¿Cómo gestionarán y se repartirán los regantes la escasez de agua este año?

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha acordado activar un protocolo de actuación para que cada Comunidad de agricultores ponga en marcha su propio plan de gestión de sequía, donde se contemplen las medidas necesarias para hacer frente con anticipación a la situación de falta de lluvias que sufre España de forma cíclica.

¿Cómo gestionarán y se repartirán los regantes la escasez de agua este año?

Como los planes de sequía de las diferentes demarcaciones hidrológicas recogen medidas de actuación, pero no de prevención, con esta medida se pretende, según señaló el presidente de esta Federación http://www.fenacore.org/ Andrés de Campo, en una jornada monográfica sobre sequía organizada en Madrid por la Sociedad Española de Presas y Embalses (http://www.seprem.es), que los regantes toman la iniciativa para llevar adelante una planificación de la campaña de riego que minimice los perjuicios económicos que ocasiona la falta de lluvias.

Estos planes propios, que deberán discutirse y aprobarse en situación de normalidad para garantizar la objetividad de las medidas y evitar los conflictos derivados de la falta de recursos, fijarán el reparto equitativo de las dotaciones, de manera que los agricultores sepan de forma orientativa con qué agua pueden contar.

El reparto de agua no sólo se basará en criterios objetivos, como el tipo de cultivo o el sistema de riego utilizado, sino también en la experiencia adquirida a lo largo de los años en situaciones similares.

De esta forma, el histórico de consumos se convertirá en un indicador básico para fijar la escala de prioridades. Por ejemplo, en situaciones extremas la supervivencia del arbolado, por su particular ritmo de crecimiento, podrá primar sobre la del huerto.

Según Fenacore, las comunidades de regantes que dispongan de sistemas de riego modernizado juegan con ventaja, ya que al disponer de herramientas tecnológicas que permitan controlar el consumo, podrán tomar decisiones en tiempo real y ajustar al milímetro las reservas de agua, en lugar de limitarse a reducir la dotación y espaciar el riego.

En este sentido, es importante tener en cuenta que cada agricultor es responsable de programar su actividad en función de los recursos que disponga, sin que estos planes puedan prohibir la siembra de un determinado cultivo ni limitar las hectáreas de la explotación.

Lo que sí pueden es fijar sanciones económicas que penalicen el consumo excesivo de agua e incluso pueden llegar a cortar el suministro.

Para garantizar la agilidad y flexibilidad que exigen estas actuaciones, los planes se aprobarán en asamblea general, de tal forma que no estarán dentro de las ordenanzas o estatutos de las comunidades de regantes, evitando así que cualquier cambio deba estar sujeto al funcionamiento de la maquinaria de la junta de gobierno.

Obras de regulación

En cualquier caso, desde Fenacore advierten que no basta con que los regantes tengan sus propios planes de sequía, ni con activar los planes de actuación en las distintas demarcaciones cuando hay una situación de alerta, sino que son necesarias ciertas medidas estructurales que permitan tener agua garantizada en los periodos de escasez.

De ahí que sea necesario avanzar en obras de regulación, a través de la construcción sostenible de embalses y trasvases intercuencas, que generalmente ya se encuentran contempladas en los diferentes planes hidrológicos de las cuencas hidrográficas.

De hecho, aunque pueda interpretarse como una medida impopular entre determinados sectores políticos y ecologistas, si no fuera por los embalses actuales difícilmente se hubieran podido mantener los ratios de consumo de agua en los años de falta de lluvias.

Por iniciativa propia

No es la primera vez que los regantes tienen que tomar las riendas y poner en marcha soluciones de “motu propio” para evitar reducir sus ya de por si estrechos márgenes de rentabilidad ante el débil respaldo que los representantes políticos otorgan a esta actividad estratégica, al pasar por alto que, aunque represente el 2,8% del Producto Interior Bruto (PIB), aporta más de un 15% si se tiene en cuenta todo el complejo agroalimentario asociado.

 De hecho, ante la subida exponencial de las tarifas eléctricas, que en la última década ha disparado la factura de la luz en más de un 100%, estas comunidades han desarrollado una central de compras que, aprovechando la economía de escala, les permita adquirir energía más barata.

A ésta, se unen otras iniciativas relacionadas directamente con el fomento de la autoproducción de renovables como el proyecto europeo Maslowaten con el que impulsan el uso de la energía fotovoltaica.

 Fenacore es una asociación sin ánimo de lucro e independiente políticamente, creada en 1955, que agrupa a las entidades dedicadas a la administración del agua para riego, tanto superficial como subterránea, con el objetivo de aunar esfuerzos y voluntades en la defensa de sus legítimos intereses y derechos de uso del agua.

En la actualidad, cuenta con más de 700.000 regantes y más de dos millones de hectáreas, es decir, más del 80% del regadío nacional agrupado en comunidades de regantes. Esta Federación trabaja estrechamente el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Además, es órgano consultivo del Ministerio y vocal nato del Consejo Nacional del Agua. En el marco internacional, Fenacore es miembro fundador de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC)..

 

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