Los eurodiputados socialistas exigen a la CE medidas frente a la crisis del sector citrícola

A iniciativa de las eurodiputadas socialistas, Clara Aguilera e Inmaculada Rodríguez-Piñero, representantes del sector citrícola de Andalucía y la Comunidad Valenciana se dieron cita este 24 de enero con el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan.

Los eurodiputados socialistas exigen a la CE medidas frente a la crisis del sector citrícola

A continuación, estos representantes presenciaron un debate sobre la crisis del sector citrícola en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.

Durante el mismo, la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura, Clara Aguilera, urgió a la Comisión a tomar medidas urgentes para ofrecer una solución a las crisis del sector productor de cítricos de la UE.

«En los últimos años, nuestros productores europeos de cítricos ha sufrido las consecuencias del incremento constante de las importaciones procedentes de terceros países, principalmente de Sudáfrica, Egipto y Turquía«, afirmó Aguilera.

La eurodiputada andaluza y exconsejera de Agricultura de la Junta regional se mostró también crítica con la distribución de los tiempos de la campaña y la aplicación de aranceles. Y, en este sentido, preguntó a Hogan  si  «¿cree usted que es razonable que se ha haga coincidir, cada vez con más frecuencia, los tiempos de campaña en el Hemisferio Norte y en el Sur?».

«Este solapamiento va en detrimento de los productores europeos, agravado por la ampliación del periodo de aranceles reducidos entre el 15 de octubre y el 30 de noviembre, establecido en el Acuerdo con Sudáfrica«, apuntó Aguilera.

Al respecto, la europarlamentaria mostró su preocupación por el horizonte libre de aranceles a partir de 2026 y alertó también del bajo precio que se paga a los productores por kilo de producto «¿Cómo es posible que crezcan las importaciones con terceros, y que los productores europeos cobren lo mismo que hace tres décadas, 10 céntimos euro por kilo de naranja?».

Igualmente, recordó que la UE debe aplicar las mismas exigencias fitosanitarias y de producción tanto dentro, como fuera de la UE. «Exigimos reciprocidad«, advirtió Aguilera que, en este punto,  señaló que «en la actualidad la UE es demasiado benévola con los fallos en la fitosanidad de los envíos procedentes de Sudáfrica, cuya producción en demasiadas ocasiones da positivos en la plaga de la « mancha negra«, con el fin de no perjudicar el abastecimiento de la industria, y esto es algo que no podemos permitir», denunció.

Por su parte, la eurodiputada valenciana, Inmaculada Rodríguez-Piñero, reiteró la urgencia de unificar los controles aduaneros en la Unión para evitar la competencia desleal, “lo que deja en situación de desventaja a nuestros cítricos, que cumplen con estándares y controles de calidad mucho más elevados que algunos que logran entrar por determinados puertos al mercado europeo”.

En esta línea, incidió Rodríguez-Pilero,  “los socialistas vamos a seguir exigiendo a la Comisión que refuerce la legislación aduanera para garantizar que todas las importaciones cumplen las exigencias europeas de calidad; que evalúe de manera exhaustiva el impacto agregado de todos los acuerdos comerciales de la UE en el sector citrícola y que, en su caso, no solo recurra a las salvaguardas que prevén los acuerdos, sino que también adopte  todas las medidas activas necesarias  para garantizar el máximo aprovechamiento del acceso a terceros mercados por parte de los agricultores europeos que la UE consiga con cada acuerdo».

Por último, las eurodiputadas pusieron el acento en que «si bien España es uno de los mayores productores de cítricos de la UE, la crisis del sector no es una cuestión regional, ni nacional, sino que es una problema europeo que requiere una repuesta de la UE».

Más sensibilidad

La Comunidad Valenciana demandó, por su parte, a la Comisión Europea que sea «sensible» a la crisis que vive el sector citrícola valenciano y que haya una mayor coordinación y control sobre las importaciones, para proteger a los productores y evitar riesgos fitosanitarios.

La consellera de Agricultura de la Generalitat valenciana, Elena Cebrián, participó en el debate celebrado en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y, al respecto, señaló que «pedimos a la Comisión que sean sensibles de la situación de la citricultura en la Comunidad Valenciana» y que se tenga en cuenta el impacto de las importaciones a nivel cuantitativo y las cuestiones fitosanitarias

En declaraciones a la agencia EFE, la consellera calificó de «muy importante» la demanda llevada a Bruselas «siempre con espíritu constructivo y de la mano» del sector agrario valenciano, en favor de «unas condiciones de reciprocidad» en los acuerdos comerciales que se pacten desde la UE con terceros países.

También pidió a la CE «una especial vigilancia, una coordinación mejor en los controles en aduanas, en las fronteras, sobre todo de cara a los enormes riesgos fitosanitarios en el caso de la citricultura pero también de otros muchos productos hortofrutícolas».

Según explicó, la crisis del sector de los cítricos, que está repercutiendo en los precios de esa fruta, se debe a «la confluencia de factores», tanto climáticos como de mercado, sumados a una actividad del consumo en Europa más tardía y junto con la presencia de frutos de origen sudafricano en el mercado de la UE, en virtud del acuerdo comercial con ese país.Todo ello ha generado importantes «pérdidas de rentabilidad para los agricultores valencianos».

Cebrián se refirió a otro aspecto a tener en cuenta y es que «los requisitos de la producción agraria en la Comunidad Valenciana para los cítricos son muy exigentes», ya que la UE se ha dotado de «muchas normas» de tipo ambiental, fitosanitario y laboral. Ello implica que hay unas exigencias que dificultan el competir «en las mismas condiciones» en los mercados internacionales, consideró.

Sobre la posible activación de la cláusula de salvaguardia para frenar la entrada a la UE de los cítricos procedentes de Sudáfrica, Cebrián explicó que no es algo que se pueda hacer de manera automática, sino que hay que valorar «muchos factores»

Recordó que se activó en «un caso muy reciente», las importaciones de arroz de Camboya, Myanmar y otros países, por el enorme incremento y también la situación de los derechos humanos en esos países.

«No es una activación rápida o automática, sino que tiene que estar basada en evaluaciones y justificaciones de tipo cuantitativo (…) cuánto han crecido las importaciones o qué efecto está teniendo sobre un sector particular», añadió.

Cebrián acudió a Bruselas junto con el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero y a representantes de las principales organizaciones agrarias, de cooperativas y exportadores. Se entrevistaron con eurodiputados y con miembros del gabinete de la comisaria europea de Comercio y de la Representación Permanente de España ante la Unión Europea.

Cláusulas de salvaguardia a Egipto y Turquía

Asimismo, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) reclamó al Ministerio de Agricultura que inicie el proceso para aplicar posibles cláusulas de salvaguarda a Egipto y Turquía, tras el aumento de su exportación citrícola al mercado comunitario en los últimos cinco años.

Según esta organización agraria, el aumento de los envíos de cítricos sudafricanos al mercado europeo también ha sido «muy notable» en ese período, pero Sudáfrica «no es la única fuente de perturbación para los cítricos españoles», pues países terceros, como Egipto y Turquía, ejercen una competencia «igualmente desleal».

AVA señaló que, según las cifras del Ministerio de Comercio, la subida acumulada de las exportaciones de cítricos egipcios -naranjas especialmente- a Europa entre 2014 y 2018 ha sido del 78,9 %, con un total de 332.126 toneladas.

En el caso de Turquía, el incremento ha sido del 18,2 %, tras alcanzar en ese período una cifra global de envíos de 284.882 toneladas. Y respecto a Sudáfrica, el aumento se ha materializado en un 40,4 %.

En total, destaca AVA, más de 1,5 Mt de agrios de estos tres países -y sin contar los tonelajes de cítricos de Marruecos, Argentina o Brasil- «han inundado Europa durante los últimos años, compitiendo con los cítricos españoles por el mismo nicho de mercado, cuando ni las condiciones laborales, medioambientales, fiscales o fitosanitarias vigentes» son las mismas que en la Unión Europea.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, considera que «está situación clama al cielo» y es preciso poner en marcha procedimientos para determinar la conveniencia de aplicar posibles cláusulas de salvaguarda, como acaba de dictaminar la Comisión Europea en el caso del arroz tras demostrarse el efecto negativo de las importaciones de arroz de Camboya y Myanmar.

Aguado recordó, tras acudir a la reunión de la Comagri del Parlamento Europeo,  «el devastador impacto que sobre las rentas de miles de familias está teniendo la actual crisis citrícola» en España.

Por ello, apela a «la necesidad inaplazable» de que la Comisión Europea comprenda que es necesario aplicar criterios de reciprocidad al firmar tratados comerciales, para garantizar la seguridad sanitaria de la fruta y para equiparar el resto de elementos condicionantes, a fin de asegurar que la competencia se desarrolla de un modo «mínimamente equilibrado».

El presidente de AVA-Asaja  concluyó que es imprescindible ponerse ya manos a la obra, porque los procesos para lograr una cláusula de salvaguardia son largos, se prolongan durante tres años, tienen que estar perfectamente documentados.»

Sin autocrítica

“Indignante, ni un simple atisbo de autocrítica y con un alarmante desconocimiento de la realidad por parte de la Comisión Europea, parecía más un «diálogo de besugos», pese a los esfuerzos de los eurodiputados españoles, que un debate serio y constructivo celebrado en el seno del Parlamento Europeo”.

Así de gráfico resume Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors, el debate celebrado en la Comisión de Agricultura de la Eurocámara sobre la crisis de la citricultura europea,  al que asistieron en Bruselas junto al miembro de la Ejecutiva de LA UNIÓ, Eduard Martí, y una delegación del sector citrícola de la Comunidad Valenciana y de la Conselleria de Agricultura, que trasladaron el malestar existente ante la falta de soluciones.

Según Peris, el representante de la Comisión Europea afirmó en el debate que “han sido las condiciones internas de producción de las zonas citrícolas españolas (climatológicas o de organización comercial, entre otras), las que han causado problemas en la campaña actual con la bajada de precios que “no coinciden, además, con los que nos han facilitado las autoridades españolas.”

Por ello, añadió,  no hay motivos para pedir la cláusula de salvaguardia a las importaciones citrícolas de Sudáfrica, porque “además no han aumentado significativamente” cuando, sin embargo, los datos oficiales de sus exportaciones a la UE le contradicen y demuestran que han subido más de un 40% en sólo cinco años, hasta alcanzar una cifra superior a los 800.000 toneladas.   

El representante de la Comisión Europea también dijo, según el secretario general de La Unió, que “nunca rebajan las condiciones fitosanitarias en los acuerdos comerciales que suscriben con terceros países”, pero obvió el fondo de la cuestión de la reciprocidad, acerca de la denuncia efectuada por LA UNIÓ sobre la utilización de materias activas por parte de Sudáfrica para el cultivo de los cítricos, cuyo uso está prohibido en la UE.

El secretario general de LA UNIÓ trasladó en todas las reuniones mantenidas en este  viaje a Bruselas las demandas de la organización -que son las de los agricultores valencianos- y que pasan por renegociar los tratados internacionales con incidencia en el sector; la aplicación de la cláusula de salvaguardia, como se ha logrado en el arroz; una reciprocidad real de las normativas europeas en materia fitosanitaria, medioambiental y laboral a las producciones agrarias procedentes de países terceros; así como exigir la implantación del tratamiento en frío en tránsito a todos los cítricos procedentes de países terceros con plagas de cuarentena.

LA UNIÓ aprovechó también el encuentro en Bruselas para trasladar a los representantes de la Comisión Europea una invitación para visitar la Comunitat Valenciana y conocer «in situ» la problemática actual de la agricultura valenciana en general y del cultivo de los cítricos en particular, “hablando con el sector para ver la realidad en la que están sumidos los productores, con sus campos repletos de cítricos en el árbol o en tierra y pensando en abandonar ante la falta de rentabilidad”.

Naranjas desperdiciadas

Por su parte, desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se afirmó que miles de toneladas de naranjas se desperdiciarán en esta campaña en los campos de cítricos españoles, debido a que los precios se han desplomado por debajo de los costes de producción. Mientras tanto, a estas alturas de la actual campaña, según UPA, todavía es posible encontrar en los comercios cítricos provenientes de Sudáfrica y ya empiezan a entrar los que llegan desde Egipto y Turquía.

UPA denunció en Bruselas esta realidad “ilógica e injustificada”, ante las instituciones comunitarias, a las que ha pedido que «dejen de mirar a otro lado» y salven a los productores de cítricos de la bancarrota.

Según esta organización agraria, el sector citrícola está afrontando una de las peores campañas de las últimas décadas. Los precios en origen se hundieron desde principio de campaña, manteniéndose por debajo de los costes de producción, mientras los consumidores, por su parte, han seguido pagando las naranjas, pomelos, mandarinas y limones a niveles muy similares a los de otras campañas.

Las importaciones desde Egipto y Turquía –más tardías- también sirven como excusa para mantener los precios hundidos.

Tras los bajos precios se esconden varios factores, según explican desde UPA, pero es “innegable” que el injusto acuerdo con Sudáfrica ha generado unas “dinámicas de mercado perversas que en nada benefician a los productores ni a los consumidores españoles”.

Los acuerdos deben firmarse si benefician a ambas partes y llevamos mucho tiempo exigiendo reciprocidad en cuanto al cumplimiento de la normativa fitosanitaria y de mercado. En reiteradas ocasiones hemos pedido a los dirigentes que se exija el mismo grado de condicionamientos sanitarios y laboral, más si cabe teniendo en cuenta el riesgo que entraña para la UE la transmisión de potenciales plagas y enfermedades”, declararon desde esta organización.

Informe de impacto comercial

De acuerdo a la normativa europea, cada 3 años la Comisión Europea debe elaborar un informe que el evalúe el impacto de estos acuerdos comerciales. De cara al próximo informe, esperado para el próximo mes de octubre, desde UPA demandan que no solo se contemple el impacto originado hasta la fecha, sino especialmente de cara al futuro a corto y medio plazo.

“Los que trabajamos a diario en este sector sabemos que la realidad diaria cambia a ritmos acelerados y, de aquí a 5 años, el mercado europeo se verá fuertemente copado con mercancías provenientes de plantaciones de variedades tardías, que se solaparan con la campaña europea”.

La realidad, aseguran desde UPA, es que el mercado europeo se encuentra ya compitiendo con estos cítricos provenientes de Sudáfrica desde la mitad de la actual campaña. En ese sentido, se han registrado hasta la fecha la plantación de más de 10.000 ha de variedades tardías en dicho país. La política de Aduanas también debe unificarse y reforzarse en toda la Unión Europea.

Al mismo tiempo, UPA insistió en la necesidad de implementar instrumentos y medidas eficaces ante casos de graves crisis como la que vive actualmente el sector. Estando a favor de una mayor integración y promoción del asociacionismo y de las organizaciones de productores, explicaron, “lo cierto es que no es posible dejar exclusivamente en manos de estas herramientas las medidas que ayuden a hacer frente a la gestión de las crisis”.

Actualmente, y según fuente ministeriales, tan solo el 34 % del sector citrícola está integrado en esas organizaciones de productores.

Para esta organización agraria, la PAC también debe “poner de su parte”, articulando medidas alternativas a las contempladas bajo el modelo actual.

En paralelo, las normas de Competencia reducen al mínimo la capacidad de actuación del sector productor. Las oscilaciones propias del mercado, que surgen a lo largo de la cadena de valor, siempre son repercutidas en el productor, quien frecuentemente se encuentra recibiendo precios por debajo de los costes de producción.

 

 

 

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