Tareo digital: el primer paso hacia una agricultura escalable, trazable y conectada
En el panorama actual de la producción agrícola profesional, caracterizado por una creciente complejidad operativa y una presión constante sobre los márgenes de rentabilidad, la transformación digital ha dejado de ser una aspiración futura para convertirse en una necesidad inmediata. Tanto en explotaciones hortofrutícolas intensivas como en grandes superficies de olivar destinadas a la producción de aceite, la gestión eficaz de los recursos en campo se ha consolidado como un factor diferencial. Y dentro de todos los recursos disponibles, hay uno que destaca de manera singular por su impacto económico y su dificultad de control: la mano de obra.
Tradicionalmente, la supervisión de las actividades realizadas por los trabajadores —lo que comúnmente denominamos “tareo”— se ha sustentado en métodos rudimentarios. El uso de hojas en papel, registros dispersos o sistemas informáticos poco integrados ha sido, durante décadas, la norma en muchas fincas y cooperativas. Esta forma de operar, aunque funcional en contextos de menor escala, genera notables ineficiencias cuando se pretende escalar procesos, comparar entre fincas o garantizar trazabilidad frente a terceros. La digitalización del tareo emerge, en este contexto, como una solución que no solo mejora la operativa diaria, sino que redefine la forma en que se gestionan las labores en campo.
El valor de esta transformación no reside únicamente en pasar de papel a pantalla. En realidad, lo relevante es que la digitalización permite capturar datos en el mismo momento en que se producen, directamente en campo, mediante dispositivos móviles, sistemas de identificación biométrica en los países que lo permitan o tecnologías como RFID o códigos QR. Esto permite registrar, con un nivel de precisión inédito hasta ahora, qué tarea se realiza, por parte de quién, en qué zona de la finca, durante cuánto tiempo, utilizando qué insumos y con qué resultado. La información, además, se integra automáticamente con el resto de los sistemas de gestión de la explotación, de manera que el dato no se queda aislado, sino que fluye hacia el análisis de costes, la planificación, la gestión de personal o incluso la trazabilidad comercial del producto final.
La herramienta Efemis, desarrollada por Hispatec, representa una de las soluciones más completas y maduras en este ámbito. Gracias a su filosofía de dato único —introducido una sola vez, en origen, y disponible en tiempo real para toda la organización— elimina la necesidad de consolidaciones manuales, hojas intermedias o reintroducción de información desde oficina. Esto se traduce, entre otras cosas, en una notable reducción de errores, mayor velocidad en la toma de decisiones y una mejora sustancial en la transparencia del proceso, tanto hacia dentro como hacia fuera de la empresa.
Ahora bien, centrar la digitalización solo en la mano de obra sería quedarse corto. En realidad, uno de los grandes avances que permite este tipo de tecnología es la posibilidad de registrar y analizar, de forma integrada, el uso de otros recursos clave para la producción agrícola: el agua, los fertilizantes, los productos fitosanitarios, la maquinaria, el combustible o incluso los tiempos de uso de cada herramienta o vehículo. Este enfoque, que hasta hace poco era técnicamente complejo y costoso, hoy está al alcance de cualquier explotación que aspire a una gestión basada en datos. Por ejemplo, en un olivar con recolección mecanizada, se puede conocer el coste exacto por litro de gasoil empleado en cada tarea o la duración efectiva de cada ciclo operativo. En una finca de hortícolas, con la integración con ERPagro, es posible vincular cada riego, cada tratamiento o cada aplicación de abono a su coste y a su impacto productivo, generando así una visión técnica y económica que hasta ahora solo era posible mediante estimaciones aproximadas y en momentos más tardíos (al final de la semana, del mes o de la campaña).
La integración de esta información no sólo facilita una mejor planificación agronómica, sino que permite —y esta es quizás una de sus mayores virtudes— tomar decisiones estratégicas con fundamento económico en tiempo real. La dirección de una empresa agrícola puede, gracias a estos sistemas, conocer el coste exacto de producción por parcela, detectar ineficiencias antes de que generen pérdidas o incluso anticipar desajustes presupuestarios antes de que impacten en los resultados globales de la campaña.
Por otra parte, la estandarización de procesos que conlleva el uso de plataformas como Efemis resulta fundamental para aquellas organizaciones que operan en distintos territorios o incluso en diferentes países. No se trata solo de replicar procedimientos técnicos, sino de asegurar que la información que se genera es comparable, trazable y válida para consolidar datos a nivel corporativo. Este factor cobra una importancia especial en el caso de cooperativas de segundo grado, grupos agroalimentarios con presencia internacional o empresas que producen para canales de distribución muy exigentes en términos de trazabilidad y sostenibilidad.
Otro aspecto que merece destacarse es la repercusión que tiene esta digitalización sobre el cumplimiento normativo y las auditorías externas. La capacidad de registrar automáticamente quién ha hecho qué, cuándo, dónde y con qué insumos, facilita en gran medida la generación del cuaderno de campo, la preparación de certificaciones de calidad o el cumplimiento de normativas laborales y medioambientales. De hecho, en un escenario donde las exigencias legales son cada vez más estrictas y donde los mercados premium valoran especialmente la trazabilidad y la sostenibilidad, contar con una herramienta que garantice la trazabilidad desde el origen es, sencillamente, una ventaja competitiva.
Hispatec, con más de 40 años de experiencia en el sector agroalimentario y una base instalada que supera los 650 clientes activos en más de 30 países, ha logrado posicionarse como un referente en este proceso de transformación digital. Su propuesta tecnológica no solo responde a las necesidades actuales del campo, sino que anticipa muchas de las exigencias futuras en términos de interoperabilidad, inteligencia de negocio y escalabilidad.
En definitiva, la digitalización de las labores en campo —con especial foco en la gestión de la mano de obra, pero también del agua, los insumos, la maquinaria o la energía— no es solo una cuestión de eficiencia. Es, por encima de todo, una forma de construir un modelo agrícola más profesional, más rentable y más alineado con las exigencias de un mercado globalizado. En ese camino, las herramientas de Hispatec se han consolidado como aliadas imprescindibles para cualquier productor que aspire a crecer con control, diversificar sin perder trazabilidad y competir desde el dato, no desde la intuición.