La bioeconomía favorece la eficiencia de los recursos naturales y la sostenibilidad medioambiental

La Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), analizó en el VII Bioencuentro con medios 2016, celebrado con la colaboración de la Fundación PONS, el importante papel de la biotecnología agroalimentaria e industrial (bioeconomía) en el incremento del valor añadido de los productos, aumentando la eficiencia de los procesos, reduciendo el impacto ambiental o valorizando los subproductos y residuos, entre otros.

La bioeconomía favorece la eficiencia de los recursos naturales y la sostenibilidad medioambiental

La biotecnología es una de las principales alternativas para una producción de alimentos seguros y funcionales para mejorar la viabilidad de la actividad de producción agroalimentaria. Dentro de los suministros industriales, el desarrollo de las técnicas de fermentación y la utilización y diseño de nuevos biorreactores junto con las técnicas de ingeniería genética, han permitido la obtención de productos de gran interés económico para la industria alimentaria, química y farmacéutica, cuya preparación por síntesis química es más costosa y menos limpia desde el punto de vista medioambiental.

La presidenta de la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE) Lourdes Zuriaga, afirmó que, aunque la biotecnología aplicada al sector agroalimentario es cada vez más importante, como concepto no tiene una buena imagen en general. Sin embargo hay cosas concretas de esa biotecnología que el conjunto de la sociedad las recibe muy bien, como por ejemplo los alimentos funcionales, cuya venta ha aumentado exponencialmente en los últimos años.

«Además hay otras muchas cosas de estos estudios que requieren de una explicación que no se da bien o simplemente no se da. Es el caso del arroz dorado, rodeado de controversia y que, sin embargo, podría generar vitamina A y beneficiar
a la población mundial», ha destacado la presidenta de APAE.

Las mejoras obtenidas gracias a la aplicación de la biotecnología pueden contribuir a producir una abundante y saludable oferta de alimentos y cultivos, así como a proteger nuestro medio ambiente para las futuras generaciones.

Por otro lado, cada ciudadano de la UE genera más de 4,5 toneladas de residuos al año. Este modelo económico de usar y  tirar ya no es una opción viable y lo será menos en el futuro con una población creciente que demanda cada vez más recursos escasos y caros.

Los ecosistemas naturales pueden ser un buen modelo para hacer esa transición necesaria hacia una economía circular en la que se haga un uso más eficiente de los recursos. Usando ese modelo ¿podemos diseñar procesos industriales como si fueran ciclos naturales? ¿Y si lo que solíamos llamar «basura» lo convertimos en una «materia prima»? “Gracias a los  procesos de biotecnología industrial esto empieza a ser posible.”, señaló Javier Velasco, delegado de la Comisión de Biotecnología Industrial de ASEBIO y CEO de Neol Biosolutions.

Para hacer una transición hacia una economía circular, hay que volver la vista hacia la reutilización, reparación, reacondicionamiento y reciclaje de materiales y productos ya existentes. Pero, la mejor manera de entender la economía circular es fijarnos en los sistemas vivos naturales, que funcionan de forma óptima porque todos sus componentes encajan en el conjunto.

“Gracias a los procesos de biotecnología industrial esto empieza a ser posible. Para la descomposición de la “basura orgánica” en sus componentes básicos (azúcares, aminoácidos, ácidos grasos, etc.) se necesitan tratamientos físicos y químicos pero las “herramientas biológicas” juegan un papel fundamental. Ya se producen enzimas que degradan eficientemente la biomasa vegetal para generar azúcares que algunos microorganismos seleccionados consumen eficientemente y los convierten en productos de mayor valor como biocombustibles, productos químicos básicos, ingredientes alimentarios, etc.”, según Javier Velasco.

La Comisión Europea ha estimado que si se toman medidas como la mejora del diseño ecológico o la prevención y reutilización de los residuos, las empresas de la UE se podrían ahorrar hasta 604.000 millones de euros y, de paso, reducir las emisiones totales anuales de gases de efecto invernadero entre un 2 y un 4%. En conjunto, si se adoptaran medidas para mejorar la productividad de los recursos en un 30% se podría elevar el PIB europeo casi en un 1 %, y se crearían más de dos millones de nuevos empleos para 2030.

La demanda mundial de alimentos aumenta de forma exponencial todos los años. Este aumento es debido al crecimiento de la población mundial y también al cambio en hábitos alimenticios debido a las tendencias de migración del medio rural a las ciudades.

Por otro lado, la producción agrícola se está viendo afectada por el cambio climático. Se están alterando la distribución de las plagas, malas hierbas y enfermedades que amenazan los cultivos y también se está produciendo un cambio en los cultivos que se pueden obtener de una forma óptima en diferentes zonas.

“Para conseguir cubrir las necesidades previstas, es necesario promover una agricultura sostenible en la que se pueda incrementar la productividad, conservando los recursos naturales. Para ello es necesario que las innovaciones que han tenido lugar en ciencias y tecnologías se pongan al servicio de la agricultura y se adopten de forma inminente. Entre estos avances se encuentran la mejora genética vegetal que ha permitido el desarrollo de nuevas variedades de cultivos y el desarrollo de nuevos insumos agrícolas más respetuosos con el medio ambiente.”, subrayó Mertxe Alonso, directora de IP & Projects de PlantResponse.

La mejora genética para la obtención de nuevas variedades de cultivos puede realizarse mediante mejora clásica y también mediante las nuevas herramientas de mejora, lo que incluye la mejora mediante el uso de transgénesis. Eva Sánchez, técnico de patentes de PONS IP, trasladó la importancia de “concienciar” sobre la protección legal del material vivo, particularmente en el área de la agroalimentación, bien mediante el sistema de patentes y/o el sistema de las
obtenciones vegetales, ya que en su opinión “es un elemento clave para el desarrollo del sector, tanto en el campo de la biotecnología como en el campo de los obtentores vegetales.

La unión entre biotecnólogo y obtentor hará posible de manera rápida y efectiva el desarrollo del sector”, concluyó la experta de PONS IP.

Pipeline de biotecnología agroalimentaria

Por otro lado, ASEBIO ha publicado su pipeline de biotecnología agroalimentaria o verde por quinto año consecutivo. En este pipeline se han contabilizado un total de 203 productos pertenecientes a 33 entidades en 2016 , entre los que hay
ingredientes, aditivos y probióticos, productos para la seguridad alimentaria y para la detección de sustancias, bioproductos, bioprocesos y otras tecnologías con aplicación en el área alimentaria, medicamentos veterinarios y piensos, todos ellos desarrollados por entidades biotech españolas. Estos desarrollos suponen un crecimiento del 21% respecto a los existentes en 2015.

Para el caso de ingredientes, aditivos y probióticos, se han registrado 87 productos.
Fase de I+D: 69
Fase de validación: 63
Fase de registro: 57
Patentado: 48
Disponible en el mercado: 69
En cuanto a los productos para la seguridad alimentaria y para la detección de sustancias, se han contabilizado un total de 29.
Fase de I+D: 22
Fase de validación: 26
Patentado: 1
Disponible en el mercado: 25

También recoge 32 bioproductos, bioprocesos y otras tecnologías con aplicación en el área alimentaria.
Fase de I+D: 29
Fase de validación: 10
Fase de registro: 1
Patentado: 4
Disponible en el mercado: 11

En cuanto a los medicamentos veterinarios, se han contabilizado 37 desarrollados por 10 compañías. Cinco está en fase de I+D, siete de ellos están en fase preclínica regulatoria, siete en Fase II, tres en Fase III y por último, 15 se encuentran ya listos para lanzarlos al mercado. Además, si analizamos la distribución de estos medicamentos veterinarios en función del área terapéutica, vemos que el 46% van dirigidos a tratar enfermedades infecciosas, el 19% a enfermedades parasitarias y el 14% para tratar enfermedades del sistema digestivo.

Por último, se han registrado 18 productos en el ámbito de los piensos.
Fase de I+D: 15
Fase de validación: 10
Fase de registro: 9
Patentado: 4
Disponibles en el mercado: 14

Documento de posición del área agroalimentaria de ASEBIO

La directora de operaciones de ASEBIO, Isabel García, también presentó en el marco de este Bioencuentro el documento de posición de ASEBIO del área agroalimentaria, elaborado por la Comisión de Agroalimentación de ASEBIO, coordinada por Daniel Ramón. En el mismo, se explica que todo el conocimiento generado por las empresas en sus investigaciones no tendrá impacto real si no se promueven y crean vías de interacción público-privada como las que existen en otros países de Europa como Holanda y Noruega.

Además, desde ASEBIO, se solicita que las administraciones se involucren en la atracción y desarrollo de este tipo de
sistemas de colaboración, facilitando para ello un mayor contacto directo y generando la implantación paulatina de este tipo de modelos y de productos innovadores a través de la compra pública innovadora.

“Todo ello permitirá el desarrollo de modelos de alimentación sostenible que aseguren un uso eficiente de los recursos, la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas, garantizando su mantenimiento para las generaciones futuras. Queremos una mayor divulgación de la ciencia y promoción de la innovación fomentando las capacidades de nuestras entidades haciendo uso de la transparencia respecto al usuario final”, explicó Isabel García.

Al finalizar el VII Bioencuentro, la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, entregó los Premios ASEBIO de Comunicación y Divulgación de la Biotecnología a los ganadores.

 

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