Cajamar recoge las propuestas de la bioeconomía como motor de un nuevo modelo productivo más sostenible

El Centro de Cultura de Cajamar en Almería acogió recientemente la presentación de la publicación “Bioeconomía y desarrollo sostenible”, nueva entrega de la colección de estudios Mediterráneo Económico. En el acto intervinieron Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, Manuel Gutiérrez Navas, director de la colección, y Alfredo Aguilar y Francisco Egea, coordinadores de la obra.

El volumen aborda en algo menos de 400 páginas una síntesis tanto del cuerpo teórico como de los desarrollos prácticos más destacados en el contexto europeo de la bioeconomía, una de las principales respuestas de la sociedad del conocimiento a los grandes retos demográficos, alimentarios, energéticos y ambientales del siglo XXI, en el contexto de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Con una perspectiva multidisciplinar y la participación de 54 expertos de primer nivel, la publicación ha sido coordinada por tres especialistas en la materia: Alfredo Aguilar, de la Federación Europea de Biotecnología; Daniel Ramón, consejero delegado de la tecnológica Biopolis; y Francisco J. Egea, profesor de la Universidad de Almería.

La monografía se abre con una introducción conceptual a la bioeconomía, que da paso al análisis en detalle de las iniciativas públicas y privadas de mayor éxito en los países de nuestro entorno y del grado de desarrollo de la disciplina en nuestro país. A continuación, el foco se centra en la necesidad de fijar una sólida base científico-técnica que sustente una expansión progresiva de este nuevo paradigma tecnológico y productivo, para concluir con el estudio de diferentes experiencias concretas en el ámbito de las industrias agroalimentaria, química, biotecnológica y energética.

 La bioeconomía plantea un nuevo paradigma de gestión de los recursos disponibles de una forma sostenible y económicamente eficiente. A grandes rasgos, se podría definir como el conjunto de actividades intensivas en tecnología y conocimiento que generan productos y servicios de alto valor añadido, utilizando como materia prima recursos de origen biológico. En este sentido, propone un nuevo modelo productivo basado en la optimización de fuentes de energía y recursos, priorizando el empleo de aquellos de carácter renovable. Su objetivo, en definitiva, es garantizar, mediante el uso responsable del material biológico del planeta, la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la protección del medioambiente.

El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde ha insistido en su intervención en que en nuestro entorno más inmediato, la Unión Europea, la bioeconomía comienza a ser una realidad. En conjunto sus diferentes ramas generan anualmente un volumen de negocio que sobrepasa los dos billones de euros y da empleo a más de 22 millones de personas. “En España –ha indicado–, el peso específico del sector agroalimentario, la diversidad de nuestra oferta, su sofisticación, la multiplicidad de agentes implicados en red y sus condicionantes ambientales, hacen de nuestro país un entorno idóneo para el desarrollo de muchas de las premisas más avanzadas de la bioeconomía en ámbitos muy diferentes, especialmente en aquellos más dinámicos y más proclives al emprendimiento y la incorporación de la I+D+i en su modelo de negocio, como el sector de la agricultura intensiva”. 

Eduardo Baamonde también ha destacado que con esta publicación Cajamar ha querido “conectarel objeto de estudio, la evolución reciente y las posibilidades de futuro de la bioeconomía global, con el concepto de sostenibilidad”. Según ha explicado, en la banca cooperativa, “por nuestra naturaleza social y nuestra vinculación con los sistemas productivos locales y el sector agroalimentario exportador, tenemos una visión propia al respecto, por el papel crucial que la agricultura, la ganadería y las industrias asociadas tienen en la lucha contra el cambio climático y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se ha marcado Naciones Unidas de cara a 2030”.

Los coordinadores de la obra han remarcado el carácter multidisciplinar de una propuesta impulsada desde la colaboración entre la iniciativa privada y los centros de investigación y conocimiento. En este sentido, Alfredo Aguilar ha querido remarcar que la bioeconomía “es una de las principales respuestas de la sociedad del conocimiento a los grandes retos demográficos, alimentarios, energéticos y ambientales del siglo XXI, y supone sobre todo un cambio global de mentalidad que se ha ido gestando desde abajo, desde el mundo de la empresa y la economía real, y que ahora está encima de la mesa del debate público global. No es la única solución a nuestros problemas, pero con toda seguridad tendrá un protagonismo fundamental en la consecución de nuestras metas”.

Por su parte, Francisco J. Egea se ha mostrado optimista de cara a los desarrollos futuros de este enfoque a la vista de la rapidez con la que nuestro tejido productivo está asumiendo los planteamientos de las diferentes disciplinas que confluyen en la bioeconomía: “A corto plazo confiamos en que cada vez más iniciativas de base biotecnológica se vayan incorporando a la cadena de valor de nuestra oferta agroalimentaria, lo que sin duda ayudará a la generación de valor y empleo en el sector y a fortalecer nuestro liderazgo global como referente de la producción sostenible de alimentos”.

Jornada en Barcelona

Por otra parte, el Auditorio del Parc Científic de Barcelona se convirtió hoy en el escenario del II Congreso Internacional de Bioeconomía, organizado conjuntamente por Cajamar y la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE),  en colaboración con el Parc Científic de Barcelona y el Parc Científic i Tecnológic Agroalimentari de Lleida.

Cerca de 150  investigadores, técnicos y empresarios han asistido a este encuentro, que ha contado con reconocidos expertos internacionales y nacionales, y cuyo objetivo ha sido impulsar la bioeconomía  y el desarrollo de proyectos innovadores más eficientes que favorezcan la generación de un nuevo modelo económico sin dependencia de los combustibles fósiles.

Las ponencias se han dividido en dos bloques, uno de carácter institucional basado en el análisis de las políticas actuales de fomento del conjunto de disciplinas que conforman la bioeconomía y su traslado a la realidad empresarial; y el otro de carácter técnico-económico dedicado al futuro de la agroalimentación a través de los diferentes retos que a los que se enfrenta este sector y que repercutirán en el desarrollo de diferentes ámbitos de la economía.

 

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