Movilización, negociación y soluciones para el campo. Por Lorenzo Ramos Silva

El campo afronta profundos cambios en estos días. El mundo se pregunta cómo alimentar a una población creciente con un impacto cada vez menor. El reto de la sostenibilidad es ya incontestable y el cambio climático es una realidad a la que debemos hacer frente, mitigando y adaptándonos.

Movilización, negociación y soluciones para el campo. Por Lorenzo Ramos Silva

Por Lorenzo Ramos Silva. Secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA)

Estos retos mundiales, en cuyas soluciones se afanan sesudas mentes y altos cargos con bonitos despachos, solo se resolverán con el trabajo concienzudo de los agricultores y ganaderos. Somos personas, somos profesionales, muy conscientes del contexto en el que trabajamos, y muy capaces de cumplir con lo que la sociedad espera de nosotros.

Estos días, miles de familias ven con enorme preocupación, con desesperación incluso, cómo los productos que elaboran con mimo, con sudor, esfuerzo e inversiones no alcanzan el valor que deberían tener en el mercado. Podemos hablar de la leche, de las patatas, de la carne, de las frutas y hortalizas, de los cereales… por citar solo algunos ejemplos.

La falta de precios justos para nuestros productos sigue siendo hoy por hoy el reto más inmediato y más grave que afronta el campo español. Cientos de explotaciones agrícolas y ganaderas siguen cerrando en España cada año por este motivo. Por ello, en UPA nos mantenemos en movilización constante. Lo hicimos a principios de 2020, logrando el apoyo de la sociedad e importantes cambios legales en materia de cadena alimentaria, y lo hemos seguido haciendo en cuanto la maldita pandemia lo ha permitido.

En los últimos meses nos hemos manifestado en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja, Galicia, Cantabria, Asturias y Aragón. Lo hemos hecho a las puertas de industrias injustas, de cadenas de la distribución irresponsables y de Administraciones públicas con comportamientos, que consideramos inadecuados para los intereses de la agricultura familiar.

Para UPA la movilización no es una anécdota, es una herramienta de nuestra estrategia sindical que utilizamos con responsabilidad y mesura, siempre con el objetivo de resolver los problemas del campo. Las hemerotecas están ahí para demostrar que UPA protesta y se manifiesta siempre que es necesario, gobierne quien gobierne, y así debe seguir siendo. Nuestro compromiso será siempre con nuestros afiliados y afiliadas, con la agricultura y la ganadería de carácter familiar.

Aportar soluciones

Uno de los sectores que ha protagonizado las movilizaciones este verano ha sido el lácteo que, a pesar de todos los esfuerzos, sigue sufriendo los abusos de industrias y distribución. UPA ha liderado unas protestas que se han producido en unidad de acción con el resto de organizaciones agrarias representativas. No es un tópico decir que juntos y juntas somos más fuertes, y con ese convencimiento seguiremos trabajando, en ese y en otros sectores.

Sectores como el de la patata, que se hizo escuchar en Málaga; como el del vino, que ha alzado la voz en Castilla-La Mancha y en La Rioja; como el cárnico, que hoy mismo se manifiesta en Santiago de Compostela en defensa de unos mejores precios para la carne de vacuno y, por supuesto, el lácteo, que se ha manifestado en todas las provincias de Andalucía.

El Levante también ha hecho oír sus demandas en Madrid por temas hídricos y energéticos. Y los ganaderos de media España están pidiendo una solución a la problemática del lobo en diversas ciudades y pueblos.

Otro hito importantísimo que hemos logrado los agricultores y ganaderos es la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria, que la semana que viene debería aprobarse en el Congreso de los Diputados. Desde UPA hemos reclamado a las fuerzas políticas con representación parlamentaria que dicha Ley se apruebe por unanimidad y prohíba en todos los eslabones y a todos los efectos la «venta a pérdidas».

Una PAC para cambiar las cosas

La nueva PAC afronta más que su recta final, los últimos metros de una carrera de fondo que dura años. Años durante los cuales hemos celebrado numerosas movilizaciones, en todos los territorios y ante todas las Administraciones, así como infinidad de reuniones, a todos los niveles. Nuestra exigencia siempre ha sido clara: lograr una PAC más justa, que dirija sus ayudas a quienes más las necesitan y que contribuya al progreso sostenible del medio rural.

En UPA creemos que hay perceptores que cobran de más y otros agricultores y ganaderos que lo hacen claramente de menos. Por eso exigimos al Gobierno que asigne hasta el 20% de los fondos a la ayuda redistributiva, como la mejor herramienta para conseguir un reparto más justo.

Elementos como los ecoesquemas, las ayudas asociadas y los techos máximos de ayudas deben ajustarse para apoyar a los profesionales que más lo merecen y necesitan, priorizando además a los que cotizan en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social.

Nosotros tenemos claro que la PAC debe cambiar para ser más justa y más social, no podemos permitir que todo siga igual que en los últimos años, por eso vemos muy difícil alcanzar acuerdos con posicionamientos que pretenden que nada cambie.

A pesar de ello, estamos trabajando con el resto de organizaciones agrarias representativas para elaborar un documento de unidad, donde aparquemos nuestras diferencias y nos centremos en lo que nos une.

En UPA tenemos claro nuestro ideal de lo que debe ser la PAC. Ideal que hemos traducido, mediante el trabajo conjunto, coordinado y democrático de nuestras Uniones Territoriales, en unas propuestas concretas. Propuestas que seguiremos defendiendo con uñas y dientes con un objetivo claro: aportar soluciones a los problemas del campo y ser una herramienta útil para los agricultores y ganaderos profesionales y de carácter familiar. ¿O no es eso lo que el campo espera de nosotros?

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