La Administración Trump no anuncia su decisión final sobre los aranceles a la aceituna negra

La Administración Trump no anuncia su decisión final sobre los aranceles a la aceituna negra

El plazo marcado para que la Comisión de Comercio Internacional (ITC) de EE.UU. ofrezca una recomendación definitiva sobre el aumento de los aranceles a las importaciones de aceituna negra española se cumplió en la tarde de ayer sin que el Departamento de Comercio haya anunciado una decisión.

Ni la ITC ni el Departamento de Comercio hicieron pública su decisión definitiva sobre la necesidad de aplicar más gravámenes a la oliva española importada, pero de seguir la pauta de su investigación sobre el daño que causa a los productores estadounidenses, finalmente adoptará los aranceles de manera formal.

Según informa la agencia Efeagro, después de recibir la resolución final de la ITC, el Departamento que encabeza Wilbur Ross deberá decidir si confirma la imposición de aranceles por competencia desleal y derechos compensatorios por las subvenciones que reciben los productores españoles.

El pasado 10 de julio, la ITC ya anunció que ha realizado «determinaciones afirmativas» en su fase final de investigaciones antidumping y de derechos compensatorios sobre la aceituna negra de España, aunque emplazó su decisión definitiva hasta el 24 de julio.

La ITC aseguró entonces que la industria de EE.UU. está «materialmente perjudicada por las importaciones de aceitunas negras españolas, que dijo que «están subsidiadas y vendidas a precios inferiores al valor razonable».

El Departamento de Comercio ya determinó a principios de junio que la aceituna española importada incurre en competencia desleal y que los productores españoles reciben «subvenciones injustas». La ITC no mencionó ninguna sanción comercial, pero según los productores y exportadores españoles, en caso de prosperar el proceso, los aranceles a la importación de aceituna negra española pasarán del 21,60% establecido provisionalmente, a un 34,75%.

En su investigación, el Gobierno de Estados Unidos concluyó que los productores españoles vendieron aceitunas a un precio entre un 16,88 y un 25,50% inferior al valor de mercado.

Así las cosas, el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, y el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora, se reunieron ayer en Madrid con el consejero de Asuntos Comerciales, Ricardo Peláez, y el agregado Económico de la Embajada de Estados Unidos en España, Frank Talluto.

Desde la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) se ha trasladado la preocupación de todo el sector ante esta política arancelaria de la Administración estadounidense. “La aplicación de estos aranceles sobre la aceituna negra de mesa cuestionan la Política Agraria Común (PAC) en su conjunto. De generalizarse esta situación, nos encontraríamos ante una importante amenaza para la competitividad de la industria española y europea”, ha asegurado Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.

Por su parte, el secretario general de Asemesa ha transmitido la preocupación del sector de la aceituna de mesa por las medidas tomadas por Estados Unidos contra la importación de aceituna negra de España, asegurando que “la industria española hace competencia justa por su alta eficiencia. Los problemas del sector californiano se deben a otras causas”. Ha indicado también que el sector va a luchar por el mercado americano por todos los medios a su alcance, incluidos los recursos que correspondan.

Estados Unidos es un mercado estratégico para este sector y para la industria de alimentación y bebidas en su conjunto. Con más de 1.650 millones de euros exportados, la Federación considera esta área geográfica como una de las prioritarias para el sector debido al recorrido y al peso que representa este país para las exportaciones de alimentos y bebidas españoles.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, se reunió del pasado 23 de julio en Bruselas con la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, para, entre otros asuntos, instar a la Comisión Europea (CE) a que acuda a la OMC, una vez que, previsiblemente a lo largo de esta tarde, el ITC ratifique el aumento de aranceles antidumping y antisubvención.

“Hemos pedido, como país, la importancia de ir a la OMC. Nos parece que es un ataque de forma indirecta también a la Política Agraria Común y que la forma de defendernos es ir a la OMC”, declaró Maroto tras el encuentro con la comisaria.

Por otra parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, viaja ayer a Washington para reunirse hoy con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un intento de destensar las relaciones transatlánticas, que atraviesan sus horas más bajas a cuenta de estos aranceles comerciales.

Juncker llegará a EE.UU. acompañado por Cecilia Malsmtröm para hacer la enésima defensa del comercio libre y justo y entablar un diálogo constructivo, pero sin ninguna oferta concreta de negociación como le gustaría a la Administración estadounidense.

Al referirse a este  encuentro,el presidente norteamericano, Donald Trump,  afirmó que iba a proponer al presidente de la Comisión Europea abolir todos los aranceles  mutuos entre ambos bloques comerciales. Lo que salga  de ahí es una incógnita, pero al  menos parece haber servido para frenar la decisón últimoa de oficializar los aranceles a la aceituna negra española.

Levantar  gravámenes

Desde ASAJA-Sevilla esperamos que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no se centre sólo en los aranceles a los coches y al acero europeos y luche también por levantar los gravámenes que ya se le han impuesto a la aceituna negra española, también europea y hasta ahora la gran olvidada en esta guerra comercial.

Tras la confirmación oficial de la imposición de aranceles arbitrarios y desorbitados a la  aceituna negra española el pasado 10 de julio, fruto del giro radical en la política comercial del Gobierno de Trump, desde ASAJA-Sevilla exigimos a la Unión Europea que defienda con más ardor nuestras producciones de aceituna negra y articule mecanismos de ayuda que permitan que los productores españoles de aceituna de mesa puedan paliar el veto de facto a la exportación de aceituna negra española que suponen los aranceles impuestos por EE.UU.

La imposición de aranceles definitivos por parte del Gobierno estadounidense a la aceituna negra española, así como el incremento de los mismos hasta en un 60%, pasando de 21,6% a 34,79% de media, supone un veto de al menos 10 años a la industria española de la aceituna negra, que se ve expulsada de facto del mercado americano al no poder exportar soportando esos gravámenes.

Los aranceles suponen también un tremendo mazazo para los agricultores aceituneros y para la economía de cientos de pueblos olivareros de Andalucía y Extremadura, y especialmente de la provincia de Sevilla, que concentra el 70% de toda la producción. Andalucía genera unas 450.000 toneladas de aceituna de mesa, que equivalen al 80% de la producción nacional y al 18% de la producción mundial.

Veto de Trump

Para esta organización agraria,  hay un claro paralelismo entre el veto del Gobierno de Putin a las exportaciones hortofrutícolas europeas y el veto de Trump, vía arancelaria, a la aceituna negra de mesa, pues ambos vetos tienen un origen claramente político y en ambos casos las producciones agrarias europeas reciben el golpe dirigido contra la política de la Unión Europea, en el primer caso como respuesta a las sanciones que impuso la CE a Rusia por sus actuaciones en Ucrania, y en el segundo caso, según argumenta la propia administración estadounidense, por mantener una política de apoyo al sector agrario, la Política Agraria Común (PAC).

La Comisión Europea, que contrariamente a la capacidad de reacción y la contundencia verbal mostrada con los ataques al acero y al aluminio ha estado moderada e incluso pasiva en el caso de los ataques a la aceituna negra española, y por ende europea, debe ahora minimizar el daño que el cierre del mercado de EE.UU. va a causar a los productores españoles de aceituna negra y especialmente a los agricultores, el eslabón más débil de esta cadena.

En el caso del veto ruso, decretado por el Gobierno de Putin el 7 de agosto de 2014, la Comisión Europea optó por abrir contingentes de retirada para las producciones hortofrutícolas afectadas y un sistema de almacenamiento para las producciones cárnicas, además de incrementar su colaboración en la búsqueda de nuevos mercados. Estas medidas ayudaron a estabilizar el mercado cárnico y hortofrutícola europeo.

Por ello, desde ASAJA-Sevilla instamos en primer lugar a la CE a que, si no logra levantarlos, denuncie los aranceles ante la Organización Mundial de Comercio (OMC),  puesto que como ASAJA ha repetido hasta la saciedad la imposición de estos aranceles es arbitraria y burla todas las normas del comercio internacional, dado que la aceituna de mesa española está sujeta a los mismos parámetros que le resto de aceitunas de la Unión Europea y no cuenta con una ayuda específica al producto, ni al precio, ni a la exportación. Las ayudas que reciben los agricultores de aceituna de mesa están integradas en las denominadas “caja azul” y “caja verde” de la OMC, por lo que por definición se trata de ayudas desvinculadas de la producción. 

En segundo lugar, desde ASAJA-Sevilla exigimos a la CE que apruebe medidas dotadas con recursos económicos suficientes para paliar las pérdidas de los productores de aceituna de mesa y apoye financieramente al sector para buscar mercados alternativos. 

Tal como ASAJA-Sevilla trasladó al cónsul de los EE.UU. en la concentración convocada el pasado 5 de julio en la capital andaluza, la imposición arbitraria de estos aranceles desorbitados a la aceituna negra es un veto de hecho, pues ninguna industria española puede exportar soportando esas tasas, pone en riesgo más de dos millones de jornales y 8.000 empleos directos en uno de los sectores más dinámicos de la economía andaluza, y de manera indirecta se está poniendo en cuestión todo el sistema de ayudas de la PAC en el que se apoya el desarrollo de las zonas rurales de toda la Unión Europea.

 

 

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