El Índice FAO de precios mundiales de los alimentos básicos bajó en julio por segundo mes consecutivo

El Índice de Precios mundiales de los Alimentos Básicos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) volvió a caer en julio pasado por segundo mes consecutivo, situándose en un promedio de 123 puntos, unos 1,5 puntos menos (-1,2 %) que en junio, pero aun así unos 29,1 puntos (+31%) por encima de su nivel en el mismo período del año pasado.

El Índice FAO de precios mundiales de los alimentos básicos bajó en julio por segundo mes consecutivo

El descenso de julio reflejó, según la FAO, la disminución de los precios de los cereales, de los productos lácteos y de los aceites vegetales, en contraposición con el aumento de las cotizaciones de las carnes y del azúcar.

Así, en cereales, este índice registró en julio un promedio de 125,5 puntos a nivel mundial, esto es, 3,8 puntos menos (-3%) que en el mes anterior, pero aun así 28,6 puntos (+29,6 %) por encima de su valor de julio de 2020.

Los precios internacionales del maíz registraron una caída intermensual de 9,1 puntos (un 6%), debido a rendimientos mejores de lo previsto en Argentina y a la mejora de las perspectivas de producción en Estados Unidos de América.

La cancelación por parte de China de pedidos de maíz de la cosecha anterior también deprimió las cotizaciones de este cereal.

Sin embargo, los precios se vieron sostenidos en cierta medida por la constante preocupación que suscitaron las condiciones de los cultivos en el Brasil, donde la cosecha avanzó muy por detrás del ritmo del año pasado, y los altos precios internos alentaron a los agricultores a dirigir sus ventas a los mercados nacionales.

Los precios de exportación de la cebada y el sorgo también registraron una caída en julio, de 8,3 puntos (-6,4 %) y 8,7 puntos (-5,3 %), respectivamente, sobre todo a causa de la disminución de la demanda de importaciones.

Por el contrario, en julio las cotizaciones del trigo evolucionaron al alza, subiendo 2,2 puntos (+1,8 %) hasta alcanzar su nivel más elevado desde mediados de 2014, a raíz de la constante preocupación que suscitaron las condiciones de los cultivos en América del Norte, donde la persistente sequedad limitó la producción de trigo duro en Canadá y del trigo de primavera en Estados Unidos de América.

En cambio, unas lluvias intensas amenazaron las perspectivas de las cosechas en algunas partes de Europa, mientras que los primeros rendimientos en la Federación de Rusia fueron ligeramente inferiores de lo previsto. En el Hemisferio Sur, las perspectivas sobre la producción siguieron siendo favorables en Argentina y en Australia.

En julio los precios internacionales del arroz aceleraron su descenso hasta alcanzar su punto más bajo en dos años, cuando el lento ritmo de las ventas causado por costos de transporte elevados y obstáculos logísticos se vio agravado por la llegada de nuevas cosechas y movimientos cambiarios.

En aceites vegetales, el índice se situó en julio en un promedio de 155,4 puntos, registrando una pérdida de 2,2 puntos (-1,4 %) y descendiendo por segundo mes consecutivo hasta su nivel más bajo en cinco meses.

La contracción reflejó principalmente la disminución de los precios de los aceites de soja, colza y girasol, que compensó con creces la subida de los valores del aceite de palma.

En julio las cotizaciones internacionales del aceite de palma repuntaron moderadamente, sustentadas por una producción menor de lo previsto en los principales países productores, como resultado de problemas de escasez de mano de obra migrante, principalmente en Malasia.

Por el contrario, en julio se debilitaron los precios del aceite de soja, en gran medida ante la presión ejercida por la reducción de los porcentajes obligatorios en la mezcla de biodiesel en la Argentina.

Mientras tanto, los precios internacionales de los aceites de colza y girasol también se contrajeron como consecuencia de la debilidad de la demanda mundial de importaciones y la previsión de suministros nunca antes registrados para la campaña 2021/22, respectivamente.

En los productos lácteos, el índice de precios de la FAO registró en julio un promedio de 116,5 puntos, es decir, 3,4 puntos menos (-2,8 %) que en junio, descendiendo por segundo mes consecutivo, tras 12 meses de aumentos continuos.

Sin embargo, el índice se mantuvo 14,7 puntos (+14,5 %) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.

En julio disminuyeron las cotizaciones internacionales de todos los productos lácteos representados en el índice, siendo la leche desnatada en polvo la que registró la mayor caída, seguida de la mantequilla, la leche entera en polvo y el queso, principalmente como resultado de una reducción de la demanda de importación de suministros al contado.

El ritmo más lento de la actividad comercial en el Hemisferio Norte, debido a las vacaciones de verano en curso, sumado a las expectativas de aumento de las disponibilidades exportables en los próximos meses, en particular de Oceanía, también deprimió las cotizaciones internacionales de los productos lácteos.

En las carnes, el índice, basado en cálculos y orientaciones estimativas, se situó en un promedio de 110,3 puntos en julio, con un ligero aumento desde junio, un 19,6 % por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.

En julio, las cotizaciones de la carne de aves de corral fueron las que más subieron, sustentadas por el aumento de las importaciones en Asia Oriental, ante la limitada expansión de la producción en algunas regiones productoras, mientras que las de la carne de ovino aumentaron a causa del elevado nivel de las compras para importación y la disminución estacional de los suministros de Oceanía.

Los precios de la carne de bovino también se fortalecieron, como resultado de la escasez en los mercados mundiales, debida a la disminución de los suministros procedentes de las principales regiones productoras y a la continuidad en el elevado nivel de importaciones, especialmente por parte de China.

Por el contrario, los precios de la carne de cerdo registraron una caída, tras una disminución de las importaciones en China, pese a los limitados suministros procedentes de Alemania a raíz de la propagación de la Peste Porcina Africana (PPA) en algunas explotaciones porcinas.

Por último, en azúcar, el índice de precios de la FAO registró un promedio de 109,6 puntos en julio, es decir, 1,8 puntos (+1,7 %) más que en junio, el cuarto aumento mensual consecutivo y el nivel más elevado desde marzo de 2017.

La subida de las cotizaciones internacionales del azúcar estuvo relacionada fundamentalmente con la incertidumbre sobre las repercusiones de las heladas recientes en la productividad de los cultivos en el Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo, que ya se ha visto afectada negativamente por las prolongadas condiciones de tiempo seco.

La mayor firmeza de los precios del crudo, que tiende a alentar a los productores del Brasil a destinar más molienda de caña de azúcar a la producción de etanol, empujó nuevamente al alza las cotizaciones mundiales del azúcar.

Sin embargo, las buenas perspectivas de producción en la India y el debilitamiento del real brasileño frente al dólar estadounidense impidieron mayores aumentos mensuales de los precios.

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