Asaja rechaza el posicionamiento del CEJA sobre la futura PAC por alejarse de la realidad del campo
La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja) manifiesta su firme oposición al reciente posicionamiento adoptado por el Consejo Europeo Jóvenes Agricultores (CEJA) sobre la futura Política Agrícola Común (PAC) post-2027, al considerar que el documento aprobado no responde a las verdaderas necesidades del campo.
Aunque Asaja comparte el objetivo de facilitar el relevo generacional, el contenido del texto aprobado por el CEJA plantea medidas desequilibradas, ideologizadas y alejadas de la realidad productiva de muchas regiones europeas.
«Si bien Asaja apoya el refuerzo de las ayudas a los jóvenes agricultores, nos oponemos firmemente a la idea de ajustar solo esta parte del presupuesto de la PAC a la inflación. Cualquier aumento debería aplicarse a toda la dotación de la PAC, garantizando la equidad entre todos los agricultores activos. Además, la solidaridad presupuestaria no debe romperse dando prioridad a un grupo frente a otros que también se enfrentan a graves problemas económicos», manifiesta la organización.
Medidas que penalizan a sectores clave
La organización considera inaceptable el apoyo del CEJA al establecimiento de techos de ayuda en función de las hectáreas, una medida que perjudicaría gravemente a explotaciones ganaderas y sistemas mixtos, muy extendidos en países como España. Asaja defiende criterios más justos como el valor añadido, el volumen de producción o el empleo generado.
Rechazo a nuevos pilares y condicionalidades ideológicas
Asaja muestra su total desacuerdo con la creación de un tercer pilar exclusivamente ambiental, así como con la denominada “condicionalidad social”. Estas ideas desdibujan la verdadera naturaleza de la PAC, que debe seguir siendo una política agraria, centrada en garantizar la rentabilidad de las explotaciones y la seguridad alimentaria.
La principal barrera para la incorporación de jóvenes al campo es la falta de rentabilidad de la actividad agraria. Márgenes estrechos, altos costes, volatilidad de precios y competencia desleal hacen inviable la viabilidad económica de muchas explotaciones. El CEJA apenas aborda esta realidad en su documento.
Asaja denuncia que las actuales buenas condiciones agrarias y medioambientales (BCAM) contradicen los objetivos fundacionales de la PAC: aumentan los costes, reducen la superficie productiva, generan inseguridad jurídica y contribuyen al encarecimiento de los alimentos. Si Europa quiere conservar sus paisajes, debe remunerar a quienes los mantienen con prácticas voluntarias, no mediante obligaciones.