Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía espera apenas 918.000 t de aceite de oliva en la campaña 2022/23

Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía espera apenas 918.000 t de aceite de oliva en la campaña 2022/23

Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha realizado una estimación de 918.000 toneladas de aceite de oliva a nivel nacional en la campaña 2022/23, que se inicia el próximo 1 de octubre, lo que supondría cerca de un 40% y 582.000 t menos que el periodo que concluye este mes.

Esta organización, ante el inicio de dos de las campañas más importantes por su impacto económico y social en el territorio andaluz, como son las del verdeo en este mes de septiembre, y la del aceite de oliva, a partir de octubre, alerta de la crítica situación a la que se verá abocada el sector del olivar andaluz, debido a la sequía extrema que padece el campo y a la espiral de precios alcistas en todos los inputs agrarios, con especial incidencia de la energía, que ha subido un 443% en los dos últimos años.

La situación es muy preocupante en el olivar de almazara, señala Cooperativas. La sequía, junto a la vecería del olivo y las altas temperaturas que se han sucedido desde el mes de mayo, clave para la floración del olivar, ha afectado a la productividad del cultivo, por lo que se prevé una próxima campaña muy corta tanto a nivel regional como nacional.

Esta federación, a falta del aforo oficial de la Junta de Andalucía, prevé una producción en torno a 700.000 t en Andalucía (frente a 1.151.394 t de la campaña actual) y por debajo del millón de toneladas, lo que, traducido al ámbito estatal, estaríamos en una previsión de unas 918.000 toneladas, frente a casi 1,5 millones de la aún vigente campaña 2021-2022.

Así, por ejemplo, en Jaén, la principal provincia oleícola regional y nacional, la producción estimada es de 230.000 t, frente a las casi 500.000 t obtenidas durante la presente campaña, un 117% menos. En Córdoba se estima una producción de 210.000 t, frente a casi 300.000 t que se produjeron en 2021, y en Sevilla rondará las 100.000 t, frente a 139.000 t en 2021.

Por tanto, añade esta entidad, si continúa sin llover, la Comunidad andaluza dejará de producir en la campaña 2022/23 unas 451.394 t de aceite de oliva.

Teniendo en cuenta que el precio medio del aceite es de 3,80 €/kg, según Poolred, a fecha de agosto, supondrá al sector unas pérdidas económicas estimadas, como mínimo, en más de 1.700 millones de euros. Si, además, se considera que el 67% del sector productor está representado por las cooperativas agroalimentarias andaluzas, las pérdidas en estas empresas de economía social ascenderían a 1.143 millones de euros.

Estas previsiones, añade, que fueron realizadas tras la última reunión sectorial del olivar de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, son “susceptibles de empeorar si continúa sin llover”, por lo que es posible que el aforo de la Junta de Andalucía que, previsiblemente, verá la luz en las próximas semanas, corrija esta estimación, pero a la baja, según señala el presidente sectorial, Cristóbal Gallego Martínez.

Para Gallego Martínez, “la gran mayoría de los secanos están prácticamente a cero, sin carga de aceitunas. Las plantaciones de riego, que son las que pueden aportar mayor cantidad de frutos a la campaña, “debido a las limitaciones en el uso del agua, mucha de la aceituna tiene poco calibre, está arrugada e incluso empezando a ennegrecerse, cuando lo habitual es que su color natural fuese verde, pues en estas fechas el olivo se prepara para la lipogénesis, el proceso en el que la aceituna comienza a transformar los azúcares en aceite”.

Para el presidente de la sectorial oleícola de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, “nos estamos acercando al inicio del otoño y no hay perspectivas de lluvia a corto plazo, lo que nos hace ser muy pesimistas, insiste el representante sectorial, quien alude a que la próxima campaña podría ser un calco de la 2014/15, que fue la segunda más baja de la historia”.

Por si fuera poco, los costes de producción están disparados, lo que contribuirá también a un recorte de los márgenes de rentabilidad. Así, el consumo eléctrico, tanto de almazaras como de industrias aceituneras, se disparará en los próximos meses, al concentrarse la mayor actividad de la campaña.

Estos elevados costes, según Gallego, se verán agravados con la baja producción esperada de aceitunas, puesto que, si el precio medio del megawatio/hora del 1 de enero al 31 de agosto de 2020 (según Red Eléctrica Española) era de 35,20 euros, en el mismo periodo de 2022, el precio medio se establecía en 191,40 euros.

Aceituna de mesa

En lo que se refiere al olivar de mesa, tanto de lo mismo. Según Cooperativas, la campaña del verdeo también se presenta con una merma productiva respecto a la 2021/22, motivada por el propio agotamiento de la arboleda tras la cosecha récord anterior, así como por las secuelas del grave déficit hídrico acumulado.

A esto se suma que los costes de la recolección manual, así como la falta de mano de obra, hacen inviable que se coja la aceituna en muchas explotaciones.

En este sector, Cooperativas estima una producción por encima de 500.000 t a nivel nacional “si llueve algo al comienzo de la campaña”, según el presidente del Consejo Sectorial de Aceituna de Mesa de la federación, Gabriel Cabello López.

No obstante, en el peor de los escenarios, la estimación que se baraja es la de la interprofesional del sector, Interaceituna, de 436.000 toneladas, lo que supone casi un 34% menos respecto a la campaña pasada, donde se alcanzó una cosecha récord de 659.000 t de aceitunas de mesa.

No obstante, el stock de enlace de la campaña actual, que estará por encima de 400.000 t, aliviará en gran parte las tensiones comerciales y evitará mayores desequilibrios ante el descenso de la cosecha.

Otros factores adversos

La incidencia de la sequía en la próxima cosecha llega, además, en un momento muy crítico para los productores de aceite de oliva y de aceituna, sumamente afectados por el alza del precio de los inputs, en especial de la energía eléctrica, pero también de los carburantes como el gasóleo y de los fitosanitarios, apunta Cooperativas.

“Los trabajos de riego y los tratamientos que precisan los olivos cuestan más que nunca, y estos costes no se verán compensados con una corta producción”, subraya Cristóbal Gallego, el portavoz sectorial que avisa de la repercusión directa que tendrá en el sector. No en vano, son 372 las cooperativas agroalimentarias andaluzas que viven del olivar (aceite y aceituna de mesa), empresas que aportaron en 2021 un negocio de más de 3.200 millones de euros.

Ante este escenario, la Federación de Cooperativas Agro-almentarias andaluza demanda más apoyo y nuevas ayudas al sector, como sería la reducción de la fiscalidad de carburantes, energía eléctrica, abonos y fitosanitarios.

Además, exige que el agua sea una prioridad, pues la mejor manera de apostar por el desarrollo rural es llevando el agua al campo y a la agricultura. En este sentido, la Federación apuesta por una política hídrica con más infraestructuras para garantizar que el agua llegue por igual a todos los territorios.

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