Un verano lleno de inquietudes. Por Jaime Lamo de Espinosa

Un verano lleno de inquietudes. Por Jaime Lamo de Espinosa

Malas noticias de todo tipo: guerras, sequías notables, inclemencias climatológicas, DANA de comienzos de septiembre y amenazas de otras nuevas…

Por Jaime Lamo de Espinosa, director de Vida Rural.

Querido lector:

¡Qué verano! El más caluroso jamás registrado y lleno de inquietudes y malas noticias de todo tipo. Guerras, sequías notables, in­clemencias climatológicas, DANA de comienzos de septiembre y amenazas de otras nuevas… Septiembre “seca las fuentes o se lleva los puentes… y llena las ciudades y va­cía los pueblos” como nos recuerda Abel Hernández. Y en este mes ve­remos, espero, cómo se cierra la campaña electoral del 23J con la investidura en el Congreso de un presidente del Gobierno… nada fácil dados los resultados y los problemas de ambos candidatos al cierre de sus cómputos de escaños. Agudizados por las exigencias de un prófugo que intenta decidir sobre nuestra vida política española a la que odia.

Mientras, ha seguido la guerra ucraniana. Tanto la bélica como la comercial con el cierre de las salidas de cereal y oleaginosas al Mar Negro y de ahí al resto de países tradicionalmente adquirentes, como España. Tan grave es la situación que el propio Papa Francisco, el último día de julio, pidió a Rusia que desbloqueara el acuerdo para la exportación de trigo y censuró que se usara el grano como arma de guerra; todo ello por el duro impacto que la escasez de alimentos tendrá sobre los precios básicos, muy en es­pecial sobre países africanos y asiáticos. Recordemos que el grano es un arma de guerra en otro sentido. Si Rusia impide las ventas ucranianas está condenando económicamente al país. Lo estrangula, lo ahoga. Y ahoga y mata a su población como ya hizo Stalin en su tiempo con el Holodomor de in­fausto recuerdo.

Pero sin olvidar el impacto que tendrá sobre la inflación de aquellos importadores tradicionales de cereales de Ucrania, como ha sido siempre el caso de España. La propia Unión Europea, a través de Josep Borrell, hizo su llamamiento, a principios de agosto, por su temor a las consecuencias en materia de inseguridad alimentaria y hambre.

Y la sequía, excepcional sequía. Los embalses almacenaban 23.637 hm3 a fecha 31 de julio y cierran a 5 de septiembre, tras la DANA, con 20.763 hm3. Entonces teníamos el 42% de su capacidad y ahora el 37,03%. Y han vuelto las cabañuelas… En lo que queda de año, “años de avispas año de ventiscas” según el meteorólogo Jorge Rey, nos espera un otoño parece que también complicado. La reciente DANA así lo confirma. Veremos que efecto tiene en nuestras reservas de agua. Y la Aemet nos anuncia nuevas DANAs. Sequía que empujó a la fau­na silvestre a penetrar en amplios campos de cultivos, destrozando cosechas para poder sobrevivir, y en las calles de los pueblos. Una sequía para la que están previstos 357,7 millones de euros de subvenciones, pero con una incomprensible exclusión en su aplicación al viñedo y el olivar, cultivos que constituyen una gran parte del patrimonio agrícola y personas que están sufriendo esa sequía, igual que los demás cultivos. ¿Por qué se excluyen?

La Aemet nos ha estado advirtiendo de modo constante y algo alarmista (Madrid fue un ejemplo) de los cambios en la tempe­ra­tura, de sus fuertes elevaciones y de sus peligros. Y los medios nos han insistido hasta la saciedad sobre el cambio climático, aunque a fin de agosto un gran número de científicos del mundo, encabezados por los premios Nobel Clauser y Clintel han advertido de que no existe, en absoluto, “emergencia climática”. Aseguran que la ciencia del clima debería ser menos política. Y ello destruye muchos de los principios y las medidas propuestas y adoptadas por el IPCC, el famoso Panel de París, algunas de cuyas medidas son muy contrarias a la agricultura. Los del Panel Climático olvidan que la agricultura es un gran sumidero natural de CO2 y que acabar con el hambre es lo prioritario.

Respecto a la política hidráulica y el Acue­ducto Tajo-Segura, el Miteco volvió a re­bajar, a principios de agosto, por tercer mes consecutivo, el caudal a trasvasar al ATS, reduciendo así la propuesta técnica y destinando parte de esa diferencia a municipios de La Mancha. Y esto se considera ilegal por los regantes, pues este desvío no está previsto en la normativa que regula el trasvase. El presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, ha cargado de in­mediato contra esta decisión señalando que esto crea un grave perjuicio, “una grave deuda hídrica”, con la región cuando los pantanos de Alicante están prácticamente va­cíos. Mazón proclama en el Día de la Agricultura “impuesto cero, agua y relevo generacional”. Un acierto.

En política hidráulica “hacen falta soluciones, no sanciones” como ha exigido acertadamente el presidente de Asaja en Tomelloso. Estamos otra vez en luchas territoriales por el agua. Y para resolver el problema del agua, entre esas soluciones es necesario sumar inversiones públicas en infraestructuras –hoy prácticamente inexistentes– y añadir –no destruir– más embalses para así aumentar la capacidad de retener las aguas cuando llegan, todo ello bajo un gran Pacto Nacional del Agua, como pidió Núñez Feijóo y tenía toda la razón.

Afortunadamente hemos sufrido pocos in­cendios forestales… pese a la sequedad de los campos y los abundantes matorrales secos en los montes. Y allí donde no los ha habido se ha podido confirmar el gran papel del ganado de pastoreo, ovejas y cabras pre­ferentemente, en la reducción del sotobosque. La excepción: el gran incendio de Tenerife, incontrolable… que ha arrasado un ecosistema único (¿qué habrá sido del pinzón azul?) de unas 15.000 hectáreas.

Y ha empezado la vendimia adelantada por el calor, por la sequía. El pronóstico es una cosecha menor en un 25-35% y menor del 50% en algunas DOP. Pero hay mucho vino del año anterior en bodegas. Y el consumo mundial no crece. Por lo que se destruirán 40 millones de litros (destilación de crisis y cosecha en verde) para reducir la sobreoferta.

La almendra también ha visto adelantada su recolección. Son almendras pequeñas, de poco peso, y encuentran precios bajos en un mercado influido por los ruinosos precios de California.

El aceite de oliva continúa su escalada superando ya los 10 €/l por una producción a la mitad, una carencia de stocks al borde de su ruptura y una próxima cosecha diezmada por la se­quía. Eso aumenta el riesgo de inflación para el último cuatrimestre.
Al tiempo, los productores hortofrutícolas ven sus productos amenazados, cada vez más, por las crecientes exportaciones de Marruecos y terceros países a la UE. Se debería controlar este gran coladero.

Veremos, pues, casi seguro, una inflación alimentada por la incesante subida del precio de los cereales, el arroz –India ha cerrado sus exportaciones– y la carne. Sin embargo, las últimas previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) apuntan a precios más reducidos por las grandes cosechas mundiales de cereales.

Y abandona la UE el comisario Timmermans, desafortunado inspirador del Pacto Verde que tanto está ya perjudicando la PAC y a los agricultores europeos. Ello unido al Farm to Fork y otras lindezas semejantes está provocando que el sector harto de mil cosas –reducir la densidad de animales en sus granjas, eliminar las jaulas, restringir el uso de fertilizantes, ver amenazados sus riegos por el Panel de París, etc.– se haya unido para protestar ante el colectivo ministerial de la UE reunido en Córdoba por los “continuos ataques al sector”, contra las grandes exigencias medioambientales sobre sus cultivos (no comprenden la nueva carga de la cartilla digital agraria), denunciar la “competencia desleal” de Marruecos y terceros países y alertar sobre un posible desabastecimiento de ciertos productos. Está harto de las leyes anti-agrarias de la UE.

Y en el plano político-constitucional, la infanta Leonor ingresa en la academia militar de Zaragoza; es elegida presidenta del Congreso Francina Armengol; Feijóo es candidato a su investidura como presidente del Gobierno y habrá que prorrogar los presupuestos, pues sigue el Gobierno en funciones. Pero asombrosamente quien decide en el tema de la investidura es un fugado y perseguido por la justicia española. Para los constitucionalistas esto es incomprensible. Confiemos en que la sensatez regrese pronto a la vida política. Y feliz Día Mundial de la Agricultura, que lo fue el pasado 9 de septiembre.

Un cordial saludo

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