Bioeconomy Experience: la innovación tecnológica en el uso sostenible de los recursos naturales

El evento Bioeconomy Experience, organizado por el Grupo Cooperativo Cajamar y la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE), apunta a la intensificación tecnológica, las energías renovables, el aprovechamiento de los subproductos, el diseño de nuevos alimentos saludables y el fomento del sistema de innovación público-privada como factores clave para la competitividad futura del sector agroalimentario.

Bioeconomy Experience: la innovación tecnológica en el uso sostenible de los recursos naturales

El encuentro, que se celebra hoy en el Centro de Experiencias de Cajamar en Paiporta en colaboración con el Centro Tecnológico Ainia y la empresa biotecnológica Biopolis, cuenta con la asistencia de especialistas, investigadores y profesionales del sector agroalimentario y empresas de base tecnológica procedentes de toda España. Este evento ha propiciado el acercamiento entre investigadores y empresas productoras para la búsqueda de oportunidades de colaboración mediante la ejecución de proyectos innovadores que hagan más eficientes los procesos industriales, reduciendo las mermas y el desperdicio de alimentos y favoreciendo la generación de un nuevo modelo económico sin dependencia de los combustibles fósiles.

El secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez; el director del INIA, Manuel Lainez; la directora gerente de APTE, Soledad Díaz; y el director territorial de Cajamar, Eduardo Holgado, han inaugurado este evento que combina el carácter científico-técnico de las ponencias con una clara orientación hacia la economía productiva y el mundo empresarial y del emprendimiento.

En la Unión Europea la bioeconomía ya es una realidad. En conjunto genera anualmente un volumen de negocio que sobrepasa los dos billones de euros y da empleo a más de 22 millones de personas en la industria agroalimentaria, química, biotecnológica y energética.  En España, el sector agrario, la pesca, la industria alimentaria, la silvicultura y explotaciones forestales, el sector biotecnológico y las empresas dedicadas a la producción y transformación de biomasa son actividades económicas prioritarias para la creación de nuevas cadenas de valor capaces de implantar la bioeconomía mediante el aprovechamiento económico de toda la biomasa que actualmente no se utiliza y que, en ocasiones, incluso tiene un coste de gestión.

El sector agroalimentario, entendido como la suma de la producción agraria y la industria asociada, los servicios auxiliares y la distribución, según ha señalado Eduardo Holgado, supone prácticamente el 10 % de nuestro PIB y ocupa a más del 10 % de la población activa española.

“En España −ha destacado− el peso específico del sector agroalimentario, la diversidad de nuestra oferta, su sofisticación, la diversidad de agentes implicados en red y sus condicionantes ambientales, hacen de nuestro país un entorno idóneo para el desarrollo de muchas de las premisas más avanzadas de la bioeconomía en ámbitos muy diferentes”.

Tras el acto de inauguración, las sucesivas ponencias han versado sobre los mecanismos para el desarrollo de nuevos productos y procesos basados en materias primas renovables y el uso sostenible de la biomasa, como estrategias para que el sector agroalimentario mejore su competitividad en un futuro inmediato liderado por la bioeconomía.

Alfredo Aguilar, director de la ‘Task Force Bioeconomy’ de la Federación Europea de Biotecnología, y Carlos Palanca, investigador de Biopolis, han destacado en sus ponencias el potencial de la bioeconomía y la biotecnología como motores del cambio hacia un modelo económico más sostenible. Por su parte, Christian Patermann, antiguo director de del programa de Biotecnología, Agricultura y Alimentación de la Comisión Europea (CE) y “padre” de la bioeconomía europea, ha centrado su intervención sobre las perspectivas presentes y futuras desde las experiencias de un país pionero como es Alemania.

Otros de los ponentes han sido Andrés Pascual, jefe del departamento de Medio Ambiente, Bioenergía e Higiene Industrial de AINIA, y José Pío Beltrán, profesor investigador CSIC-UPV. El primero ha explicado el caso de las biorrefinerías que transforman la biomasa en bioproductos y bioenergía, mientras que el segundo ha expuesto el punto de vista de la European Plant Science Organization (EPSO), en la que participan más de 50 instituciones relacionadas con las plantas, de 40 países diferentes, de las cuales 26 organizaciones son españolas.

Laia Alemany, gestora del Departamento de I+D del Grupo Dulcesol, destacó que son la primera y única marca de gran consumo que ha eliminado las grasas hidrogenadas de todos los productos de bollería en España. Integra dos plantas dedicadas a la fabricación de panadería y pastelería en Gandía y Villalonga (Comunitat Valenciana), así como una nueva planta en Argelia. Está presente en más de 40 países, y en los últimos cinco años ha realizado inversiones por valor de 153 millones de euros.

Sofía Grau, coordinadora técnica del proyecto Phorwater en DAM, explicó el proyecto que consiste en la recuperación del fósforo de las aguas residuales que se tratan en las estaciones depuradoras para utilizarlo en forma de estruvita como fertilizante. Los beneficios de esta recuperación son tanto medioambientales como sociales, ya que reduce los vertidos de fósforo al medioambiente, al tiempo que garantiza una fuente de fósforo cercana a los agricultores, y reduce la dependencia de los países productores.

Ignacio González, CEO de Mitra Sol Technologies, expuso cómo una empresa que comenzó dando servicios tecnológicos a empresas agroalimentarias ha pasado, en el último año, a comprar una empresa para poder producir sus propios extractos vegetales con un modelo industrial sostenible. En la actualidad vende, principalmente, en EEUU, Alemania, Reino Unido y Perú.

 

 

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