ICL comprueba los beneficios del abonado con Polysulphate en el cultivo de remolacha

ICL ha testado en un campo de remolacha en Villamañán (León), un abono en forma de blending que contenía como principal producto Polysulphate, que aporta potasio, azufre, magnesio y calcio totalmente solubles en agua, y con un patrón de solubilización que asegura una disponibilidad de estos nutrientes durante todo el ciclo del cultivo.

ICL comprueba los beneficios del abonado con Polysulphate en el cultivo de remolacha

En esta parcela se utilizó un abono compuesto con un equilibrio final de 17-8-14, con Polysulphate, y se aportaron 1.200 kg, con la idea de que el aporte neto de Polysulphate fuese 250 kg/ha. Este abonado se desarrolló después de estudiar las analíticas de suelo, las extracciones del cultivo y las recomendaciones en el manejo del agricultor, Andrés Santos Curto.

La remolacha se sembró a finales de marzo de 2021 y desde la primera visita a la finca en mayo ya se pudo comprobar una buena nascencia, plantas sanas y sin ningún síntoma de deficiencia. Se realizaron dos visitas más en junio y julio, época ésta de mayor desarrollo, donde se observó un crecimiento espectacular de la planta, tanto de la parte aérea como de la parte radicular.

La campaña tuvo sus complicaciones ya que, a finales de año, la parcela sufrió un ataque muy importante de cercospora que limitó la producción en gran medida, estimándose unas pérdidas debidas a esta enfermedad en torno a 30 t/ha. Sin embargo, a pesar de este fuerte ataque fúngico, la cosecha final estuvo por encima de las 120 t/ha, mientras la media de la zona que se sitúa en torno a las 100 t/ha.

El abonado con Polysulphate aseguró la disponibilidad constante y prolongada de cuatro nutrientes, tres de los cuales están directamente relacionados con la salud de la planta y la mejor resistencias al estrés como son el  azufre, con funciones de defensa y detoxificación; el calcio, que le da permeabilidad en la membrana y mejora la asimilación de nutrientes; y el potasio, que otorga una regulación estomática, firmeza y estructura de las células.

«Tras los resultados obtenidos, podemos concluir que el abonado de la remolacha responde muy satisfactoriamente a la aplicación de Polysulphate a unas dosis en torno a los 250 kg/ha para conseguir crecimientos equilibrados de la remolacha que posibiliten grandes rendimientos y le dota de una resistencia a factores que puedan causar estrés en la planta, aumentando así el potencial productivo del cultivo», apuntan desde la compañía.

 

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