La uva moscatel de Teulada resiste tras la sequía histórica de 2024
El 2024 será recordado como un año crítico para la uva moscatel de Teulada debido a una sequía histórica y la persistente ausencia de lluvias en la zona. Asaja Alicante realizó una visita a las fincas de vid en mayo del pasado año para comprobar de primera mano el panorama que estaban atravesando las fincas de vid, que finalmente desembocaría en una reducción de más del 90% de la cosecha.
Afortunadamente, la pluviometría de este invierno ha dado un respiro a un panorama desolador que podría haber empujado a los agricultores al abandono definitivo. Asaja Alicante estima una producción de uva moscatel de Teulada del 60% respecto a una cosecha normal (1.500.000 de kilos). Así, la asociación prevé que en la actual campaña se recogerán unos 900.000 kilos que podrían haber sido muchos menos sin el gran esfuerzo realizado por los agricultores y, en este caso, del Ayuntamiento.
Juan José Buigues confiesa que la administración local actuó de forma rápida y pertinente con una ayuda de medio millón de euros, procedente del remanente municipal, con el objetivo de salvar el cultivo. Esta actuación de necesidad histórica fue un verdadero balón de oxígeno para unos agricultores locales que luchan a diario para continuar la tradición de esta mítica variedad.
Este año, la mayoría de las cepas ha brotado, pero algunas no han dado uva, y las que han dado, han sido de unos cuatro racimos por cepa. No obstante, Buigues destaca que la cosecha es de excelente calidad, conserva su característico dulzor y tiene buen calibre.
Un cultivo rentable
La Moscatel de Teulada pertenece a la variedad Moscatel de Alejandría, una de las más antiguas del Mediterráneo. Sin embargo, las características de Teulada: su cercanía al mar, un clima moderadamente cálido, su proximidad a la bahía de Moraira y el influjo del viento del llebeig, hace que sea un lugar único donde la moscatel en fresco puede expresarse en su máximo esplendor, tanto en color como en sabor.