Debemos seguir mejorando el seguro agrario. Por Ernesto Abati García-Manso

Debemos seguir mejorando el seguro agrario. Por Ernesto Abati García-Manso

“Debemos seguir mejorando el seguro agrario, pero también la solvencia y la viabilidad económica del sistema”

Ernesto Abati García-Manso, subsecretario de Agricultura, Pesca y Alimentación y presidente de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA)

AgroNegocios.- ¿Cómo se prevé que acabe el ejercicio 2022 en los principales indicadores del Plan 43º del Sistema de Seguros Agrarios?

Ernesto Abati.-. Finalizando ya el año, podemos avanzar que 2022 se ha caracterizando por una secuencia de eventos climáticos adversos (heladas, sequía, olas de calor, pedrisco y DANAS…) que han provocado graves daños en las producciones agrarias, sobre todo en frutales, cultivos herbáceos, almendro, hortalizas, uva de vinificación, cítricos, olivar, caqui y cereza. La superficie agrícola siniestrada superará los 2 millones de hectáreas, frente a los 1,34 millones de 2021.

Estamos ante un escenario especialmente desfavorable, con fenómenos naturales adversos de especial intensidad durante los últimos años. 2021 ya tuvo una siniestralidad excepcional, alcanzándose una cifra récord de indemnizaciones de 757 M€, cantidad se superará este año, que será el de mayor siniestralidad de la historia del seguro agrario. Todo ello evidencia que el seguro agrario es más necesario que nunca, como la herramienta más eficaz que tienen los productores para gestionar el riesgo en sus explotaciones. Además, se prevé un nuevo récord de capital asegurado de en torno a 16.000 millones de euros.

 ¿Es el sistema público-privado de seguros agrarios más ventajoso tanto para la propia Administración, como para las empresas privadas y para los propios asegurados del sector agrario, que si hubiese un apoyo público cofinanciado con fondos de Desarrollo Rural?

Hay un amplio consenso en que el sistema de seguros agrarios español es una fórmula de éxito desde hace ya más de 40 años, un largo periodo durante el que ha mantenido su estructura básica sin cambios relevantes, lo que muestra su consistencia y eficacia. Abordar la posible cofinanciación comunitaria de las subvenciones al seguro agrario es complejo, por las numerosas variables que concurren y por las repercusiones que tiene. El Plan Estratégico de la PAC contiene una descripción del Sistema de Seguros Agrarios como herramienta de gestión del riesgo, pero manteniendo su financiación a través de fondos exclusivamente nacionales. Esta decisión se fundamenta en que el sistema español está muy consolidado, es más flexible por cuanto permite multitud de opciones de aseguramiento, algunas muy demandadas por los asegurados, y que no serían compatibles con el marco de la PAC. Además no detrae fondos europeos que resultan muy necesarios para financiar medidas de Desarrollo Rural.

Si se da apoyo público a este sistema mediante ayudas de Estado, ¿no pueden darse también mediante cofinanciación con fondos de la UE?

No, no es posible con el actual esquema cofinanciar las ayudas de Estado del seguro agrario con fondos FEADER. La política de seguros agrarios en nuestro país se financia con fondos nacionales, cuya compatibilidad con las normas UE se rige por las directrices y reglamentos comunitarios de ayudas estatales al sector. Además, las normas que regulan los instrumentos de gestión de riesgos, cofinanciados por el FEADER, impondrían unos condicionantes muy diferentes a los del actual sistema.

En el Plan de Seguros Agrarios de 2023, el MAPA consolida la subida de 10 puntos porcentuales a la subvención base de contratación de las primas, aprobada en junio de 2022. ¿Se ha pedido a las CC.AA. que hagan un esfuerzo presupuestario similar para animar la contratación en un contexto de mayor siniestralidad y aumento de costes de producción?

Desde el Ministerio somos conscientes de las dificultades por las que atraviesa el sector agrario, particularmente por la desfavorable evolución de los costes de producción, debido a la coyuntura internacional y, en concreto, de la guerra en Ucrania. En el ámbito del seguro agrario, tenemos en cuenta el aumento de los daños por fenómenos adversos y, por tanto, de las indemnizaciones del seguro y de las primas necesarias para cubrir esa siniestralidad.

Para tratar de paliar esta situación, desde el MAPA se aprobaron diversas ayudas; unas destinadas a sectores concretos y otras de carácter más horizontal. En el caso del seguro agrario, el incremento de 10 puntos porcentuales en la subvención base es una medida de gran trascendencia para los asegurados. Con esta subida, en el caso de colectivos a los que se quiere dar la máxima prioridad, como son los agricultores profesionales, los titulares de explotaciones prioritarias o los socios de organizaciones de productores, la subvención mínima del Ministerio alcanza ya el 50% de la prima base neta para el módulo más contratado, llegando al 60% cuando se trate de agricultores jóvenes.

En estos casos, las CC.AA. disponen de un estrecho margen para complementar estos porcentajes con sus subvenciones, al no poderse superar el umbral máximo establecido por la UE (65% sobre el coste total de la póliza). Por ello, creo que deberían dirigir sus ayudas hacia determinados colectivos o modalidades concretas del seguro para que su apoyo no se vea reducido ante el incremento de subvenciones del Ministerio.

En cualquier caso, el apoyo de las CC.AA. al seguro agrario es bastante heterogéneo. Por supuesto, sería deseable el máximo esfuerzo, como también lo sería alcanzar una mayor homogeneidad en las subvenciones en todos los territorios.

La revisión de algunas líneas de seguros, la actualización de rendimientos productivos en determinados sectores o de las primas por alta siniestralidad de los últimos años en otros, ¿va a suponer un aumento del coste de la contratación para los asegurados en algunas producciones o una reducción de las coberturas en otras?

Es obvio que un incremento de los rendimientos, y también de los precios, establecidos a efectos del seguro a la hora de revisar una determinada línea conllevan un aumento del capital asegurado y, por tanto, una mayor prima. Asimismo, el aumento de la siniestralidad durante los últimos años ha originado un desequilibrio entre las primas abonadas y las indemnizaciones percibidas, desequilibrio que es preciso ir corrigiendo para asegurar la viabilidad del sistema.

Como en cada plan de seguros agrarios, con la experiencia adquirida y el conocimiento de la situación actual, se estudian, se proponen y se aplican medidas de diferente índole, con el fin último de garantizar la viabilidad del sistema, ajustándolo a las necesidades de cada momento y cumpliendo las correspondientes normas y procedimientos actuariales. De esta manera, entre las oportunas correcciones pueden incluirse subidas de tarifas, que se verán compensadas con el incremento de subvenciones aprobado, logrando con toda probabilidad, un resultado final que será netamente muy favorable para agricultores y ganaderos.

Respecto a las coberturas, consideramos que deben de ser siempre lo más amplias posible para que las explotaciones agrarias alcancen el mayor grado de protección. Y este es el objetivo que perseguimos al conceder un mayor porcentaje de subvención.

¿Qué finalidad tiene el estudio sobre el Sistema de Seguros Agrarios Combinados en el actual contexto de cambio climático que ENESA prevé llevar a cabo en 2023?

Como sabemos, el cambio climático es una realidad innegable, y el aumento de la siniestralidad durante los últimos años es una prueba de ello. Por tanto, es importante avanzar en el conocimiento sobre la evolución e incidencia de los eventos extremos más relevantes para los seguros agrarios. Por eso, con este estudio se intentará conocer mejor la evolución de los eventos extremos que afectan en mayor medida a los cultivos, analizándolos en  localizaciones seleccionadas representativas para disponer de suficientes datos climáticos, dado que un mayor y mejor conocimiento será de utilidad en la toma de decisiones.

El seguro agrario se va actualizando y adaptando cada año, pero, ante la concatenación de ejercicios con elevada siniestralidad en el campo, ¿no haría falta una revisión más en profundidad, más adaptada a la situación actual?

Como ha sucedido en estas más de cuatro décadas, el seguro agrario seguirá caracterizándose por su carácter participativo y por su dinamismo. Ello permitirá continuar evolucionando para adaptarse a los retos y a las necesidades del propio sector. Desde ENESA trabajamos en la continua revisión y perfeccionamiento del sistema, buscando el máximo apoyo y colaboración de los diversos actores implicados.

Además, nuestro sistema cuenta con la experiencia y la suficiente solidez técnica y económica para responder a la mayor incidencia de los fenómenos meteorológicos adversos. Es un reto para todos los actores de este sistema mantener y mejorar el seguro con el mayor nivel de protección posible y a un precio que sea asumible para el asegurado, pero garantizando a la vez su solvencia económica.

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