Las malas hierbas dicotiledóneas más problemáticas en el cultivo del maíz

En este artículo se enumeran las cinco especies dicotiledóneas más importantes en el cultivo del maíz a la vez que se describen algunos de sus caracteres biológicos que pueden resultar de ayuda a la hora de plantear estrategias de control integrado. Estas cinco especies son las responsables de casi la totalidad de los tratamientos fitosanitarios realizados para control de malas hierbas en el cultivo del maíz.

Las malas hierbas dicotiledóneas más problemáticas en el cultivo del maíz

J.M. Llenes1, J.M. Montull2 y A. Taberner3. 1 Servicio de Sanidad Vegetal. Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP). 2 Grupo de Investigación de Malherbología y Ecología Vegetal. ETSEA. Agrotecnio. Lleida. 3 Ingeniero agrónomo.

Las malas hierbas compiten en un momento determinado por espacio, luz y recursos con los cultivos. Acostumbran a tener un ciclo de vida muy adaptado a los cultivos a los que afectan y llegan a provocar pérdidas que pueden ser muy importantes.

A pesar de existir numerosas especies que se encuentran afectando a los cultivos de verano, y en concreto al maíz, algunas destacan por estar presentes en mayor o me­nor medida en la mayoría de campos de este cultivo a la vez que son las responsables de casi la totalidad de los tratamientos fitosanitarios que se realizan en el maíz así como de las pérdidas asociadas a su presencia.

La pregunta que surge es ¿por qué al­gunas de estas especies son tan frecuentes y en muchos casos tan abundantes? La respuesta no es simple, se debe a va­rios factores. A veces son resultado de controles insuficientes con los herbicidas de que se dispone, pero en muchos otros casos también va asociada a la biología de estas malas hierbas que hace que es­tén muy adaptadas a los sistemas de cultivo a los que afectan.

Aspectos biológicos que influyen en la frecuencia y abundancia de las malas hierbas y en su adaptación a los cultivos son longevidad del banco de semillas, el tipo de germinación según sea agrupada o es­ca­lonada, los períodos de germinación y las necesidades en humedad, luz y temperatura para que se produzcan, la prolificidad en número de semillas de la mala hierba, etc. Factores, muchos de ellos, poco estudiados para muchas especies en nuestras condiciones de cultivo y que de ser más conocidos podrían ayudar a im­plementar nuevas medidas encaminadas a una gestión aún más integrada de las ma­las hierbas que la que se lleva a cabo en la actualidad.

En este cultivo el empleo de herbicidas da lugar a eficacias inmediatas muy buenas pero por sí solo no consigue reducir la presencia de las malas hierbas en el cam­po. El control mecánico en general tiene unas eficacias inmediatas no muy altas. En ambos casos, por tantosu control debe estar integrado con medidas agronómicas y con medidas relacionadas con la forma de cultivar el propio maíz.

 

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