Posición de Anffe ante la futura legislación europea de fertilizantes

Actualmente se continúa debatiendo en el Consejo y el Parlamento Europeo la propuesta de Reglamento sobre productos fertilizantes, cuya finalidad es armonizar a nivel europeo diversos tipos de productos relacionados con la nutrición de las plantas: fertilizantes, enmiendas, medios de cultivo, aditivos agronómicos y bioestimulantes, facilitando a su vez el empleo de determinados residuos como materias primas para su fabricación.

Posición de Anffe ante la futura legislación europea de fertilizantes

Los ponentes de los Comités del Parlamento Europeo competentes han emitido recientemente sus borradores de informe, con enmiendas a la propuesta de la Comisión: Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI); Comercio Internacional (INTA); Agricultura y Desarrollo Rural (AGRI) y Mercado Interior y Protección del Consumidor (IMCO). El informe de Medio Ambiente, entre otras enmiendas, elimina la reducción en el tiempo del límite del cadmio para los abonos minerales con fósforo, por considerarla injustificada, manteniendo el valor de 60 mg Cd/ kg P2O5.

En este sentido, ANFFE, que agrupa a los principales productores de fertilizantes minerales con actividad en España, está manteniendo reuniones con representantes del Consejo y del Parlamento Europeo y está trabajando para lograr un Reglamento que permita la puesta en el mercado de productos seguros, de calidad y eficaces agronómicamente.

ANFFE continúa insistiendo en la necesidad de modificar en la propuesta de Reglamento algunos aspectos que son de vital importancia, tales como:

  • Definición de fertilizante. No hay una distinción clara entre los fertilizantes (que aportan nutrientes) y otros tipos de productos que mejoran la eficiencia de la nutrición, lo que puede producir confusión al agricultor.
  • Contenido de nutrientes.– En algunos casos, los requisitos mínimos de nutrientes son muy bajos y las tolerancias excesivamente permisivas, con lo que, además de tener escaso valor agronómico, implica unos mayores costes en el transporte y aplicación de fertilizantes y unas emisiones globales de CO2 más elevadas (mayor huella de carbono).
  • Validez agronómica. Se debe evitar que los suelos agrícolas sean los receptores de residuos con escaso valor nutricional. Los productos deben demostrar, previamente a su comercialización, su eficacia agronómica.
  • Trato igualitario. La propuesta es claramente discriminatoria para los fertilizantes minerales, en favor de los productos orgánicos y los obtenidos a partir de residuos. Los fertilizantes minerales han demostrado su eficacia a lo largo de muchos años y son los responsables de que la agricultura europea sea actualmente la más productiva del mundo.
  • Cadmio. Los límites fijados para los abonos minerales con fósforo son excesivamente restrictivos y sin justificación científica ni medioambiental, afectando negativamente al mercado europeo de los fertilizantes fosfatados y abonos complejos.
  • Etiquetado. Las disposiciones sobre el etiquetado no son claras, pudiendo dar lugar a confusiones en su interpretación, con las consiguientes repercusiones negativas sobre el medioambiente y la productividad de las cosechas.

De acuerdo con el calendario previsto, los debates en el Consejo y el Parlamento Europeo terminarían este año, con la finalidad de que se pudiera aprobar el texto a finales de 2017 y que entrara en vigor en enero de 2018.

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