Las importaciones de Sudáfrica y Egipto echan por tierra las cotizaciones en campo de la naranja española y valenciana  

La naranja "vieja" de Sudáfrica, en referencia a las entradas de este cítrico en los últimos meses de 2021 a la UE y España,  taponó la salida al mercado de la  “Navelina”, sumándose ahora la naranja de Egipto, país que aumenta también sus exportaciones, con España curiosamente como destino en segundo lugar.

Las importaciones de Sudáfrica y Egipto echan por tierra las cotizaciones en campo de la naranja española y valenciana  

Por ello, LA UNIÓ de Llauradors denuncia que, ante la parálisis y la grave crisis de precios por la que atraviesa la actual campaña citrícola, en el inicio del segundo semestre, no existe una respuesta ni por parte de la Administraciones públicas, ni de la organización interprofesional citrícola, Intercitrus.

Esta organización agraria señala que, a pesar de la magnitud y gravedad de la situación, la Conselleria de Agricultura no reúne su Mesa de la Producción Primaria, ni el Ministerio de Agricultura su Mesa Nacional de Cítricos.

Tampoco se sabe nada de la interprofesional Intercitrus, totalmente desaparecida, y si piensa actuar ante los problemas de la campaña en curso, tal vez porque en su seno están representados los mismos comercios que importan luego producción de terceros países, como Sudáfrica o Egipto, señala esta organización.

Las operaciones comerciales de cítricos son escasas en la actualidad y el porcentaje de fruta sin recolectar en los árboles es muy superior al de otras campañas por estas mismas fechas.

El problema más grave y evidente, afirma La Unió, se observa en las cotizaciones de la naranja “Navelina”, con precios oficiales medios en origen de 0,10 €/kg, una cifra inferior en un 33% a la de la campaña pasada por esas mismas fechas y que no cubre siquiera los costes de producción.  Tal es así que una parte de la cosecha de la “Navelina” podría ir a parar a la industria de zumo, pero este año encima los precios son muy bajos.

Las dificultades de la “Navelina”, añade la organización agraria valenciana, se están trasladando ya al resto de variedades de naranjas como es el caso de la “Lane Late”. Sin embargo, esas mismas naranjas multiplican su precio en supermercados hasta un 1.500%, pues se venden en los lineales en una franja entre 1,40 y 2 euros/kg.

LA UNIÓ indica que existe en el campo una gran cantidad de naranja “Navelina” que no ha salido a los mercados ante la saturación de naranja ya vieja, procedente de Sudáfrica, y la nueva, procedente sobre todo de Egipto, que han taponado la salida de la producción autóctona.

Según datos de esta organización, en solo cinco años se ha incrementado la importación en la UE desde Egipto un 17,45% (50.000 t más) y en los dos últimos años casi un 15% (43.600 t más y con datos hasta noviembre).

El primer país importador es Países Bajos, por donde entra el 51,46% de las importaciones de Egipto y el segundo, curiosamente, es ya España con el 11,67% de las importaciones.

Hasta noviembre de 2021, según datos aportados por La Unió, Países Bajos, que luego hace reexportaciones de producto, había importado 173.305 t, con un aumento de casi un 17% respecto al mismo periodo del año anterior y del 42,3% sobre la media de los últimos años, mientras que España, segundo importador de la UE, había adquirido fuera casi 39.300 t, con un alza del 390,23% respecto al mismo periodo de 2020 y del 226,62% sobre la media de los últimos cinco años.

De los hechos a las realidades

En este sentido, La Unió cree que la Unión Europea debe pasar ya de los hechos a las realidades y no puede negar la evidencia del daño que provocan las importaciones en los productores comunitarios.

Los cítricos deben ser considerados ya como producto “muy sensible” frente a las importaciones de terceros países y es necesaria una reciprocidad o adopción de “cláusulas espejo” para que la oferta de fuera cumpla con los mismos estándares sociales, laborales y medioambientales en los cítricos que los de aquí, señala esta organización agraria.

Para evitar la entrada de plagas letales, que hagan todavía más difícil si cabe la producción europea de cítricos, hay que imponer el tratamiento de frío o “cold treatment” a las producciones importadas de terceros países que tengan riesgo evidente de infestación, recalca esta organización.

Para Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, “la actual campaña citrícola pone en evidencia la incongruencia manifiesta existente. Mientras nuestras cosechas no salen de los árboles o se nos pagan a precios ridículos, aquí se les pone alfombra roja a las importaciones para que nos hundan.

“Las autoridades comunitarias tienen parte de culpa, pero también los importadores que trabajan aquí y allá, y que no tienen escrúpulos en arruinarnos por engordar más su cuenta de resultados”, según Peris.

 

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