Después de fuertes calores y sequías llegará la nueva PAC 2023-2027. Por Rosa Pruna

Rosa Pruna. Presidenta de ASAJA Barcelona

Después de fuertes calores y sequías llegará la nueva PAC 2023-2027. Por Rosa Pruna

Rosa Pruna. Presidenta de ASAJA Barcelona

Los sectores agrícolas y ganaderos de toda la Unión Europea, para ser
precisos, están en pie de alarma, casi en pie de guerra por todo lo que está
pasando. Ya no hablamos del cambio climático que nos toca a todos y muy
especialmente al sector primario. Sequías prolongadas, heladas, pedrisco y los
fuertes calores que hacen perder millones de euros a los agricultores y
ganaderos, cuando era importantísimo cosechar mucho cereal, para no tener
que depender de los grandes especuladores de cereales, que no todo es culpa
de la guerra de Ucrania.

Quien más culpa tiene que tengamos unos precios disparados de las materias
primas son los que se enriquecen con carburantes, gas, electricidad y
cereales con el visto bueno de la Unión Europea. La inflación con subvenciones no se arreglará, falta una política firme para unos mercados distorsionados,
hinchados que productores y consumidores pagamos totalmente. Ya es hora
que la Comisión Europea en vez de pagar, escuché más lo que pasa, porque ahora con una mano nos dan una ayuda envenenada y llena de cláusulas para cumplir y, con la otra, nos venden.

Somos moneda de cambio, como siempre desde el 2000, con el libre
comercio, ahora toca Nueva Zelanda. Han firmado un acuerdo con la UE para
la importación gradual durante 7 años de 38.000 toneladas libres de aranceles
de carne de cordero, 10.000 toneladas de carne de vacuno, 15.000 toneladas
de manteca y 25.000 toneladas de leche en polvo. Todo sin aranceles, entrada
libre y para los europeos salida a palos.

Como puede ser que la nueva PAC más verde y de proximidad («De la granja a
la mesa»), permita que recibamos carnes que viajarán 25.000 km libres de aranceles y de CO2 – se ve que eso no va contra el cambio climático-. Ahora podemos ver como a los Países Bajos, nuestros vecinos europeos, les quieren hacer cerrar las explotaciones tanto de cerdos como de vacas porqué contaminan.

Se ve que hacer venir carne de la otra parte del mundo no contamina, barcos, aviones; hacer cerrar para comprar fuera, una política agraria errática ya hace tiempo. Primero por dejar la tierra en barbecho, pagar para no producir, ahora con la guerra inhumana se ha visto como Europa no somos autosuficientes ni de petróleo, ni de gas, ni de cereal. De este último podríamos hacer una PAC más productiva y menos restrictiva.

El sector no quiere vivir de limosna, como ahora anuncia la Comisión Europea
para mitigar las pérdidas millonarias, mientras productores y consumidores somos los grandes perdedores de esta inflación.

Para acabar redondear la nueva PAC nos hace anuncios televisivos de una nueva PAC tan bonita que dice “cuidar el  campo es cuidar nuestra vida”, pero resulta que cada día cierran explotaciones de cítricos, de vacas, de corderos, y compramos carnes de países que no cumplen ninguna de las normativas europeas, eso si quieren ser verdes y sostenibles. A lo mejor todos acabaremos como el chico del anuncio de cerveza, que quiere vivir la vida admirando paisajes verdes, osos, naturaleza. Una vida sin trabajar.

Yo que he sido una ferviente europeísta, me duele hoy que es pierda el espíritu por lo que nació la PAC: producir alimentos y unas rentas dignas a los agricultores.

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