AECOC analiza el impacto de fraude, las «fake news» y los plásticos en el sector alimentario

AECOC ha celebrado esta semana el 16º Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad que, bajo el lema “Avanzando en la integridad alimentaria”, ha analizado aspectos de tan claro impacto en el sector como qué futuro presentan los envases plásticos en el sector, cómo detectar y hacer frente a los fraudes alimentarios o qué impacto tienen en el sector las fake news o falsos mitos alimentarios.

AECOC analiza el impacto de fraude, las «fake news» y los plásticos en el sector alimentario

Bajo el título “Plásticos y otros materiales en alimentación a debate: situación actual y perspectivas”, el Congreso contó con las intervenciones del investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas -Miquel Porta-, el jefe del Área de riesgos químicos en los alimentos de AESAN -César Casado- y la subdirectora de ITENE Centro Tecnológico – Carmen Sánchez-.

Miquel Porta abrió del debate argumentando que “aunque la mayoría de nosotros estamos expuestos a altas concentraciones de tóxicos/contaminantes de diversa índole a lo largo de nuestra vida hay que valorar lo mucho que, tanto desde las empresas como desde las administraciones, se ha trabajado para reducir los contaminantes”. En ese sentido, ha puesto como ejemplo como gracias a las políticas públicas y privadas se han conseguido descensos importantísimos de presencia de plomo y mercurio en los seres humanos. Aun así, el investigador ha instado a seguir trabajando en el impulso de medidas que permitan seguir reduciendo la posible presencia de tóxicos y a avanzar en el análisis de los riegos de posibles combinaciones de determinados contaminantes.

Por su parte, César Casado quiso destacar que “no hay que crear alarmismo con estos temas, ya que nunca en la historia hemos tenido unos niveles de seguridad alimentaria como los que tenemos hoy en día”. El responsable de AESAN indicó que “no hay herramienta más eficaz para proteger a la “población que una legislación efectiva” y que la legislación se lleva a cabo a partir de una evaluación del riesgo basada en la evidencia científica”.

En opinión de Carmen Sánchez del ITENE “el sector del envase trabaja para impulsar innovación que contribuya al incremento de la seguridad” y, en ese sentido, pone el foco sobre la importancia de disponer de envases que “no transfieran sus componentes a los alimentos en cantidades que puedan representar un peligro para la salud humana”.

El analista de inteligencia contra el fraude de la DG Santé de la Comisión Europea, Javier Ruiz-Santaella, explicó que la Red Europea de lucha contra el fraude alimentario se creó en el año 2013 en respuesta a la crisis de la carne de caballo con el objetivo de permitir un intercambio de información administrativa fluido cuando las autoridades nacionales se enfrentan a posibles incumplimientos intencionales de la legislación sobre alimentos y piensos con un impacto transfronterizo en el marco de la asistencia y cooperación administrativa.

El analista de inteligencia de la DG de Salud y Seguridad alimentaria de la Comisión Europea (DG SANTE), destacó que en el año 2018 se han compartido 239 casos de sospechas de fraude alimentario transnacional reportados por los miembros de la Red de Fraude Alimentario de la UE, incluida la Comisión. Esto supone un incremento de más del 30 % en el número total de notificaciones con respecto al año anterior. En su opinión “la red de fraude alimentario es muy ágil y se trabaja para hacerla aún más ágil”.

En España las competencias en este tema las tienen las comunidades autónomas y cuando detectan un posible caso pueden compartirlo en la Red Europea de Fraude Alimentario”. Para Javier Ruiz-Santaella el auge en la demanda de cualquier producto intensifica el riesgo de fraude y, el precio, puede ser un buen elemento a la hora de identificar el fraude alimentario.

Por su parte, el subdirector general de Promoción de la Seguridad Alimentaria de AESAN, Victorio Teruel, analizó en el Congreso los beneficios del etiquetado frontal en España, así como qué elementos han motivado la elección del nuevo semáforo Nutriscore para implantarse en nuestro país frente a otros modelos de etiquetado existentes.

En este sentido, Teruel destaca que el Nutriscore “es un etiquetado voluntario que presenta información nutricional de forma simplificada en el frontal del envase del producto alimentario y que , en el marco de la estrategia NAOS, tiene como objetivo ayudar al consumidor en la elección de los alimentos más saludables que le permitan tener una dieta equilibrada y acorde a las recomendaciones nutricionales generalmente aceptadas”.

Así, en su opinión, mediante un código de colores se facilitará a los ciudadanos una información más precisa sobre la calidad nutricional. Uno de los objetivos del nuevo semáforo es permitir que el consumidor adquiera “productos con criterios de salud y no solo por precio, gusto o preferencias”, así como relacionar dieta y salud e influir en la composición de la cesta de la compra de los consumidores.

En su 16ª edición, el congreso puso el foco también en el impacto en el sector de las “fake news” o noticias falsas, es decir, bulos que se propagan con una voluntad deliberada de engañar pero que adquieren, sin embargo, apariencia de noticia real y que, en este caso, afectan a la reputación y ventas del sector de la agroalimentación.

Los periodistas Marc Amorós, autor del libro “Fake news. La verdad de las noticias falsas”, y la periodista Rocío Pérez, coordinadora de Maldita Ciencia en Maldita.es animaron a las empresas a contrarrestar la falsedad informativa con más transparencia y alertaron del riesgo de considerar información a aquellos comentarios no contratados que circulan a gran velocidad pro las redes sociales. En su opinión el sector alimentario, por su proximidad con la sociedad y la opinión pública general, es especialmente proclive a sufrir el “ataque” de informaciones falsas o “pseudoinformación” que pueden poner en peligro su reputación.

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