La división entre las Comisione s de Agricultura (Comagri) y de Medio Ambiente (ENVI) del Parlamento Europeo ha vuelto a producirse, una vez más, en el debate de la Directiva sobre Emisiones Industriales (DEI), en lo que respecta al lugar que debe ocupar y al papel que debe tener la ganadería comunitaria.
Según el COPA-Cogeca, que defiende los intereses de los productores agrarios y de sus cooperativas en la UE, mientras que la Comagri comprende las dramáticas consecuencias de ampliar el ámbito de aplicación de la DEI en el sector ganadero, la ENVI votó el miércoles 24 de mayo una posición en la que no consideraba la realidad de este sector en la Unión Europea, lo que provoca “una situación de máxima preocupación de cara al debate y votación de esta directiva en el Pleno de la Eurocámara de junio.”
Según el COPA-Cogeca, que defiende los intereses de los productores agrarios y de sus cooperativas en la UE, mientras que la Comagri comprende las dramáticas consecuencias de ampliar el ámbito de aplicación de la DEI en el sector ganadero, la ENVI votó el miércoles 24 de mayo una posición en la que no consideraba la realidad de este sector en la Unión Europea, lo que provoca “una situación de máxima preocupación de cara al debate y votación de esta directiva en el Pleno de la Eurocámara de junio.”
La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo votó sobre la revisión de la DEI, mediante la cual la Comisión Europea intenta ampliar el alcance de su propuesta a las explotaciones ganaderas, y reducir los umbrales de aplicación para el sector porcino y avícola, que ya vienen estando cubiertos por la actual Directiva desde 2010 (cría de cerdos, aves de corral y ganado vacuno de más de 150 «Unidades de Ganado” o LSU).
Desde su entrada en vigor en 2010, añade esta organización, la experiencia con la DEI ha demostrado que su implementación es costosa y administrativamente onerosa. Ampliar su radio de acción a la mayoría de las explotaciones ganaderas (un porcentaje de explotaciones de la UE superior al previsto inicialmente en la evaluación de impacto de la Comisión) tendría consecuencias insoportables para los productores, sus familias y nuestras zonas rurales, según el COPA-Cogeca.
Además, dicha propuesta de revisión de la DEI plantea cuestiones sobre la coherencia general de los enfoques de los responsables de la toma de decisiones de la UE cuando se trata de la ganadería de la UE, que algún día se considera un proveedor de soluciones, como las incluidas en la Estrategia REPower Europe, que exige una mayor producción de biogás en las granjas… ¡y es castigada por la DEI al día siguiente!
La votación de la ENVI ignoró el proyecto de opinión de su homólogo de Agricultura en el Parlamento Europeo. La Comisión de Medio Ambiente votó a favor de umbrales muy bajos y, así, se consideraron 200 LSU para cerdos y aves de corral, 300 LSU para vacuno (a menos que sean extensivos) y 250 LSU para granjas mixtas, a menos que un tipo de animal sea igual o inferior a 25 LSU.
En otras palabras, según el COPA-Cogeca, una de cada dos granjas porcinas y avícolas en Europa se incluirá en el ámbito de la revisión de esta Directiva, añadiendo cargas adicionales a las espaldas de los agricultores familiares.
El ENVI tampoco entendió otras realidades básicas de la ganadería: que ¡la «gestión del estiércoles» no es la difusión de residuos por la tierra!
Como premio de consolación, ironiza el COPA-Cogeca, la Comisión de Medio Ambiente propuso incluir una cláusula de reciprocidad para los productos importados, sin explicar cómo se pondría en marcha y cómo funcionaría en la práctica.
Ahora que nos acercamos al Pleno del PE, concluye esta organización, con una Eurocámara dividida, la próxima votación es muy sencilla de ver para la comunidad agrícola de la UE, en el sentido de conocer si el Parlamento Europeo dará la espalda a la ganadería europea, como lo está haciendo la Comisión.