Rusia chantajea al querer prorrogar sólo 60 días más el acuerdo sobre el corredor de granos del Mar Negro

Rusia chantajea al querer prorrogar sólo 60 días más el acuerdo sobre el corredor de granos del Mar Negro

Representantes de Rusia y de Naciones Unidas se reunieron en Ginebra para discutir el actual acuerdo sobre el corredor de cereales del Mar Negro. Este país da por extendido o prorrogado dicho acuerdo, pero sólo por otros 60 días, mientras que Ucrania mantiene y sigue defendiendo que el pacto debe prorrogarse, al igual que en julio y en noviembre, en al menos otros 120 días.

En concreto, Oleksandr Kubrakov, ministro ucraniano de Infraestructuras, declaró que el acuerdo de la iniciativa “Grano del Mar Negro” implica al menos 120 días de prórroga, por lo que la posición rusa de prorrogar el acuerdo a la mitad contradice los documentos firmados por Turquía y la ONU, por lo que esperarán a conocer también la postura oficial de Turquía y de la ONU, como garante del acuerdo, ante la decisión rusa

 

En concreto, Oleksandr Kubrakov, ministro ucraniano de Infraestructuras, declaró que el acuerdo de la iniciativa “Grano del Mar Negro” implica al menos 120 días de prórroga, por lo que la posición rusa de prorrogar el acuerdo a la mitad contradice los documentos firmados por Turquía y la ONU, por lo que esperarán a conocer también la postura oficial de Turquía y de la ONU, como garante del acuerdo, ante la decisión rusa

La reunión se celebró cinco días antes de que expire el plazo actual, el 18 de marzo, y hasta ahora el acuerdo ha funcionado en ciclos de 120 días.

Al respecto, el Ministerio de Defensa turco declaró este martes 14 de marzo que las conversaciones sobre la prórroga de la Iniciativa “Granos del Mar Negro”, que permite la exportación de grano ucraniano por este corredor marítimo, siguen su curso.

En declaraciones a la agencia rusa TASS, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Vershinin, declaró que a su país no le importa prorrogar el acuerdo, pero sólo por 60 días, en lugar de los 120 acordados anteriormente en julio primero y luego en noviembre.

Vershinin afirmó que el acuerdo de Rusia dependía de la adopción de medidas concretas para “normalizar” también las exportaciones agrícolas rusas, con lo que retomaba un asunto ya  conocido, como es culpabilizar a las autoridades occidentales de frenar el ritmo exportador ruso en medio de sanciones internacionales formales e informales.

Desde el Kremlin se aseguró que el acuerdo respeta el levantamiento de todas las sanciones directas e indirectas sobre el suministro de productos agrícolas rusos a los mercados internacionales.

Según el portavoz de la Presidencia, Dmitri Peskov, “se trata de una especie de gesto de buena voluntad por parte de Rusia, en espera de que al cabo de este tipo (esos 60 días) las condiciones y compromisos, que asumieron las partes, se cumplan.”

Las sanciones occidentales fueron impuestas a Rusia después de que este país invadiera ilegalmente a Ucrania el pasado 24 de febrero de 2022. La mayor parte de las mismas se han dirigido a entidades financieras, particulares o empresas rusas con vínculos con el Kremlin, pero los cereales y los alimentos, así como otros insumos, como los fertilizantes, no son objeto de restricciones.

Rusia quiere que sus exportaciones agrícolas puedan llevarse a cabo realmente y que, por lo tanto, incluyan también los pagos bancarios, la logística del transporte y los seguros asociados a las mismas, y también exige que se descongelen las actividades financieras y el suministro de amoníaco, a través del oleoducto Togliatti-Odessa, según señaló el viceministro de AAEE ruso,  Sergei Vershinin.

La decisión rusa ha provocado una reacción bastante dispar entre los operadores del mercado. Algunos consideran que se trata de ejercer aún más presión antes de que se acuerde la prórroga definitiva a partir del 18 de marzo, mientras consideran que, en todo caso, una prórroga de 60 días es mejor que ninguna.

No obstante, algunas fuentes indicaron también una prórroga de apenas 60 días no permitiría a las exportaciones ucranianas de grano planificar sus envíos, pues ese plazo sólo permite el comercio al contado.

A todo esto hay que añadir el retraso medio de unos 25 días, que acumulan los buques que llegan a Estambul para las inspecciones, con algunos buques incluso esperando hasta 50 días para poder ser inspeccionados. Un retraso que el Gobierno de Kiev responsabiliza a la laxitud de los inspectores rusos.

A pesar de que los comerciantes de grano rusos han tenido problemas para realizar sus operaciones, debido a las sanciones impuestas por Occidente a las entidades financieras a través de las cuales se pueden llevar a cabo los pagos, la exportación de grano ruso ha  aumentado considerablemente durante los últimos meses.

En enero registró la exportación de 4,7 millones de toneladas de grano bajando en febrero a 3,6 Mt, muy por encima de los 2 y 2,5 millones, respectivamente, de los dos primeros meses de 2022, antes del inicio de la invasión y de la guerra en Ucrania.

Esta limitación rusa a limitar el acuerdo por 60 días podría tener que ver con el hecho de que este país Rusia acumula importantes existencias de trigo, tras una cosecha que, según algunas fuentes, habría superado los 100 Mt, y a que sus exportaciones se han visto frenadas por los problemas logísticos directos o indirectos, derivados en parte por las sanciones occidentales.

Además, algunos países compradores han tenido que reducir su demanda o tratado de diversificar sus suministros con otros países, debido a que la invasión rusa en Ucrania ha supuesto un fuerte encarecimiento de estas materias primas agrícolas.

Algunas fuentes estiman que Rusia llegará a exportar  4,2 Mt de trigo en este mes de marzo, un volumen que duplicaría las exportaciones de ese mismo mes en 2022 y que recuperaría los menores niveles de exportación en febrero (3,4 Mt), debido al tiempo desfavorable por las tormentas en Novorossiysk, que es el puerto exportador clave para este país.

Pese a todo, Rusia espera seguir exportando importantes volúmenes de grano en esta segunda mitad de la campaña 2022/23, apoyada por unas existencias récord de trigo en las explotaciones agrícolas que, el servicio ruso de Estadística (Rosstat), estimaba a 1 de febrero en 19,8 millones de toneladas, un 78% más que la media del último quinquenio.

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