Agrícola El Marquino elige YaraVita Biotrac para combatir el estrés en lechuga Iceberg

Miguel Ángel Navarro Sánchez es un joven agricultor que cultiva hortícolas en Murcia y que ha aprendido el oficio de su padre, con el que gestiona la empresa Agrícola El Marquino. La mayoría de las parcelas que cultivan son arrendadas, en total unas 150 hectáreas entre Lorca y Caravaca, que dedican al cultivo de lechuga Iceberg (unas 80 ha), brócoli (30 ha), sandía (20 ha) y el resto lo dedican a barbecho o cereal de invierno.

Agrícola El Marquino elige YaraVita Biotrac para combatir el estrés en lechuga Iceberg

Climáticamente ha­blan­do, Lorca y Ca­ra­vaca son bastante diferentes en lo que se refiere a temperaturas, lo que permite a este agricultor tener lechuga durante muchos meses al año cumpliendo con la exigencia de las empresas que comercializan sus productos, mayoritariamente al exterior, como Natural & Salads, Explotaciones Agrarias Puerto Export y Agroter.

Así, en marzo se inicia el cultivo en Ca­ra­vaca, siendo la última recolección en octubre, y en septiembre se implanta en Lorca, llegando a tener lechuga hasta primeros de mayo sin problema. La pro­ducción media se encuentra entre 35.000 y 40.000 kg/ha.

Su segundo cultivo en im­por­tancia es el brócoli, que este año parece que será el más rentable gracias al mayor precio de esta hortaliza en los mercados actualmente. La producción media se encuentra en­tre 15.000 y 17.000 kg/ha y se corta para el mercado en fresco. Normalmente no suele sa­car dos cosechas en una mis­ma parcela, pero este año lo cultivará en aquellas que fi­na­lizan la recolección de la le­chuga en el mes de junio.

Además de la producción, Miguel Ángel Navarro insiste en la importancia que tiene para la venta conseguir una ele­vada calidad del producto. Los mercados exteriores son muy exigentes en este sentido. Para conseguir sus objetivos, opina que acertar con el abo­na­­do es fundamental y para elaborar el plan anual de fertilización cuenta con el apoyo de los técnicos de Fitolorca, una empresa distribuidora de abonos y productos fitosanitarios de la zona que además realiza asesoramiento agronómico.

Para de­cidir el abonado correcto se hacen análisis de suelo y de agua y con los resultados se de­cide la aportación anual para cada cultivo. Todos los fertilizantes que Miguel Ángel utiliza en su explotación son de la marca de fertilizantes Yara, y tiene claro que le aportan una eficacia elevada año tras año en sus parcelas.

Por ejemplo en lechuga, en las parcelas que se riegan por goteo, incorpora en el caballón 250 kg/ha (500 kg/ha en las parcelas de riego a manta) de YaraMilaTM Complex, un fertilizante complejo con un contenido equilibrado de N (nítrico y amo­niacal), P, K, S, Mg y mi­cro­­­elementos (boro, man­ga­ne­so, hierro, y zinc).

Este abonado se complementa en cobertera con aplicaciones de YaraTeraTM HydroterraTM Zafiro N, un fer­tilizante líquido con mayor pro­­porción de nitrógeno y calcio para un mayor desarrollo ve­getativo al inicio del cultivo, o con YaraTeraTM HydroterraTM Zafiro Plus K, con mayor aporte de potasio y calcio, que favorece el desa­rro­llo vegetativo de la planta para conseguir una mayor calidad del cultivo.

Además este año, debido a la mayor pluviometría registrada durante el final del invierno y principio de la primavera y a unas temperaturas inferiores a las normales en Caravaca, la lechuga Iceberg empezó a tener síntomas de estrés y su crecimiento se ralentizó. To­ma­ron la decisión de aplicar un bioestimulante vía foliar, en con­creto, YaraVitaTM Biotrac a una dosis de 4 l/ha.

Es una formulación líquida para aplicaciones foliares basada en una mezcla de nutrientes y compuestos bioactivos extraídos del alga Ascophyllum nodosum que se ha desarrollado para aliviar las condiciones de es­trés abiótico, como el frío o la se­quía, y ayudar a las plantas en periodos de alta demanda me­tabólica para estimular la flo­ración, formación de frutos, así como aumentar la cantidad y calidad de la cosecha.

Miguel Ángel sostiene que el resultado de la aplicación ha sido muy sa­tisfactorio, lo aplicó en abril y en pocos días la plantas reanudaron su velocidad de crecimiento normal a ese estado fe­no­lógico.

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