La producción en 2020 del sector alimentario cayó por debajo de los 130.000 M€

La pandemia ha puesto fin a un ciclo de seis años de crecimiento continuado de la industria española de alimentación y bebidas en parámetros como la producción, el peso del valor añadido o la creación de empleo, según el Informe Económico 2020 que hoy ha dado a conocer la patronal de este sector, FIAB, en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La producción en 2020 del sector alimentario cayó por debajo de los 130.000 M€

A consecuencia de las medidas de contención para la expansión del coronavirus, la producción real del sector alimentario cayó por debajo de los más de 130.000 millones de euros que se consiguieron en 2019, situándose en 129.854 M€, un -5,3% con respecto a los resultados de ese ejercicio. Sin embargo, esta caída se sitúa muy por debajo del descenso del conjunto de la economía española, un -11%.

En línea con la producción, el Valor Añadido Bruto experimentó también un descenso, hasta los 24.594 M€, un -8,37% inferior a los registros de 2019, según destaca FIAB.

Sin embargo, la gran fortaleza del sector se ha vuelto a mostrar en sus exportaciones, con 17.036 empresas exportadoras (+1,3%) que alcanzaron en 2020 los 33.945 M€, con un aumento 4,4% con respecto al año anterior y un superávit comercial de de 12.608 M€, un considerable aumento impulsado por la caída de las importaciones.

Para la patronal alimentaria, si bien estos datos demuestran la solidez del sector español en el exterior, este crecimiento está muy apoyado en la demanda china de productos cárnicos, sin el cual, la industria acusaría la oscilación de los mercados internacionales y las limitaciones impuestas por la Covid-19.

Así, y por mercados, la UE sigue perdiendo peso en las exportaciones pero continúa siendo el principal destino y absorbe el 54,9% de las mismas. Por destinos, Francia fue el principal mercado para los alimentos y bebidas españoles, con compras por valor de 4.915 millones (+2,3%), por delante de China (3.725 M€), Portugal (3.461 millones, un 2,4% menos) e Italia (3.440 millones, un 7 % menos).

En quinta posición se situó Reino Unido a pesar del Brexit, con 2.152 M€ y una subida del 5,8%, y Estados Unidos también incrementó sus compras un 2,6% pese al arancel impuesto a productos de origen español como el vino o el aceite -hoy suspendido temporalmente-, hasta los 1.885 M€.

Las exportaciones de alimentos y bebidas españoles a países como Marruecos (+39%) o Canadá (+17%) también registraron fuertes repuntes, mientras que entre las mayores caídas destaca la de Japón, cercana al 9% respecto a 2019.

Además, las importaciones del sector bajaron un 6,2%, lo que provocó una mejora de la balanza comercial  hasta alcanzar un superávit de 12.600 M€,

El sector acusa especialmente los efectos de las restricciones sobre la hostelería y de la paralización de turismo. Este escenario ha impulsado las mayores pérdidas, especialmente en aquellos productos más vinculados a esta actividad, y que no han podido ser amortiguadas por el incremento de la demanda en el hogar o por la capacidad exportadora.

De hecho, el consumo en el hogar registró un repunte del 16,15% y alcanzó los 71.319 M€ entre los meses de enero y noviembre, últimos datos disponibles. Las medidas de confinamiento elevaron el gasto medio per cápita realizado en el hogar cercano a los 1.610 euros, un comportamiento que representa un crecimiento del 19,0% con relación al mismo periodo del año previo.

Los datos sitúan a los alimentos y bebidas como el sector industrial que mejor ha soportado el envite de la pandemia, con una caída menor a la de la industria manufacturera y el conjunto de la economía.

“Las empresas de alimentación y bebidas llevan años consolidando los cimientos de una industria robusta y estable. Este esfuerzo ha permitido que el sector resista mejor el fuerte impacto de la Covid-19 y esté en condiciones, con el impulso y la colaboración público-privada, de liderar el cambio para la recuperación económica y social de España”, subrayó en la presentación el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo.

Repercusiones en el tejido empresarial y el empleo

La pandemia ha dejado notar sus efectos sobre el tejido empresarial y en 2020 la industria de alimentación y bebidas contabilizó 30.573 industrias, una pérdida de 200 empresas con respecto a 2019. Las bajas se manifiestan principalmente en el tramo de las pequeñas empresas, aunque el peso de la PYME sigue en el 96% de toda la industria.

Cabe destacar que, durante este ejercicio, la industria de alimentación y bebidas ha mantenido el proceso de concentración empresarial que ya mostraba en años anteriores. Las grandes empresas (más de 200 empleados) se incrementaron en 21 nuevas industrias, de las cuales 5 corresponden a más de 1.000 empleados.

El resultado sobre el empleo revela un descenso del -1,1% en la cifra de afiliados a la Seguridad Social (-4.900 empleados). Así, en 2020 la industria alimentaria mantenía 431.800 trabajadores directos.

La aplicación de los ERTE ha contribuido, como en el resto de sectores, a amortiguar el golpe. Sin embargo, como sector esencial, los alimentos y bebidas han experimentado una evolución muy favorable en la recuperación de trabajadores de los ERTE, mostrando una reducción del -82,8% de los trabajadores en esta situación entre los meses de mayo y diciembre (los ERTE alcanzaron su máximo en el mes de mayo, con 46.200 trabajadores afectados).

Asimismo, esta industria sigue consolidando su apuesta por el empleo femenino, que se elevó en 2020 hasta representar el 39,2%, superando el conjunto de la industria manufacturera (27,8%).

En su intervención en la presentación de estos datos, el secretario general del MAPA, Fernando Miranda, aludió a la resiliencia de la industria alimentaria ante esta pandemia, con un comportamiento ejemplar de toda su cadena.

Miranda destacó la buena evolución de las exportaciones del sector en un año tremendamente díficil, que han convertido a España en el octavo país exportador de alimentos del mundo y el 4º de Europa.

Tras aludir a las medidas dispuestas por el Gobierno para atenuar los efectos de la crisis, los créditos ICO y los ERTES, el secretario general mostró su confianza en que el escenario económico comienza a cambiar en lo que llevamos de 2021 y aludió al Plan de Recuperación puesto en marcha por el Gobierno, para posicionar al sector de alimentos y bebidas en una situación de ventaja competitiva, «pensando en el horizonte 2022-23 para poder alcanzar los 140.000 M€ de facturación del sector».

Un sector con necesidades para liderar la recuperación

El director general de FIAB destacó también el carácter estratégico del sector, imprescindible para impulsar la economía y liderar la recuperación. García de Quevedo aludió a los siete grandes proyectos de Digitalización y Sostenibilidad para ser financiados con fondos europeos que empresas del Consejo de Dirección de FIAB han presentado al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Además de subrayar la importancia de que un sector esencial como el alimentario acceda a estos fondos europeos de manera prioritaria, García de Quevedo también insistió en la importancia de que el Gobierno mantenga el equilibrio fiscal, descartando cualquier subida de impuestos con el objetivo de asegurar la competitividad de las empresas y una mayor renta disponible en el ciudadano que contribuya a la recuperación del consumo.

En este sentido, FIAB destaca la importancia de llevar a cabo campañas de promoción que fomenten el consumo en canales fuertemente castigados por la pandemia como la hostelería y que impulsen la recuperación del turismo, así como la promoción de los productos españoles en el extranjero.

La patronal también reitera que es imprescindible promover la unidad de mercado y evitar regulaciones autonómicas que resten competitividad a la Industria y que se planteen medidas de apoyo públicas para las empresas que realicen inversiones en I+D+i y economía circular para avanzar en transformación y sostenibilidad social, económica y medioambiental.

Igualmente FIAB tiende la mano al Gobierno y ofrece su colaboración para impulsar políticas en nutrición y salud basadas en evidencia científica y que no demonicen ingredientes o productos (en alusión al sistema Nutriscore) y, finalmente, la Federación pide que se aumente temporalmente la masa máxima autorizada de los vehículos de transporte de mercancías por carretera hasta las 44 toneladas para mejorar la eficiencia en el abastecimiento de productos y materias primas, disminuyendo a la vez el impacto ambiental.

Descarga aquí el Informe completo

 

 

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