La Comisión Europea propone ajustes al nuevo presupuesto UE para romper el bloqueo con la Eurocámara

La Comisión Europea ha planteado ajustes a su propuesta de presupuesto para el periodo entre 2028 y 2034, con un objetivo de gasto «rural» en el sector agrícola entre otros cambios, para tratar de sortear el rechazo del Parlamento Europeo al plan original que Bruselas había puesto sobre la mesa, según un documento al que EFE tuvo acceso este lunes.
El documento, que llegó a la Eurocámara el domingo, se ha debatido este lunes en una reunión por videoconferencia entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, cuyo país ostenta este semestre la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y representa a los países.
«Hemos aclarado y reforzado nuestros objetivos en tres áreas clave: asegurar el papel de las regiones, reforzar la identidad de la Política Agrícola Común y aumentar la gobernanza. Ahora tenemos un entendimiento sólido de las propuestas y un camino claro hacia delante», dijo Von der Leyen en un mensaje en redes sociales.
El rechazo del Parlamento se enfoca en la gran novedad de la propuesta planteada por la Comisión en julio, que consiste en aglutinar en un gran fondo -que se llevaría casi un tercio de los dos billones del presupuesto- las ayudas regionales y agrícolas, además de las de pesca y las destinadas a migración y gestión de fronteras.
Los grupos parlamentarios proeuropeos creen que la centralización de las decisiones a nivel nacional socavaría el valor añadido del presupuesto comunitario y subrayan que los montantes asignados para la Política Agraria Común y la de Cohesión «representan una sustancial reducción en términos reales» con respecto al presupuesto anterior.
Al menos un 10% al sector agrícola
En respuesta, la Comisión Europea sugiere crear un «objetivo rural» que obligue a los Estados miembros a dedicar «al menos un 10%» de los planes nacionales en el sector agrícola, una cantidad que se añadiría al monto ya previsto para la Política Agraria Común y la Política Pesquera Común.
En el documento, Bruselas defiende que los planes nacionales «se han propuesto con el fin de crear un marco de programación más coherente, sencillo y eficaz para los Estados miembros y las regiones».
«Para reforzar aún más su identidad, el presente documento expone propuestas en los textos jurídicos para establecer un objetivo rural, reforzar el carácter común de la política agrícola común, seguir reforzando el papel de las regiones y la previsibilidad de sus asignaciones e identificar claramente la asignación mínima para la política pesquera común», apunta la Comisión.
También se propone involucrar a las autoridades regionales en ciertas conversaciones con Bruselas sobre el presupuesto y otorgar tanto a la Eurocámara como al Consejo un papel más relevante en la negociación de estas cuentas multianuales, para las que las conversaciones ya se han iniciado de manera informal.
Fuentes del equipo de Metsola señalaron que, aunque siempre habrá sectores del Parlamento Europeo a los que la propuesta se les quede corta, la institución «ha recibido más o menos lo que quería» y las primeras impresiones de los líderes políticos es positiva.
El documento ha logrado, de momento, que los grupos parlamentarios no presenten esta semana una resolución de rechazo a la propuesta de presupuesto, que -si bien simbólica- hubiera ahondado en la brecha institucional y complicado el inicio de las conversaciones.
Fuentes socialdemócratas, no obstante, avisan de que en su opinión el documento sólo supone un «cambio cosmético» y no aborda el fondo de la cuestión.