen en los ámbitos de la academia, de la ingeniería, de la investigación técnica o de la propia experiencia agraria y veterinaria.

De esta manera, se permite el acceso al saber hacer y nos facilitan la incorporación de muchos aspectos de la especialización a la realidad de nuestro ejercicio pro­fesional y de nuestra cultura laboral diaria. Dicho de otra forma y por utilizar un sí­mil agrario, estas publicaciones son polinizadoras del conocimiento y de la experiencia y, por tanto, contribuyen a la capacidad competencial de los profesionales que ac­ce­den a ellas. Los lectores obtienen, a través de sus páginas, informaciones concretas que suman valor a su trabajo.

Por otra parte, es evidente que la calidad y la excelencia de las revistas técnicas son mayores cuanto mejores son, y cuantos más conocimientos valiosos aportan los artículos y reportajes que publican. A este respecto, la función de los directores constituye un factor crucial en el resultado definitivo, puesto que son los que marcan las líneas editoriales y el nivel de los contenidos. Son ellos también quienes disponen de una visión de conjunto del sector, y quienes manejan criterios solventes sobre las innovaciones o conocimientos más significativos de cara a la transformación o mejora en la actividad agraria.

Así lo corroboran Jaime Lamo de Es­pi­nosa en la dirección de Vida Rural y el co­mité editorial encabezado por Juan José Ba­diola en la de Mundo Ganadero. La calidad de estas dos publicaciones y su posición de referencia en el sector agrícola y ga­nadero no es ajena a la labor constante de estos dos directores de lujo. Su infatigable trabajo ha llevado a estas revistas a la cima de la consolidación y del prestigio que ahora disfrutan.

Echar la vista atrás sobre los 500 y 300 nú­meros que llevan a sus espaldas cada una de estas revistas nos proporciona tam­bién una visión histórica sobre los avan­ces e innovaciones de las últimas dé­cadas en el ámbito agroalimentario español. Las publicaciones se convierten en re­flejo de cada época y nos muestran el hilo conductor de la trayectoria que nos ha traído hasta la agricultura y la ganadería tal y como las conocemos hoy.

Son publicaciones que aspiran a iluminar las soluciones que nos plantean los retos inmediatos y de futuro. Pero, una vez que ha transcurrido el tiempo, se convierten en testigos y en fuentes primarias de la historia agraria de nuestro país.

Para hacernos una idea del capital de conocimiento que van atesorando, Vida Rural cuenta ya con alrededor de 4.500 artículos firmados por más de 3.300 autores diferentes. Y Mundo Ganadero, 2.700 entradas de 2.500 autores. Son números que nos ofrecen una panorámica nítida so­bre la dimensión e importancia que tienen estas publicaciones como compendio de conocimientos y como agentes activos de divulgación y transmisión.

Desde el presente, podemos contemplar con admiración ese vastísimo esfuerzo acumulado. Pero, inmediatamente después, es inevitable lanzar la mirada hacia el futuro y preguntarse si las revistas técnicas tienen ante sí un horizonte con un re­corrido tan intenso. Y la respuesta es ro­tun­damente afirmativa.

El futuro que se vislumbra

El papel de las publicaciones técnicas va a seguir siendo igual de importante y necesario, por no decir más. Se trata de medios de comunicación con una gran capacidad para poner en circulación conocimientos, investigaciones e innovaciones técnicas. Y ese potencial para la transferencia es su valor más característico.

Son la prolongación complementaria de otras iniciativas, como el Centro de Com­petencias Digitales y del programa for­mativo dirigido al sector agroalimentario que hemos impulsado a través de un convenio entre las universidades de Córdoba y Politécnica de Madrid y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En un momento en que existe una ne­cesidad apremiante de conocimiento aplicado, todos los medios y plataformas son necesarias para ese cambio de paradigma en la producción agraria de España.

En el contexto actual de recuperación sa­nitaria, económica y social que vivimos, tras la experiencia de la pandemia que ya hemos empezado a dejar atrás, contamos con un Plan de Recuperación, Trans­for­ma­ción y Resiliencia que, en el periodo 2021-2023, va a desplegar unas inversiones por valor de 70.000 millones de euros. Pues bien, una concentración importante de esas inversiones se va a centrar en los ámbitos de la transformación verde y digital, y en una apuesta clara por la educación y formación y en la investigación, de­sa­rrollo e innovación o I+D+i.

En lo que respecta a la parte del Plan dirigido al sector agroalimentario, la intención es que el sector primario esté en el cen­tro de la recuperación, al igual que ha es­tado en primera línea durante los peores momentos de la pandemia.

Vamos a apostar por la modernización y mejora de las explotaciones vinculadas a la agricultura de precisión, a la eficiencia energética y a la economía circular, incluido un plan de ayudas para la actualización integral de invernaderos.

Por tanto, la innovación y la digitalización también van a ser ejes trasversales para la recuperación y la nueva realidad del sector agroalimentario. Dado que el 80% de los titulares de explotaciones agrarias tiene una formación eminentemente práctica o fruto de la experiencia, se pone de manifiesto la necesidad de formación, es­pecialmente la mixta sectorial y tecnológica.

Se trata de una coyuntura de cambios profundos en nuestro modelo económico. Y son cambios que nos van a exigir conocimientos más amplios y específicos sobre nuevas tecnologías y digitalización aplicadas a la producción de bienes y servicios, en­tre los que los alimentos ocupan un lu­gar privilegiado por su carácter esencial. Por eso son importantes las publicaciones técnicas que, como Vida Rural y Mundo Ga­nadero, contribuyen a la “alfabetización” de los y las profesionales del sector primario y estimulan su creatividad a la hora de aplicar las nuevas tecnologías y la digitalización en su trabajo diario.

Estas revistas son uno de los medios con más capacidad de penetración y dinamismo a la hora de transferir conocimientos obtenidos en ámbitos expertos a la vida cotidiana de las personas. Sea cual sea su formato, la vocación divulgativa de estas publicaciones continuará teniendo un importante papel en la integración de los avances científicos y tecnológicos a las nuevas formas de vida y de producción.
En muchas ocasiones, se tiene la falsa creencia de que la agricultura y la ganadería, por ser las actividades humanas más antiguas, permanecen ancladas en el pa­sado. Y nada más lejos de la realidad. Pre­cisamente, por ser las primeras y las que más han acompañado a los humanos a lo largo de su historia, son las que más experiencia y más disposición tienen a la hora de adoptar cambios y adaptarse a cada nueva época.

España cuenta con una estrategia es­tructurada para la digitalización del sector agroalimentario. Supone una de las herramientas más importantes para consolidar su liderazgo mundial, al hacerlo más competitivo, moderno y eficiente en el contexto del “escenario digital”.
La divulgación técnica de Vida Rural y Mundo Ganadero es un valioso insumo de nuestro sector agroalimentario. Mi de­seo como ministro de Agricultura, Pesca y Ali­mentación es que lo sea por mu­chos años.

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