Viveros Hernandorena inicia la campaña de microinjertos con el patrón Rootpac 40

Viveros Hernandorena comienza su campaña de microinjerto de fruta de hueso con el patrón Rootpac 40, uno de los que más interés está despertando en el sector. Actualmente, esta empresa valenciana es uno de los centros de referencia de este patrón, con uno de los mayores stocks para poder atender las demandas de sus clientes de cara a este otoño e invierno.

Viveros Hernandorena inicia la campaña de microinjertos con el patrón Rootpac 40

El patrón Rootpac 40, desarrollado por Agromillora, aporta grandes ventajas a cualquier especie de frutal de hueso. “Permite adelantar la producción, mejora la calidad del fruto y su calibre, y es resistente a nemátodos y caliza. Además, por su vigor medio, es adecuado para sistemas de cultivo de alta densidad y súper alta densidad”, explica José Luis Sánchez, comercial – técnico responsable de fruta de hueso.

Como novedad esta campaña, Viveros Hernandorena ha comenzado la comercialización de planta de fruta de hueso despuntada a 60 cm y con caña de 50 cm. Con ello, ofrecen una planta preformada con la altura de la cruz definitiva para campo y con un paso adelantado que antes debían de llevar a cabo los agricultores en el campo.

En plena campaña, la empresa inicia las visitas a las parcelas experimentales de los propios obtentores y a las llamadas de referencia, donde los productores de fruta pueden comprobar el desarrollo de las nuevas variedades. Estas visitas forman parte de uno de los procesos internos que avala su sello de Fiabilidad Varietal: la adaptabilidad varietal. “Mostramos a los clientes, en fincas reales, que la variedad se adapta a las condiciones reales de cultivo”, argumenta José Luis Sánchez, comercial – técnico responsable de fruta de hueso.

Además para corroborar la autenticidad varietal, Viveros Hernandorena lleva años trabajando con el control de ADN en sus campos de planta madre.

Así, cuando la variedad realiza el primer brote en el campo de planta madre (a los 6-7 meses desde su plantación), se analizan las yemas a través de marcadores moleculares para confirmar la autenticidad varietal y su sanidad. “Con ello estamos evitando posibles errores que no se percibirían de otra forma hasta dentro de 2-3 años, con los gastos que eso podría conllevar”, explica el técnico comercial. Se trata de un proceso genético que se lleva a cabo por empresas públicas y privadas especializadas en la materia.

 

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