Informe Cajamar: la cadena agroalimentaria aportó cerca de 100.000 M€ en 2021 a la economía española

Informe Cajamar: la cadena agroalimentaria aportó cerca de 100.000 M€ en 2021 a la economía española

La entidad financiera Cajamar presentó este jueves 16 de junio el “Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo”, un estudio elaborado por el Instituto Valenciano de Investigación Económica (IVIE) y la Universitat de Valencia, que analiza la cadena del valor del sector agroalimentario español, con la aportación del sector primario, de la industria transformadora y también de la distribución comercial de alimentos y bebidas al total de la economía.

El sector agroalimentario, incluyendo la distribución, aportó casi 100.000 millones de euros en 2021 a la economía española, el 9,2 % del Valor Añadido Bruto (VAB) total, dando empleo a un colectivo de 2,3 millones de personas, que equivale al 11,5 % del empleo total nacional.

 

Aunque el peso de este peso agroalimentario en la economía se redujo en cuatro décimas durante el pasado año, aún superó en otras cuatro décimas a la cuota que tenía antes de la pandemia de Covid en 2019 (8,8 %).

Joaquín Maudos, economista y director del informe, junto a Jimena Salamanca, hizo especial hincapié en la evolución de las exportaciones del sector agroalimentario, que crecieron durante 2021 un 11,6 % y alcanzaron un nuevo máximo histórico de 61.646 millones de euros.

España es actualmente la cuarta economía exportadora del sector agroalimentario de la UE-27 y aporta el 10,5 % del total de exportaciones europeas.

Otro aspecto destacado es la competitividad del sector agroalimentario español, superior al de la media de la UE-27, ya que sus costes laborales son por unidad de producto un 29 % más reducidos, sobre todo en el sector primario y, en menor medida en la industria de transformación. Se trata de una brecha de competitividad favorable a España que se mantiene al nivel de 2020.

El documento incluye también en esta edición un análisis del tejido empresarial de la industria agroalimentaria, de los proyectos de I+D del sector y una ampliación de los indicadores medioambientales.

Más en concreto, el crecimiento de  toda la cadena agroalimentaria –sector primario, industria de transformación y distribución- fue del 0,5 % de su VAB en 2021, alcanzando una cifra de 99.792 M€, el 9,2 % del PIB total de la economía española.

Aunque el peso del sector en la economía bajó cuatro décimas en 2021, superó aún en otras cuatro décimas al que tenía antes de la pandemia en 2019 (8,8 %).

Mientras que en 2021 el sector agroalimentario creció por debajo del total de la economía (+0,5 % vs +5,1 %), resistió mejor durante 2020, el año álgido de la pandemia, el impacto de la crisis sanitaria y económica  (-3,1 % vs -10,8 %), debido al carácter estratégico del sector primario, que vio aumentar su valor añadido un 4,3 %.

En 2021, en cambio, el sector de la agricultura, ganadería y pesca redujo su VAB un -5,6 % (según Eurostat, que es la fuente utilizada en la comparativa europea y que difiere del -3,7 % del INE), que contrasta con el aumento del 4 % de la industria de la transformación y del 3,8 % de la distribución de productos agroalimentarios.

Pese a este menor crecimiento en 2021, España se mantiene como la cuarta economía del sector agroalimentario de la UE-27, pues representa el 12 % del PIB comunitario del sector, según Maudos.

El acto de presentación del informa contó, asimismo, con la presencia y participación de Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, quien se congratuló también del crecimiento constante de las exportaciones agroalimentarias, sobre todo en valor, “lo que pone de manifiesto la extraordinaria competitividad de este sector en los mercados exteriores”.

También hizo referencia al incremento de la inversión en I+D+i, “si bien estamos todavía por debajo de la media comunitaria”, y la creciente sensibilización del sector hacia la gestión medioambiental “con una tendencia al alza de la superficie utilizada para agricultura y ganadería ecológica y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”.

España es, además, según queda reflejado en el informe, el principal productor europeo de ganado porcino, vegetales frescos, frutas frescas, aceite de oliva y cítricos, con una cuota de mercado del 24,7 %, 20,9 %, 21 %, 51,7 % y 55,9 %, respectivamente.

Nuestro país es también la sexta economía que más empleo aporta al sector agroalimentario europeo, con un 10,4 % del total. Sin embargo, aunque la recuperación de la economía tras el año de pandemia comienza a notarse, no puso impedir que en 2021 el empleo total del sector en España cayera un 0,4 %.

Así, mientras que el sector primario elevó el número de trabajadores un 1,9 % (lo que contrasta con la caída en su VAB), la industria de transformación y la distribución redujeron el suyo un 2,3 % y un 1,1 %, respectivamente. En total, 8.300 empleos menos, que dejan la cifra de trabajadores del sector en 2.999.142 personas, el 11,5 % de ocupados del total de la economía española.

El envejecimiento de la fuerza laboral del sector agroalimentario es un rasgo característico tanto de la UE-27 como de España, puesto que más del 30 % de las personas empleadas en esta actividad tiene más de 50 años (40 % en la UE-27 y 33,8 % en España). Las mujeres suponen una minoría en el mercado de trabajo del sector agroalimentario en ambos casos, pero se acentúa más en España, donde solo el 29 % del total de trabajadores son mujeres, frente al 36,3 % de la UE.

Inflación en el sector agroalimentario

Ya a finales de 2021, el efecto conjunto de la dificultad en el transporte por la escasez de contenedores, la creciente demanda de cereales, el incremento de precios de los aceites vegetales y de la energía, sumados a las bajas laborales a causa de la COVID-19 y al aumento del IVA de las bebidas azucaradas en España, derivó en un proceso inflacionario de los alimentos y bebidas alcohólicas, cuya tasa de crecimiento se situó en el 4,9 % en España y en el 4,3 % en la UE-27.

En cualquier caso, los productores no trasladaron al consumidor la totalidad del incremento de precios registrado en la producción de los alimentos y bebidas, ya que el coste de producción aumentó en 2021 un 8,2 % en España y un 7,1 % en la UE-27, muy por encima del 1 % y el -0,2 %, respectivamente, de la inflación registrada a finales de 2020 en los precios de producción.

Cesta de la compra

Aunque en 2021 bajó, como se preveía, el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra de los españoles (tras el intenso aumento en 2020 durante la pandemia), estos siguen pesando más que en la de los europeos (23,3 %, frente a un 19,6 %).

Además, su peso supera el que tuvo antes de la pandemia (23,3 % en 2021, frente a  19,7 % en 2019). El gasto per cápita en alimentos y bebidas en España alcanzó los 2.300 euros en 2020 (último año disponible), un 8,4 % por debajo de la media de la UE (2.510 euros). Tanto en España como en la UE-27 ese gasto aumentó, un 7 % y un 4,6 %, respectivamente.

Productividad y competitividad

En la presentación, Maudos destacó, un año más, que la productividad del sector agroalimentario (valor añadido por ocupado) se situó un 29,1 % en 2021 por encima de la media de la UE-27, y que este sector es mucho más competitivo que el europeo, porque sus costes laborales por unidad de producto (CLU) son también un 29% más bajos.

En comparación con la media de Europa, se destaca sobre todo la elevada competitividad del sector primario (sus CLU son un 70 % más reducidos). También es más competitiva la industria de la transformación (con un CLU un 11 % inferior a la UE-27). En cambio, el sector de la distribución de alimentos y bebidas en España es un 3 % menos competitivo que la media europea.

Nuevo máximo en las exportaciones

Las exportaciones mantuvieron en 2021 la tendencia creciente de los últimos años, con un nuevo máximo histórico, que alcanzó 61.646 M€, es decir, un 11,6 % más que el año anterior. España es la cuarta economía exportadora del sector agroalimentario de la UE-27 y aporta un 10,5 % del total.

También es la UE el principal destino de sus exportaciones. Concretamente, Francia, Alemania, Italia y Portugal concentran el 45,9 % de las ventas al exterior de nuestros productos agroalimentarios.

Maudos destacó que nuestro país encadena dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial del sector agroalimentario. En 2021, los números “negros” crecieron un 2,2 %,  hasta situarse en 18.831 M€, el segundo superávit más alto de la UE-27, por detrás solo de Países Bajos, que, como aclaró Baamonde, es un país sobre todo expedidor (reexporta lo que importa de otros países de la UE y de terceros, porque su producción propia no es muy elevada).

En 2021, la fruta y frutos comestibles fueron los principales productos agroalimentarios que exporto España, con el 17,1 % del total de las exportaciones, mientras que el pescado, crustáceos y moluscos fueron el principal grupo de productos que importó (15,5 % del total de importaciones agroalimentarias).

Flujos comerciales con Rusia y Ucrania

El informe analiza también las implicaciones del conflicto bélico Rusia-Ucrania en el mercado internacional agroalimentario. Mientras que el porcentaje total de las exportaciones agroalimentarias españolas hacia ambos países es similar (0,3 % a Ucrania y 0,4 % a Rusia), las importaciones son bajas en el caso del mercado ruso, pero son más importantes en el caso de las compras a Ucrania (2,4 % del total).

Los dos principales productos importados desde este país fueron los cereales (53,1 %) y las grasas, aceite animal o vegetal (41,2 %). El 27,4 % del maíz y el 62 % del aceite de girasol que importa España proceden de Ucrania.

Demografía empresarial

El impacto de la crisis de COVID-19 provocó, según se recoge en el informe, un descenso del -1,8  % en el número de empresas de la industria agroalimentaria española en 2020 (último año disponible), debido a la destrucción en el sector de alimentos (-0,6 %), pero principalmente de las dedicadas a la elaboración de bebidas (-7,7 %).

A pesar de ello, España continúa siendo el tercer país más importante de la industria agroalimentaria de la UE-27 por número de empresas, solo por detrás de Francia e Italia, al concentrar el 10,1 % del total de compañías.

El tejido empresarial de la industria agroalimentaria española está compuesto mayormente por microempresas y empresas sin asalariados (78,5 % del total), mientras que solo un 0,8 % son empresas consideradas grandes. Las empresas de la industria agroalimentaria española suponen el 17,4 % del total de empresas manufactureras del país.

Esfuerzo inversor en I+D

Por lo que respecta a la inversión empresarial en I+D del sector agroalimentario, el Observatorio la cifra en 373 M€ en 2020 (último dato disponible), con un aumento del 2,1 % respecto al ejercicio anterior, encadenando ya cinco años de incremento.

Este ligero aumento de la inversión en el último año no permite reducir la brecha con la UE-27, que se mantiene desde hace más de una década, según Maudos, ya que mientras en España la inversión en innovación en el sector supone el 0,63 % del PIB del sector, en la UE se sitúa en el 0,75 %. Entre los países de la UE-27, el esfuerzo inversor español solo es superior al de Italia.

Sostenibilidad y medio ambiente

El informe 2021 del  “Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo» amplía en esta edición el análisis sobre los avances experimentados en la sostenibilidad del sector y su papel en la protección del medioambiente que inició en el informe anterior de Cajamar.

En este sentido, el estudio destaca que España ha convertido por completo a cultivo orgánico el 8,5 % de su área agrícola total en 2020, frente al 5,8 % de 2012. Además, España es el tercer productor europeo de carne ecológica, ya que aporta el 12,2 % del total en la UE-27.

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector, España logró reducirlas un 2,2 % en 2020, casi el doble que la UE-27 (-1,3 %). La agricultura y la pesca concentraron el 89,7 % de las emisiones del sector, que representan el 25,6 % del total de las emisiones de la economía española.

Retos del sector

Por último, el estudio recuerda dos retos que tiene sobre la mesa el sector agroalimentario español: aumentar el grado de digitalización y mejorar la sostenibilidad.

Además, señala como amenazas que afectan a la competitividad del sector, algunas como el reducido nivel de capitalización de las empresas, su déficit en inversión en I+D+i, el retraso en la incorporación de las tecnologías digitales y su exposición a los riesgos del cambio climático.

Para responder a estos retos, los autores destacan la importancia de las inversiones que se van a financiar a través del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) del sector, con un montante inicial de 1.051 M€, ampliado a 1.800 millones.

“Es una oportunidad única que el sector debe aprovechar para mejorar su competitividad y seguir siendo uno de los principales pilares de la economía española”, destacó Maudos.

El secretario general de Agricultura y Alimentación del MAPA, Fernando Miranda, clausuró este acto de presentación, agradeciendo a Cajamar el esfuerzo de recopilación y análisis de datos económicos del sector y valoró que, al igual que constata el Ministerio, son indicativos de la recuperación y crecimiento del sector a niveles similares a los que había antes de la crisis sanitaria.

Miranda destacó también la lectura que el informe hace de los próximos retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario español, poniendo de relieve el reto de la digitalización. En este sentido, el secretario general ha recordado que, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la inversión C3I5 contiene dos actuaciones integradas en el II Plan de Acción 2021-2023 de la Estrategia de Digitalización del Sector Agroalimentario y del Medio Rural, adoptada por el Gobierno de España en marzo de 2019.

Para el secretario general, los datos aportados en el informe de Cajamar confirman el carácter estratégico del sector agroalimentario en España, dada su contribución en términos de PIB, empleo, comercio internacional y equilibrio territorial, a lo que hay que añadir su importante papel en la protección del medio ambiente y en la lucha contra el cambio climático y contra el despoblamiento.

Enlace puede acceder a la versión completa el estudio

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