España será el primer productor europeo de piensos compuestos para animales este 2019

Según CESFAC, superará por vez primera a Alemania, con una producción industrial récord de piensos compuestos de más de 25 millones de toneladas.

España será el primer productor europeo de piensos compuestos para animales este 2019

Salvo sorpresas, España, un país estructuralmente deficitario en materias primas para la producción de alimentos para animales, liderará este año, con alrededor de 37,5 millones de toneladas, la producción europea industrial (más autoconsumo) de piensos, superando a Alemania.

Se colocará también entre los 10 primeros países productores de piensos para animales a nivel mundial.

Así lo aseguraron tanto  la directora general de Producciones y Mercados Agrarios del MAPA, Esperanza Orellana, como el director general de la Confederación Española  de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (CESFAC), Jorge de Saja, quien estimó que podríamos estar este año unas 100.000 t por encima del país germano.

En una rueda de prensa para hacer un balance de la campaña de 2018 y estimaciones de producción de alimentos compuestos para animales en 2019, valoraron estos volúmenes de producción en cuyo ascenso ha tenido mucho que ver el crecimiento de la cabaña porcina y las exportaciones de carne.

La fabricación de alimentos para animales aumentó en 2018 un 6,3 % anual, hasta los citados 37,5 Mt (incluido producción industrial y autoconsumo)  y un 20 % en los últimos cuatro años (2015-2018), según detalló Orellana.

Orellana recordó  que la industria transformadora y productora de piensos compuestos representa en torno al  12,3 %  del valor de la producción alimentaria total, y  aseguró que se trata de un sector «consolidado», que se está viendo impulsado por su «fortaleza» interna y por la del comercio exterior.

Aún siendo una potencia mundial, se da en cierta medida la paradoja de que estamos ante una industria con una fuerte dependencia de la importación de materias primas -especialmente de proteínas vegetales, como haba y harina de soja,  pero también de cereales (según De Saja, en la nueva campaña y debido a la baja cosecha interna de grano, será necesario importar alrededor de un 60% de las necesidades de materia prima para la elaboración de los piensos),  lo que supone una clara «debilidad» dentro del mercado.

En este sentido, Orellana señaló que la guerra comercial China-EEUU, que afecta a sus elevadas transacciones de soja, está incrementando la volatilidad de los mercados para la alimentación animal y genera bastante incertidumbre.

Uno de los retos para este sector, por tanto, es depender menos  -que no es dejar de depender- de las importantes compras de materias primas para la fabricación de alimentos para animales del exterior, un problema que tiene toda la UE y en el que se imbrica la futura Estrategia de Proteínas Vegetales de la UE.

Por eso, añadió Orellana, España está intentado recuperar cultivos tradicionales, como la veza o los yeros u otros tipo de forrajes, muy beneficiosos para la alimentación del ganado, pero también para salvaguardar la calidad de los suelos,  defender la biodiversidad y el medioambiente, y facilitar la rotación de los cultivos.

Otros desafíos

Orellana  hizo referencia a otros desafíos,  como la reducción del uso de piensos medicamentosos que contengan antibióticos en el marco de la lucha europea contra la resistencia de los antimicrobianos («One health») y que ha bajado del 14 al 10% del total ; la  potenciación de la economía circular, con la reutilización de sobrantes de la alimentación humana o de la producción agrícola (residuos, subproductos, co-productos), o la mejora de la estrategia de comunicación para rebatir con datos científicos contrastados la «proliferación» de noticias falsas  («fake news»)  y «alarmas» que se vierten a través de Internet en las redes sociales sobre la alimentación. Es decir, trabajar para mejorar la reputación social de toda la cadena de producción ganadera, como apuntó Orellana.

Por su parte, Jorge de Saja avanzó que España prevé superar en el presente 2019 la barrera de los 25 millones de toneladas de producción de pienso industrial para animales de granja y mascotas (no se incluye el de autoconsumo), con lo que nuestro país se colocaría por vez primera por delante de Alemania por vez primera en términos de producción industrial

En 2018, según los datos de CESFAC, se superaron los casi 24,84 Mt solo de pienso industrial (excluido el autoconsumo), de los que casi 23,67 millones (+1,81%) se destinaron a la alimentación de animales de granja (porcino, vacuno, ovino, caprino, équidos, conejos, aves y peces), excepto premezclas, y otros casi 1,17 Mt (+4,46%) a la alimentación preparada para animales domésticos.

Esto demuestra, a juicio de De Saja, «el afianzamiento de la producción de piensos en nuestro territorio, en consonancia con la evolución y robustez de nuestras producciones ganaderas.»

Se trata, según De Saja, de una «subida espectacular en los últimos años» y eso implica una «gran responsabilidad» para el propio sector agroindustrial, pese a la «gran paradoja» que supone, como apuntó Orellana,  que España sea el  de los grandes países de la U deficitario no solo  en proteína vegetal, sino también en cereales.

Demanda interna

Aunque la cosecha de cereales no será buena y estará  más de un 30% por debajo de la pasada (que fue de récord) y también será inferior a la media histórica, De Saja recordó  que hay stocks acumulados y producciones suficientes en los ámbitos europeo y mundial para que no haya ningún problema de abastecimiento, a pesar de que España tendrá que importar un 60% de sus necesidades internas.

Para suplir la carencia interna de proteína vegetal, aunque pueda aumentarse en parte algunos cultivos agrícolas (forrajes u oleaginosas), De Saja se mostró partidario también de acudir a fuentes alternativas, como las harinas de insectos -se usan ya para piensos acuícolas-, los co-productos de la alimentación humana o de otros cultivos agrícolas, como la remolacha azucarera, o el aprovechamiento de los descartes de la pesca.

Por último, incidió en la necesidad de «comunicar más», porque hasta ahora «sólo sabíamos hacerlo en situaciones de crisis», y aunque se han realizado  esfuerzos  en este sentido dentro de la cadena de producción, considera, sin embargo, que esa comunicación no está fluyendo y llegando, tanto como nos gustaría, hacia fuera del sector, hacia la sociedad y los consumidores.

Aunque no estuvo presente en la rueda de prensa, el presidente de CESFAC, Fernando Antúnez, a la vez director financiero de la cooperativa de Bajo Duero (Cobadu) y elegido recientemente presidente de URCACYL, afirmó que «la alimentación animal tiene una clara tendencia al alza, consolidando cifras récord en nuestro sector y mejorando la competitividad de las producciones ganaderas, gracias al buen hacer de los profesionales de las fábricas de piensos.»

Según Antúnez, esto se debe a que nos encontramos en un momento de gran desarrollo de la sostenibilidad y la tecnología en la fabricación de piensos, situaciones que también ayudan a la mejora de la seguridad alimentaria y en la reducción de las resistencias antimicrobianas, siendo la apuesta de los profesionales de nuestro sector afianzar estas bases y seguir consolidando esta posición de liderazgo.»

Archivo adjunto:  Datos 2018/19   FEFAC: Anexo I – Datos FEFAC

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