La presidencia francesa de la UE quiere poner coto a la competencia desleal de los alimentos importados

Francia, una de las principales potencias agroalimentarias de la UE, ha fijado entre sus prioridades de su presidencia del Consejo Europeo durante este primer semestre de 2022 garantizar que los productos agrícolas que son importados respetan los mismos estándares de calidad , medioambientales, sanitarios, laborales...etc.,  que los comunitarios dentro del Mercado Único y combatir de esta forma la competencia desleal.

La presidencia francesa de la UE quiere poner coto a la competencia desleal de los alimentos importados

Una posición, la de reciprocidad comercial, que es compartida también por nuestro país y que los productores europeos llevan mucho tiempo denunciando por injusto.

Además, la propia Política Agrícola Común (PAC),  que regulará el apoyo al sector agrario europeo entre 2023 y 2027 tiene entre sus objetivos principales impulsar una producción y un consumo alimentario más sostenibles y respetuosos con el clima, el medio ambiente y el  bienestar animal.

Julien Normandie, ministro de Agricultura galo afirmó esta semana que «no podemos seguir aceptando las importaciones en nuestro mercado europeo de productos que no respetan las normas que imponemos a nuestros propias producciones. No tiene sentido. Actuar para una reciprocidad de las normas será la prioridad de las prioridades de la presidencia francesa.»

Para conseguir ese objetivo, Normandie hizo referencia a varias posibilidades, empezando por la política comercial y, en ese sentido, abogó por la denominada «condicionalidad tarifaria», que consiste en «condicionar un acceso preferente a nuestro mercado al pleno respeto de las normas de producción europea, al ser una cuestión de equidad en materia de competencia».

El ministro francés de Agricultura y Alimentación mencionó la posibilidad de incluir las  «cláusulas espejo» en los acuerdos comerciales, cuyo fin es condicionar las importaciones agrícolas y ganaderas al respeto de las normas de producción.

Por ejemplo, añadió Normandie, en el caso de los antibióticos de crecimiento, utilizados para el engorde rápido del ganado, Francia espera que Bruselas ponga en marcha una cláusula que permita aplicar a los productos importados la prohibición del uso de esos productos.

«Más de diez años después de que esta práctica -crecimiento hormonal- fuera prohibida en la Unión Europea, finalmente nos aseguraremos de que los productos importados no provengan de animales que han recibido antibióticos durante toda su vida, no para curarlos cuando estén enfermos, sino simplemente para hacerlos crecer más rápido», señaló el ministro francés.

Seguridad alimentaria

Por otro lado, según concretaron a la agencia EFE fuentes comunitarias esta semana, «todas las importaciones agroalimentarias de la UE deben cumplir con las normas de seguridad alimentaria de la Unión  pero, sin embargo, otras normas europeas, relacionadas con los requisitos de producción, «no se aplican generalmente a los productos fabricados en el extranjero que se comercializan luego en la Unión, al igual que las normas de terceros países relacionadas con la producción no se aplican a los productos de la UE.»

Estas mismas fuentes precisaron que la UE se esfuerza por «mejorar la cooperación con terceros países a nivel bilateral y multilateral para aumentar la ambición global en el establecimiento de estándares de sostenibilidad».

«Los altos estándares de producción de la UE para alimentos y la agricultura son uno de los factores del éxito de las exportaciones europeas en el sector agroalimentario», añadieron

Al respecto, indicaron también que las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) imponen la «no discriminación y la proporcionalidad, pero se debería evaluar la justificación y la viabilidad legal de aplicar a las importaciones agroalimentarias unos requisitos relacionados con la producción y ver de qué manera esas medidas pueden ser diseñadas de forma que cumplan con las normas de la OMC».

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