Estabilidad en el índice de precios mundiales de los alimentos básicos de la FAO en abril

El índice de precios de los alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se situó en abril de 2018 en un promedio de 173,5 puntos, es decir, prácticamente sin variaciones respecto de marzo, pero un 2,7 % más que en el mismo período del año pasado.

Estabilidad en el índice de precios mundiales de los alimentos básicos de la FAO en abril

Mientras que los precios de la mayoría de los cereales y los productos lácteos continuaron aumentando en abril, los precios del azúcar siguieron bajando. Los mercados de aceites vegetales y de carne también continuaron experimentando una presión a la baja.

El índice de precios de los cereales registró un promedio de 168,5 puntos en abril, esto es, un 1,7 % (2,8 puntos) más que en marzo y un 15,4 % por encima de su valor de abril de 2017.

El índice mantuvo su tendencia alcista por cuarto mes consecutivo, debido a las subidas de los precios del trigo, los cereales secundarios y el arroz en los últimos meses. En el caso del trigo, los riesgos relacionados con el clima, especialmente en los Estados Unidos, y la robustez del comercio sostuvieron los precios, mientras que las expectativas de reducción de la superficie cultivada en los Estados Unidos, junto con la disminución de la producción en la Argentina a causa de la sequía, continuaron empujando al alza los precios internacionales del maíz.

Por otra parte, los precios del arroz aumentaron tras una nueva ronda de adquisiciones públicas en Indonesia y la convocatoria de una licitación estatal para la importación en Filipinas.

El índice de precios de los aceites vegetales se situó en abril en un promedio de 154,6 puntos, es decir, un 1,4 % menos que el mes anterior, lo cual refleja principalmente la evolución de los mercados de los aceites de palma, soja y girasol.

Las cotizaciones internacionales del aceite de palma (el que más peso tiene en el índice) disminuyeron a causa de la ralentización del crecimiento de la demanda y el posible aumento de la producción estacional en Asia sudoriental.

Mientras tanto, los valores del aceite de soja siguieron debilitándose como resultado de la persistente solidez del nivel de molturación entre los principales productores.

Por el contrario, los precios del aceite de girasol se afianzaron, debido a las expectativas de una creciente escasez de suministros exportables a escala mundial.

El índice de precios de los productos lácteos registró un promedio de 204,1 puntos en abril, es decir, 6,7 puntos (un 3,4 %) más que en marzo, lo cual representa el tercer aumento mensual consecutivo. Con esta última subida, el índice supera en más del 11 % su nivel en el mismo mes del año pasado.

La tendencia al alza de los precios refleja la robusta demanda de importaciones de todos los productos lácteos, junto con la preocupación en los mercados respecto de las disponibilidades exportables en Nueva Zelandia tras una disminución de la producción de leche mayor a la prevista.

El índice de precios de la carne se situó en un promedio de 169 puntos en abril, esto es, 1,6 puntos (un 0,9 %) por debajo de su valor ligeramente revisado de marzo. A este nivel, el índice es casi igual a su valor de abril de 2017.

Durante el mes bajaron ligeramente los precios de las carnes de bovino y cerdo, mientras que los de las carnes de ovino y aves de corral se mantuvieron estables. El incremento de las exportaciones de las Américas provocó la bajada de los precios de la carne de bovino, mientras que el debilitamiento de la demanda de importaciones causó una reducción de los precios de la carne de cerdo.

El índice de precios del azúcar de la FAO registró un promedio cercano a los 176,6 puntos en abril, es decir, 8,9 puntos (un 4,8 %) menos que en marzo y un 24 % por debajo de su valor en abril de 2017.

El descenso constante de las cotizaciones del azúcar desde el pasado mes de diciembre refleja en gran medida el exceso de oferta en el mercado del azúcar, especialmente en vista de la producción sin precedentes en Tailandia y la India, el segundo mayor productor de azúcar del mundo.

La depreciación de la moneda brasileña (el real) frente al dólar de los EE.UU., junto con las medidas de apoyo público previstas en la India y el Pakistán a fin de impulsar las exportaciones de azúcar, originó una presión adicional a la baja.

* A diferencia de otros grupos de productos básicos, la mayoría de los precios utilizados en el cálculo del índice de precios de la carne de la FAO no se encuentra disponible en el momento del cómputo y publicación del índice de precios de los alimentos de la Organización; por tanto, el valor del índice de precios de la carne de los meses más recientes se deriva de una combinación de precios previstos y observados. En ocasiones, esto puede hacer precisas revisiones significativas del valor final del índice de precios de la carne de la FAO que, a su vez, podrían influir en el valor del índice de precios de los alimentos de la Organización.

Más información en. http://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es/

Oferta suficiente de cereales

De acuerdo con los primeros pronósticos de la FAO sobre la campaña de comercialización de 2018/19, la oferta de cereales debería de ser suficiente para satisfacer las necesidades de consumo.

Si bien se prevé que las reservas mundiales de cereales disminuirán, es probable que esa disminución interese sobre todo al maíz. Los primeros indicios apuntan también a una contracción tan solo marginal respecto del nivel récord de 2017/18 del comercio mundial de cereales, sostenido por una firme demanda de importaciones, especialmente de cebada, trigo y arroz.

 La producción mundial de cereales en 2018 no alcanzará el nivel casi sin precedentes de 2017

Sobre la base de las condiciones de los cultivos plantados, las intenciones de siembra en relación con los que todavía deben sembrarse, y suponiendo que las condiciones meteorológicas sean normales durante el resto de las campañas agrícolas de 2018, los primeros indicios sobre las cosechas de cereales de 2018 apuntan a que la producción mundial será inferior en 41,2 millones de toneladas (un 1,6 %) a la cosecha casi sin precedentes de 2017 y totalizará 2 607 Mt, incluido el arroz.

 Se prevé que la mayor parte de la disminución esperada en este año será resultado de una contracción de la producción de cereales secundarios, pronosticada por la FAO en casi 1 350 Mt, es decir, 36,6 millones (un 2,6 % menos) por debajo de la producción récord obtenida en 2017.

El grueso de este descenso podría derivarse de una reducción prevista de 40,5 Mt (un 3,7 %) de la producción anual de maíz en todo el mundo, que se situaría en 1 047 millones de toneladas y compensaría con creces la expansión esperada de la producción mundial de sorgo y cebada.

 Aunque los Estados Unidos deberían de ser responsables de la mayor proporción de este descenso, debido a una reducción probable de la superficie cultivada, se prevén asimismo cosechas más modestas en otros varios países productores importantes, entre ellos la Argentina, el Brasil, Sudáfrica y la Unión Europea (UE).

Las previsiones indican que la producción mundial de trigo en 2018 descenderá hasta 746,6 Mt, esto es, 11,3 millones (un 1,5 %) por debajo del nivel, superior a la media, de 2017.

Se estima que esta reducción interanual será causada mayormente por la Federación de Rusia, que se enfrenta a una probable disminución de casi 9 Mt debida principalmente a las expectativas de un menor rendimiento en relación con los resultados excepcionales obtenidos el año pasado.

Dado que también se prevé un descenso de la producción de trigo en la India y la UE en 2018, es probable que estas reducciones contrarresten los aumentos esperados en Australia y los Estados Unidos.

La FAO pronostica de forma provisional que la producción mundial de arroz en 2018 alcanzará los 510,6 Mt, es decir, un 1,3 % (6,7 millones de toneladas) más que en 2017 y un nuevo récord.

Según las predicciones, este incremento se deberá a una expansión de la superficie, concentrada principalmente en Asia. Con todo, las perspectivas iniciales también son positivas para África y los Estados Unidos de América. En cambio, la producción en Australia podría mantenerse prácticamente sin variaciones, mientras que se prevé que disminuirá en América Latina y el Caribe y en Europa.

 La utilización mundial de cereales, camino de un nuevo récord

El pronóstico inicial de la FAO sobre la utilización mundial –consumo o demanda- de cereales en 2018/19 indica un incremento de alrededor de 16 Mt (un 0,6 %) respecto de 2017/18, hasta alcanzar un nuevo récord de 2 626 millones de toneladas.

Además del aumento previsto del consumo de cereales como alimento, se prevé que la abundante oferta y los precios relativamente bajos impulsarán también la demanda de su uso como pienso, sobre todo en el Brasil, China, los Estados Unidos de América, la Federación de Rusia y México.

Según las previsiones, la utilización mundial de trigo en 2018/19 aumentará por tercera campaña consecutiva y alcanzará los 743 Mt, esto es, un 0,8 % más que en 2017/18.

Si bien se estima que el consumo total de trigo como alimento se incrementará al mismo ritmo que el crecimiento de la población mundial, su uso como pienso podría disminuir ligeramente, debido principalmente a la gran oferta de cereales secundarios con precios más competitivos.

Se calcula que la utilización total de cereales secundarios será de 1 373,5 Mt, es decir, apenas un leve aumento (un 0,4 %) respecto de 2017/18. La utilización mundial de cereales secundarios como pienso podría incrementarse en un 2 % y ascender a 783 Mt en la nueva campaña, sostenida por un fuerte incremento de la utilización de maíz como pienso.

Las previsiones indican que la utilización total de maíz superará en un 2,8 % el elevado nivel de la campaña actual hasta alcanzar un récord de 615 millones de toneladas, estimándose que las mayores expansiones interanuales se registrarán en China y América del Sur.

Según el pronóstico inicial de la FAO, la utilización mundial de arroz aumentará en 5,2 millones de toneladas en 2018/19 y se situará en 509 millones de toneladas.

Nuevamente se prevé que su uso alimentario impulsará este crecimiento, eclipsando una probable disminución de su uso con fines industriales y como pienso.

 El comercio al alza

El pronóstico inicial de la FAO sobre el comercio mundial de cereales en 2018/19 se cifra en 406 Mt, lo que supone un descenso del 0,6 % tan solo respecto de su nivel más elevado de todos los tiempos, previsto en la campaña actual.

Se prevé que el comercio total de cereales secundarios ascenderá a 185 millones Mt en 2018/19 (julio/junio), es decir, un 1,3 % menos que en 2017/18. Las previsiones indican que la disminución de las importaciones en China y la UE conducirán a una contracción del 1,3 % en el comercio de maíz, que se situará en 144 millones de toneladas, previéndose también una reducción del 1,8 % de los flujos comerciales de cebada, que se ubicarán en poco más de 29 millones de toneladas.

Según las previsiones, el comercio mundial de trigo en 2018/19 (julio/junio) se mantendrá cerca del nivel de 2017/18, sostenido por la fuerte demanda de importaciones, especialmente en Asia.

Del mismo modo, se prevé que la oferta para la exportación seguirá siendo abundante, en particular en la Federación de Rusia, que previsiblemente mantendrá su posición como mayor exportador de trigo del mundo por segunda campaña consecutiva.

Tras una revisión al alza de 700 000 kg desde abril, actualmente se pronostica que el comercio internacional de arroz en el año civil 2018 alcanzará los 47,6 Mt. Este nivel estaría apenas un 1 % por debajo del nivel sin precedentes de 2017, debido a la fuerte demanda constante de importaciones en Asia.

Menos existencias de maíz en China

El primer pronóstico de la FAO sobre las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas que terminarán en 2019, de 735,5 Mt, indica una disminución de unos 20,6 millones (un -2,7 %) respecto de sus niveles de apertura.

La mayor parte de esta caída debería de obedecer a la disminución prevista de las existencias de maíz en China, como resultado de la cual se registrará una reducción del coeficiente reservas-utilización a escala mundial, que pasaría del 28,8 % alcanzado en 2017/18, el nivel máximo en 16 años, a un 27,2 % en 2018/19.

Sin embargo, a este nivel el coeficiente se mantendría por encima del promedio y superaría el mínimo histórico del 20,4 % registrado en 2007/08.

Las existencias de trigo podrían aumentar en 2,2 Mt (un 0,8 %) en 2018/19, hasta casi 279 millones, dado que la ulterior acumulación prevista en China superaría las reducciones en varios de los principales países exportadores de trigo, en concreto los Estados Unidos de América y la UE.

No obstante, sin contar las variaciones interanuales de las reservas de trigo en China, se considera que las existencias mundiales de trigo disminuirán por séptimo año consecutivo.

En conjunto, por consiguiente, si bien se prevé que el coeficiente reservas-utilización de trigo a escala mundial registrará un leve descenso tan solo en 2018/19, se calcula que la relación entre las existencias de los principales exportadores y su reducción / (que excluye a China) se reducirá de forma más significativa, pasando del 20,9 % en 2017/18 al 19,2 % en 2018/19.

 Las primeras indicaciones apuntan a una modesta contracción de la oferta mundial de cereales secundarios durante la nueva campaña. Por primera vez en cinco años, se prevé una disminución de las reservas mundiales hasta 283,5 Mt y una caída del coeficiente reservas-utilización mundial desde 22,5 % en 2017/18 hasta 19,8 % en 2018/19.

Sin embargo, la mayor parte del descenso previsto debería de interesar a las existencias de maíz en China, que, según los pronósticos experimentarán una acusada contracción (de unas 15 millones de toneladas por lo menos), a causa de las recientes medidas de políticas adoptadas por el Gobierno para reducir las reservas estatales.

Entre los proveedores del mundo, las reducciones previstas se darían concretamente a los remanentes de maíz en la Argentina y el Brasil, lo que podría conducir a un ligero descenso de la relación entre las existencias de los principales exportadores y su desaparición, que se situaría en un 14 %.

Por el contrario, las estimaciones preliminares apuntan a que, en la campaña venidera, la producción mundial de arroz superará su utilización.

Como resultado de ello, las reservas mundiales de arroz al cierre de las campañas de 2018/19 podrían experimentar su tercer aumento consecutivo, alcanzando los 173 Mt.. Este nivel representaría un 1,2 % más que las expectativas respecto de 2017/18 y sería suficiente para mantener el coeficiente reservas-utilización en un cómodo 33,5 %.

Más información en : http://www.fao.org/worldfoodsituation/csdb/es/

Foto: Ensacando arroz para llevarlo al mercado en Congo.

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