Estrategia de la Comisión para llevar a Europa hacia una economía baja en carbono en 2030

Estrategia de la Comisión para llevar a Europa hacia una economía baja en carbono en 2030

La Comisión presentó este 20 de julio un conjunto de medidas destinadas a acelerar la transición hacia tecnologías de baja emisión de carbono en todos los sectores de la economía europea, incluido el agrario, forestal y agroalimentario.

La Comisión está trabajando para mantener la competitividad de la UE a medida que el modelo socioeconómico global vaya evolucionando hacia esa economía moderna e hipocarbónica promovida por el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

Según Bruselas, las propuestas establecen orientaciones claras y equitativas, con el fin de que los Estados miembros se preparen para el futuro y se mantenga la competitividad de Europa. Tales propuestas forman parte integrante de la Unión de la Energía y de una política de cambio climático orientada al futuro.

En 2014, la UE contrajo el claro compromiso de reducir colectivamente sus emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 40 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990, en todos los sectores de la economía.

Las propuestas presentadas este miércoles 20 de julio incluyen los objetivos anuales vinculantes de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que los Estados miembros han de cumplir en el período 2021-2030 para contribuir a la acción por el clima de la UE en los sectores del transporte, la construcción, la agricultura, los residuos, el uso de la tierra y la silvicultura.

El nuevo marco se basa en los principios de equidad, solidaridad, rentabilidad e integridad del medio ambiente. Todos los Estados miembros se ven afectados por esta iniciativa por cuanto les corresponderá a ellos decidir cómo aplicar las medidas propuestas para cumplir el objetivo acordado para 2030.

La Comisión también presenta una Estrategia sobre la Movilidad con bajas emisiones de carbono, fijando el rumbo para el desarrollo de medidas aplicables en toda la UE en relación con los vehículos con emisiones bajas o nulas y los combustibles alternativos de bajas emisiones.

El vicepresidente responsable de la Unión de la Energía, Maroš Šefčovič, declaró que: «la Unión de la Energía está arrojando resultados positivos .Con la propuesta de reforma del régimen de comercio de derechos de emisión presentada el año pasado y la propuesta de este 20 de julio, relativa a los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que han de cumplir los Estados miembros, afianzamos el marco de actuación en materia de energía y de clima para 2030 en la legislación. 

 También estamos poniendo todo nuestro empeño, añadió, en eliminar por completo las emisiones de nuestro sistema de transporte. Las medidas que hoy se han adoptado demuestran que estamos movilizando todas nuestras políticas hacia la economía competitiva, circular e hipocarbónica, que prometimos en la estrategia de la Unión de la Energía.».

El Vicepresidente responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, señaló, por su parte, que «esta estrategia no se limita al transporte y a las emisiones. Debe considerarse un aspecto más de nuestros esfuerzos para modernizar la economía europea y reforzar nuestro mercado interior. Define prioridades esenciales para conseguir una movilidad con bajas emisiones y ofrece orientaciones claras a los futuros inversores. Contribuye al logro de nuestros objetivos, que son siempre los mismos: crear condiciones para que nuestra industria sea más competitiva y pueda ofrecer empleos de calidad.».

Asimismo, el Comisario de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, indicó que: «la UE tiene un ambicioso objetivo de reducción de las emisiones y estoy convencido de que podemos alcanzarlo mediante el esfuerzo conjunto de todos los Estados miembros.

 Los objetivos nacionales vinculantes que proponemos, añadió, son justos, flexibles y realistas. Establecen los incentivos adecuados para generar inversiones en sectores tales como los del transporte, la agricultura, la construcción y la gestión de residuos. Con estas propuestas demostramos que hemos hecho nuestro trabajo y que cumplimos nuestros compromisos.».

Asimismo, la Comisaria de Transportes de la UE, Violeta Bulc, indicó que «el transporte representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de Europa y es una de las principales causas de la contaminación atmosférica. La transición a una la movilidad con bajas emisiones es por tanto esencial para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos de la UE y mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades.

 También, añadió,  es una oportunidad para modernizar la economía de la UE y mantener la competitividad de la industria europea. La estrategia que hemos adoptado  presenta una hoja de ruta hacia una movilidad con bajas emisiones y dará impulso a esa transición.».

Inversiones y objetivos

En la UE ya han comenzado los esfuerzos para adecuar las inversiones privadas a los objetivos en materia climática y de eficiencia de los recursos. Los instrumentos financieros de la UE contribuyen considerablemente a la financiación de la lucha contra el cambio climático.

Más del 50 % de las inversiones aprobadas hasta la fecha tienen incidencia en el clima. Dentro del Plan de Inversiones para Europa, el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas está en vías de conseguir movilizar al menos 315.000 M€ en inversiones adicionales en la economía real para mediados de 2018.

Además, la Comisión trabaja activamente para garantizar que el gasto del presupuesto de la UE está en consonancia con los objetivos climáticos. Al menos el 20 % del actual presupuesto de la UE está expresamente vinculado al clima.

 Contexto

En octubre de 2014, los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE fijaron un objetivo vinculante de reducción de las emisiones internas, aplicable al conjunto de la economía, de al menos un 40 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990.

A fin de llevar a cabo esas reducciones, es necesaria la contribución de todos los sectores de la economía. Para que ello resulte rentable, los sectores de la industria y la energía regulados por el régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE) de la UE tendrán que reducir sus emisiones en un 43 % de aquí a 2030, en comparación con 2005.

Otros sectores de la economía, como el transporte, la construcción, la agricultura, los residuos, el uso de la tierra y la silvicultura, deberán reducir las emisiones en un 30 % de aquí a 2030, en comparación con 2005.

 Junto con la propuesta de revisión del régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE) de la UE presentada el año pasado, las propuestas legislativas relacionadas con el clima que hoy se presentan dirigirán la transición hipocarbónica de Europa, respondiendo a los compromisos asumidos por los países de la Unión Europea en el marco del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

La Comisión comenzará a preparar el Plan de Acción sobre la Movilidad con bajas emisiones a fin de poder presentar las restantes iniciativas sin demora. Hacia finales de año, la CE también tiene previsto presentar nuevas iniciativas sobre las energías renovables, la eficiencia energética y el mercado interior de la energía, que forman parte de la estrategia de la Unión de la Energía.

 Reacción  del COPA-Cogeca

 En reacción a los planes de la Comisión de una Estrategia Europea a favor de una Movilidad de bajas emisiones, el Copa-Cogeca acogió favorablemente la idea de introducción progresiva de los biocombustibles avanzados, pero rechazan el abandono gradual de los objetivos de la UE para los biocombustibles convencionales para después de 2020.

La Comisión propone la supresión progresiva de los biocombustibles convencionales después de 2020 y su sustitución por biocombustibles más avanzados. Ahora bien, el Copa-Cogeca argumenta que ambos tipos de biocombustibles son de una importancia crucial de cara al futuro, si la UE desea conseguir el objetivo de una economía sostenible e hipocarbónica.

El secretario general del Copa y de la Cogeca, Pekka Pesonen, explicó que los biocombustibles convencionales, producidos a partir de cultivos herbáceos de la UE, no sólo proporcionan a la UE combustibles para el transporte respetuosos del medio ambiente para descarbonizar el transporte por carretera de manera poco costosa, sino que también garantizan la seguridad alimentaria y el equilibrio de los mercados agrícolas.

También refuerzan el suministro de piensos, ya que sólo se utiliza una parte de la cosecha para producir biodiesel o bioetanol. El resto son co-productos ricos en proteínas utilizados para piensos, lo que es crucial para los ganaderos, particularmente en la crisis actual.

Además, añadió el secretario general del COPA-Cogeca, crean una fuente adicional de ingresos para los agricultores; y la industria de los biocombustibles es una fuente clave de crecimiento y empleo en las zonas rurales de la UE. Además, son una parte importante de la bioeconomía.

Los biocombustibles forman parte de la solución y contribuyen a la lucha del sector agrícola contra el cambio climático y a alcanzar los objetivos del acuerdo de París de la #COP 21 y la estrategia de bioeconomía de la UE, según Pesonen».

Resumiendo, según Pesonen, «la Comunicación de la Comisión no contempla ninguna medida concreta para alcanzar los objetivos políticos del clima y la energía en el sector del transporte por carretera. El COPA-Cogeca considera que para conseguirlo, los combustibles avanzados deben desarrollarse a escala comercial en paralelo con los biocombustibles convencionales.»

 Cambio climático

 Como reacción a las nuevas normas por las que se rige el cambio climático, el COPA-Cogeca considera positiva la flexibilidad recogida en los planes para que la agricultura y silvicultura de la UE puedan invertir el cambio climático, al tiempo que aseguran la seguridad alimentaria.

El secretario general del COPA-Cogeca, Pekka Pesonen declaró que “el acuerdo global de París sobre el Clima estipula que la agricultura debe adaptarse de manera equilibrada, sin poner en peligro la producción alimentaria.

Este acuerdo debe respetarse, añadió Pesonen porque, a fin de cuentas, no tiene sentido resolver el problema del cambio climático estrujando a los agricultores eficientes y a las cooperativas de la UE, y tampoco poniendo en peligro el suministro de productos alimentarios de calidad.

Por consiguiente, se estima favorable que se haya añadido cierta flexibilidad en la distribución del esfuerzo y en las decisiones relativas al UTCUTS, publicadas este 20 de julio, para que el sector agrícola y silvícola de la Unión Europea, puedan luchar contra el cambio climático de manera equilibrada.

«Debe garantizarse la adecuada flexibilidad entre los sectores incluidos en el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión (ETS por sus siglas en inglés) y los que no están sometidos a este régimen (no-ETS)”. Además, añadió el secretario general del  COPA-Cogeca, «es particularmente importante, en vista de que estos sectores también absorben emisiones de la atmósfera.

Los sectores de la agricultura y de la silvicultura de la UE aportan una gran contribución en la lucha contra el cambio climático, ayudando a la UE a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Las materias primas renovables derivadas de estos sectores están proporcionando ya soluciones y contribuyen al posterior desarrollo de la bioeconomía, algo que es crucial para afrontar la adaptación y mitigación del cambio climático.

Pensamos, concluyó Pesonen, que aún puede mejorarse la situación explorando las sinergias y elevando la eficiencia, pasando de una contabilización del carbono adecuada a una planificación de nutrientes».

 

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