Cerca de mil millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año en todo el mundo

Cerca de mil millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año en todo el mundo

Según estimaciones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),  el mundo desaprovecha cada año 931 millones de toneladas de alimentos, un 17% de todos los alimentos disponibles para ser consumidos.

Es decir, cerca de mil millones de toneladas de alimentos terminaron en los contenedores de basura de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios de todo el mundo, de acuerdo a los cálculos estimatovos de esta agencia de Naciones Unidas.

 

Esta cifra se incluye en el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 del PNUMA, en el que se indica que estamos ante un problema que va a más a nivel mundial y que entra en claro contrasta con la situación de hambre que sufren muchos países del mundo.

Este  29 de septiembre se asignó como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, cuyo fin es poner freno a esta tendencia, pero ante todo levantar la conciencia de los millones de hogares  domésticos, donde se calcula que se produce alrededor del 11% de todo el desperdicio alimentario

No solo se trata de la pérdida de alimentos, sino también de los diversos recursos empleados para su producción, como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital.

Todo ello, señala el informe del PNUMA, tiene un negativo impacto en el medio ambiente, puesto que eliminar los alimentos desechados o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases contaminantes de efecto invernadero (GEI ), como el metano.

El desperdicio de alimentos puede tener también repercusiones negativas, que son contrarias a la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos en el mundo, así como de aumentar el precio de estos bienes.

Desde Naciones Unidas se lanza una serie de recomendaciones para evitar el desperdicio y el despilfarro de alimentos en los hogares, como la de consumir mejor cantidades pequeñas, pues es preferible servir y comer porciones más pequeñas, así como compartir raciones en los restaurantes, en caso de que las porciones sean muy grandes.

En relación con las sobras de alimentos, se recomienda guardarlas para otra comida o utilizarlas en un plato diferente.

También aboga por comprar sólo lo necesario, para lo cual conviene hacer una lista antes de hacer la compra y, sobre todo, no comprar más de lo que se puede consumir.

Igualmente hace un llamamiento a no tener prejuicios con algunos alimentos. Por ejemplo, las frutas y verduras «feas» o irregulares son igual de buenas o incluso más en algunos casos.

En el frigorífico es conveniente almacenar los alimentos a una temperatura entre 1 y 5 grados para prolongar su vida útil y también usar los productos en función de su llegada a este electrodoméstico, colocando los productos que ya estaban al frente y los más nuevos en la parte posterior.

Las fechas de consumo prioritario o preferente de los alimentos: «Consumir antes de…»  es una fecha en la que el alimento es seguro para ser consumido, mientras que «Consumir preferentemente antes de…» significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero después de la misma sigue siendo seguro para su consumo.

En cuanto a la «caducidad» del alimento para su consumo es útil para la rotación del inventario de los fabricantes y minoristas.

Entre las recomendaciones también se hace una llamada a “compostar” aquellos desperdicios inevitables de alimentos o a donar el excedente que no se sabe que no se va a consumir.

Soluciones innovadoras

La Asociación Española de Codificación Comercial (AECOC), la patronal que integra a empresas fabricantes de alimentos y a distribución señaló en este día que llevan años luchando contra el desperdicio alimentario por una cuestión ética y moral, al margen de que existan o no leyes para ello.

Aún así, en su Plataforma de Innovación Abierta (PIA), esta Asociación ha puesto en marcha un proceso de búsqueda de “startups” especializadas, que puedan aportar a fabricantes y empresas de distribución alimentaria soluciones novedosas con las que seguir reduciendo más el nivel de desperdicio alimentario.

El proyecto trata de poner en contacto a fabricantes, distribuidores y operadores del gran consumo y de la restauración con “startups” que aporten soluciones innovadoras y colaborativas, con las que dar respuesta a los retos de estos sectores en este ámbito, convirtiendo alimentos que se quedan fuera del circuito comercial en subproductos, nuevos ingredientes, etcétera.

Informe adjunto [EN]: FoodWaste

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