Los tomates españoles para consumo en fresco ya pueden exportarse a Canadá

El pasado 15 de abril fue aprobado el protocolo fitosanitario para poder exportar tomates frescos desde España a Canadá.

Los tomates españoles para consumo en fresco ya pueden exportarse a Canadá

Queda abierto, de este modo, el mercado canadiense a la exportación de tomates desde España, siempre que se cumplan con las normas fitosanitarias recogidas en el protocolo. Un protocolo que ha sido resultado «exitoso» de años de trabajo de la Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control en Frontera del Ministerio de Agricultura (MAPA) y la Canadian Food Inspection Agency (CFIA).

Desde el punto de vista de la sanidad vegetal, si se quieren enviar productos de un país a otro, es obligatorio contar con un procedimiento (denominado «System Approach«, en el caso canadiense) que minimice el riesgo de transmisión de nuevas plagas y enfermedades vegetales en el país de destino.

Para el caso del tomate español con destino Canadá, se ha debido poner a punto un protocolo para luchar contra la polilla del tomate (Tuta absoluta). Este lepidóptero no presenta parada invernal y llega a completar alrededor de doce ciclos vitales al año, lo que da idea de su rápida expansión si se encuentra en un entorno favorable. Ataca al tomate en cualquier fase de su estado de desarrollo. Las larvas penetran hojas, tallas o frutos, haciendo galerías de forma irregular (minas). Si el ataque es fuerte e incontrolado se puede llegar a perder toda la cosecha.

En España, esta plaga fue detectada en 2006 en plantaciones de tomate de Castellón, seguramente por utilización de material vegetal infectado. Rápidamente, en 2007, se detectaron nuevos casos en Valencia y otras parcelas del arco mediterráneo.

No se trata, en todo caso, de una plaga mediterránea, ya que en 2009 fue encontrada en Portugal, Francia, Holanda y Reino Unido, y se han declarado ataques tanto a cielo abierto, como en cultivos en invernadero.

En Canadá no ha sido descrita la plaga y de ahí la preocupación de las autoridades norteamericanas por su prevención.

De acuerdo al protocolo, el MAPA es el responsable del seguimiento y auditoría, siempre con la supervisión del CFIA. Los invernaderos e instalaciones de empaquetado y preparación deberán estar registrados y reconocidos como aptos por el MAPA, que enviará el listado de instalaciones al CFIA. Por su parte, el MAPA publicará una lista de referencias y guías de actuación para poder exportar sin riesgo.

Uno de los requisitos del protocolo es que el tomate fresco deberá ir sin tierra, restos vegetales (hojas, tallos, cálices o ramas). El resto de medidas preventivas para las demás plagas determinadas como peligrosas para Canadá, también son de aplicación.

El protocolo, además de contemplar medidas para el cultivo, incluye también medidas de manejo en parcela y en la instalación de empaquetado y preparación. Por ejemplo, prevé que los invernaderos tengan doble puerta, con mosquiteras de 1,6 mm de paso y que todos los espacios abiertos (cumbreras, cimbreras o ventilaciones inferiores) estén protegidos por mosquiteras del mismo paso.

El control de presencia y evolución de la plaga se hará con trampas de feromonas (2 por hectárea de cultivo) y se mantendrán  los registros con los datos de capturas al menos un año.

Para reducir el riesgo de infestación de los frutos por larvas de la polilla, en las instalaciones d empaquetado, las cajas de tomates deberán estar siempre cubiertas por una mosquitera de paso referido y no deberán permanecer en la zona de exclusión más de 24 horas.

Finalmente, el personal de la línea de empaquetado deberá estar entrenado para identificar frutos afectados, que serán retirados. Algo que se considera importante. Fuente: Boletín Noticias del Exterior. MAPA.

 

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