La OMC señala que el crecimiento del comercio mundial podría reducirse a la mitad por la guerra en Ucrania

La OMC señala que el crecimiento del comercio mundial podría reducirse a la mitad por la guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania no solo ha creado una crisis humanitaria de inmensas proporciones, sino que también ha asestado un duro golpe a la economía mundial, circunstancias que la Secretaría de la Organización Mundial de Comercio (OMC) analizó en una nota publicada ese 11 de abril, en la que se examinan las consecuencias para el comercio y el desarrollo mundiales.

Según la OMC, “el pueblo ucraniano es el más afectado por el sufrimiento y la destrucción, pero es probable que los costes en términos de reducción del comercio y de la producción sean percibidos por la población de todo el mundo a través del aumento de los precios de los alimentos y la energía y la reducción de la disponibilidad de los bienes exportados por Rusia y Ucrania».

 

Para esta organización, “los países más pobres corren un alto riesgo por la guerra, ya que tienden a gastar una mayor fracción de sus ingresos en alimentos en comparación con los países más ricos, y esto podría afectar a la estabilidad política».

Utilizando un modelo de simulación económica mundial, la Secretaría de la OMC prevé que la crisis podría reducir el crecimiento del PIB mundial entre 0,7 y 1,3 puntos porcentuales, situándolo entre el 3,1% y el 3,7% para 2022.

El modelo también prevé que el crecimiento del comercio mundial de este año podría reducirse casi a la mitad, pasando del 4,7% previsto por la OMC el pasado octubre a entre el 2,4% y el 3%.

Aunque la participación de Rusia y Ucrania en el comercio y la producción mundiales es relativamente pequeña, ambos países en conflicto son importantes proveedores de productos esenciales, sobre todo alimentos y energía, puesto que, según la OMC, suministraron alrededor del 25% del trigo, el 15% de la cebada y el 45% de las exportaciones de productos de girasol en 2019. Rusia por sí sola representó el 9,4% del comercio mundial de combustibles, incluyendo una cuota del 20% en las exportaciones de gas natural.

Rusia y Ucrania también son proveedores clave de insumos en las cadenas de valor industrial. Rusia es uno de los principales proveedores mundiales de paladio y rodio, insumos clave en la producción de convertidores catalíticos para automóviles, suministrando el 26% de la demanda mundial de importación de paladio en 2019.

La producción de semiconductores depende en gran medida del neón suministrado por Ucrania.

Las interrupciones en el suministro de estos insumos podrían golpear a los productores de automóviles en un momento en que la industria apenas se está recuperando de una escasez de semiconductores, destaca la nota.

No obstante, algunas regiones se verán más afectadas por la guerra que otras. Europa, el principal destino de las exportaciones rusas y ucranianas, es probable que sufra el mayor impacto económico.

Seguridad alimentaria

La reducción de los envíos de cereales y otros productos alimenticios también disparará los precios de los productos agrícolas, con consecuencias negativas para la seguridad alimentaria de las regiones más pobres.

África y Oriente Medio son las regiones más vulnerables, ya que importan más del 50% de sus necesidades de cereales de Ucrania y/o Rusia. En total, 35 países de África importan alimentos y 22 importan fertilizantes de Ucrania, Rusia o ambos.

Algunos países del África subsahariana se enfrentan a la posibilidad de que los precios del trigo suban hasta un 50-85%, como consecuencia del impacto de la guerra en los envíos de cereales de la región.

«Es probable que la crisis actual exacerbe la inseguridad alimentaria internacional en un momento en que los precios de los alimentos ya son históricamente altos, debido a la pandemia del COVID-19 y a otros factores», advierte la nota de la Secretaría.

Uno de los riesgos a más largo plazo es que la guerra pueda desencadenar una desintegración de la economía mundial en bloques separados.

Las sanciones económicas podrían hacer que las principales economías avancen hacia una «disociación» basada en consideraciones geopolíticas, con el objetivo de lograr una mayor autosuficiencia en la producción y el comercio.

Incluso si no surgen bloques formales, los actores privados podrían optar por minimizar el riesgo reorientando las cadenas de suministro, apunta la OMC.

La nota de la Secretaría de esta organización multilateral advierte de que “las pérdidas de ingresos derivadas de esta situación serían graves, especialmente para las economías emergentes y en desarrollo».

A nivel mundial, añade la OMC, “podría reducir el PIB a largo plazo en aproximadamente un 5%, sobre todo por la restricción de la competencia y el ahogo de la innovación.

Es importante señalar que el descenso del PIB podría ser más grave, ya que la estimación sólo tiene en cuenta un conjunto limitado de los beneficios del comercio que se perderían.

Esto pone de manifiesto la importancia del sistema de comercio multilateral basado en normas, sobre todo porque la OMC ofrece funciones que pueden ayudar a amortiguar el impacto de la crisis», afirma la nota de la Secretaría.

«Mantener los mercados abiertos será fundamental para garantizar que las oportunidades económicas sigan estando abiertas a todos los países».

La nota de la Secretaría, «La crisis en Ucrania: Implicaciones de la guerra para el comercio mundial y el desarrollo», puede descargarse aquí. [EN]

Este contenido es únicamente para usuarios registrados.

SOY USUARIOREGÍSTRATE GRATIS

Desarrollado por eMutation New Media.