La UE-27 corre el riesgo de abandono de 5 Mha de superficie de tierras de aquí a 2030

En torno al 30% de las superficies agrícolas de la Unión Europea a 27, unos 56 millones de hectáreas, corren un riesgo, como mínimo, moderado de abandono de la tierra, y podría alcanzar los 5 millones de hectáreas en 2030, equivalente al 2,9% de la Superficie Agrícola Útil (SAU) vigente (173 millones de hectáreas).

La UE-27 corre el riesgo de abandono de 5 Mha de superficie de tierras de aquí a 2030

Estas superficies se dan en casi la mitad de los Estados miembros de la UE y los países que se verían más gravemente afectados por unos mayores niveles de abandono de tierras (cerca del 30 % de las zonas de riesgo alto o muy alto) son Austria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia y Rumanía.

Esta es una de las primeras conclusiones del estudio elaborado recientemente por encargo de la Comisión de Agricultura (Comagri) del Parlamento Europeo, titulado “The challenge of land abandonment after 2020 and options for mitigating measures” (“El reto del abandono de tierras después de 2020 y las posibles medidas para mitigar sus efectos”).

Las zonas marginales, las montañas, las islas, las zonas costeras y las regiones poco pobladas se ven especialmente afectadas por este fenómeno, según el citado estudio. La prevalencia de un riesgo bajo y alto de abandono de tierras de cultivo, cultivos permanentes y pastos no depende en particular del tipo de cubierta terrestre, sino más bien de la geografía.

En cambio, las superficies agrícolas heterogéneas se ven afectadas por un riesgo alto con independencia de su ubicación o geografía. La compleja combinación de elementos que impulsan el abandono de tierras, confirmada por los estudios de casos efectuados, revela la existencia de una red interrelacionada de factores biofísicos, agrícolas, estructurales, de mercado, regionales, institucionales y estratégicos.

A pesar del amplio abanico de factores, los problemas de gestión y la adaptación estructural siguen siendo las principales fuerzas que impulsan el abandono de tierras. Aunque el abandono de tierras puede tener efectos ambientales nocivos, que podrían suponer una amenaza para el futuro de los hábitats semi-naturales, para la calidad del suelo agrícola de alto valor natural, para los pasillos verdes que unen los espacios de la red Natura 2000 y para los paisajes de importancia cultural, al mismo tiempo también puede tener resultados beneficiosos, por ejemplo, en la preservación de la biodiversidad y los hábitats.

Al respecto, si bien es cierto que las herramientas de actuación de la Política Agrícola Común (PAC) –las intervenciones- pueden contribuir a mitigar el abandono de tierras y ser, por lo general, positivas, también lo es que las repercusiones de estas herramientas en los cambios de uso de la tierra, la concentración de la producción y las tendencias de abandono difieren entre los distintos tipos de explotación y sectores productivos.

Así, aunque los mecanismos del primer pilar pueden, mediante el apoyo a la renta  y a la competitividad agrícolas, reducir dicho abandono, es cierto también que una orientación inadecuada, el hecho de que las explotaciones agrícolas grandes reciban una mayor proporción de ayuda financiera que las pequeñas y medianas, y la falta de ambición ambiental, podrían dar lugar a un mayor nivel de abandono de tierras.

Las medidas del segundo pilar (Desarrollo Rural) están más orientadas a afrontar los problemas territoriales, a satisfacer las necesidades de las zonas rurales marginales y remotas y a integrar la agricultura y la silvicultura en la economía rural, mediante el apoyo a la diversificación, la innovación y las actividades de valor añadido.

Minimizar los efectos

Otra de las conclusiones es que las actuales tendencias de abandono de tierras se verán agravadas por factores externos (cambio climático, la globalización de los mercados, crisis sanitarias, como la pandemia de Covid-19) sobre los que los agentes tienen poca influencia, pero que repercutirán de manera considerable en el cambio de uso de la tierra.

Entre las herramientas de actuación dirigidas a aliviar los efectos de estos factores externos y a influir en los demás factores que impulsan el abandono de tierras se incluyen la mejora de las condiciones de explotación (programas de educación y formación, una mayor seguridad financiera, un umbral más bajo para ayudar a las pequeñas explotaciones agrarias, nuevas fuentes de inversión y un acceso más fácil a la tierra).

También un apoyo a las zonas con limitaciones naturales más adaptado, con el fin de hacer frente al riesgo de abandono de tierras, así como medidas relacionadas con la silvicultura y el medio ambiente, que deben ajustarse a las diferentes vulnerabilidades de las distintas regiones, y los servicios rurales de interés general e inversiones en infraestructura rural, que deben desarrollarse aprovechando las sinergias entre los diferentes Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) y entre las políticas de uso de la tierra y de desarrollo regional.

El presente estudio de la Comisión de Agricultura del PE ofrece una visión general de la evolución que puede seguir el abandono de tierras en la Unión de aquí a 2030, su trayectoria histórica y el estado actual de la cuestión.

Basándose en trabajos de documentación y estudios de casos, este proyecto de investigación analiza los factores impulsores y los efectos de este fenómeno, estudia las medidas de mitigación que deben aplicarse a través de las políticas de la Unión, en particular la PAC, y describe diferentes hipótesis sobre los cambios de uso de la tierra, utilizando como variables el cambio climático, la globalización de los mercados y una importante crisis sanitaria

El estudio completo, disponible en inglés, en: https://bit.ly/39ElcFJ .

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