Juan Antonio Aparicio basa su estrategia de rentabilidad en la salud de sus suelos

Juan Antonio Aparicio ha sido durante 45 años el gerente de la delegación en Saldaña (Palencia) de la empresa Casa Riaño. Esta empresa se dedica a la comercialización de insumos agrícolas y es distribuidor partner de Yara para la nutrición del cereal.
En estos momentos, Juan Antonio está jubilado y se dedica a cultivar su propia explotación, actividad que ha hecho suya desde que su padre le dio el relevo hace ya muchos años.
Su padre, Julio Aparicio, fue un visionario de la agricultura, y uno de los primeros que comenzó a implantar las técnicas conservacionistas en España. Hoy en día, su hijo Juan Antonio asegura que llevan 31 años “sin tocar” la tierra, esto es, haciendo siembra directa en todas sus parcelas, bajo el lema de “no trabajes la tierra, deja que la tierra trabaje por ti”.
Desde muy pequeño, Juan Antonio sentía pasión por el campo y la agricultura, profesión que aprendió de su padre. Tiene una finca propia de 339 ha en Villerías de Campos, en Palencia. Es una finca de secano en la que cultiva cebada, trigo, girasol, avena, colza y veza, en rotación. En todas las parcelas se realiza siembra directa, la cual según comenta Juan Antonio, ha conseguido elevar la materia orgánica de sus suelos al 2-4%.
Este es uno de los pilares fundamentales para la salud de sus suelos y tiene una importancia vital para el éxito de la agricultura regenerativa. Para Juan Antonio, la agricultura de conservación no tiene ninguna desventaja, ni siquiera en el tratamiento de las malas hierbas, las cuales controla generalmente con una aplicación de glifosato en presiembra y una correcta rotación de los cultivos. Para el cálculo de las unidades fertilizantes, realiza análisis de suelo cada dos años y análisis foliares todas las campañas, gracias a los cuales puede corregir cualquier carencia en el momento.
Programa de siembra y fertilización
La siembra comienza con la colza durante la segunda quincena de septiembre, la cual se realiza a una dosis de 3 kg/ha de semilla y una fertilización en fondo con Yara Mila Activa (20-7-10 + MgO 3%+ SO310%) a 500 kg/ha. Ya en cobertera y aprovechando el tratamiento para el gorgojo, aplica foliar un abono rico en (Yara Vita Bortrac) y otro rico en azufre (Yara Vita Azos), obteniendo una producción media de 3.200 kg/ha.
Tras la colza se siembran los cereales, (cebada, trigo, la avena y veza). Se comienza tratando la semilla con Yara Vita Teprosyn (9-15-18), a una dosis de 3 l/ha, con lo que consiguen una mayor superficie radicular inicial. Una vez nacida, aplican Yara Vita Starphos a una dosis de 10 l/ha, debido a que estas tierras son pobres en fósforo. Por último, y ya en cobertera, completan el programa de fertilización con 400-500 kg/ha de Yara Mila Activa, siempre al inicio del ahijado, sobre finales de febrero.
Juan Antonio tiene claro que es más eficaz la aplicación en cobertera que en fondo, sobre todo en estos suelos arcillosos que inmovilizan el fósforo. Por ello, se aplica cuando realmente la planta lo necesita, y no en nascecia, periodo en el que las necesidades nutricionales de la planta muy bajas. Por último, realiza un tratamiento foliar en el que combina dos bioestimulantes, Yara Amplix Optitrac y Yara Amplix Gramitrel, los cuales aportan a los cultivos mayor resistencia al estrés abiótico y hace mejora la absorción del resto de nutrientes aplicados. Como resultado, la media de estas parcelas los últimos cinco años ha sido de 5.600 kg/ha de trigo, 6.300 kg/ha de cebada y 5.400 kg/ha de avena.
Para tomar decisiones acertadas en sus campos, Juan Antonio ha desarrollado en una de sus parcelas un sistema de ensayos en franjas de 10 m de anchura en las que realiza pruebas de rotaciones, variedades y fertilizantes. Por poner un ejemplo, el año pasado consiguió un rendimiento en trigo superior en 700 kg/ha en una parcela cuya única diferencia es que había realizado la aplicación anteriormente citada con la mezcla de los dos bioestimulantes de Yara.