Bruselas eleva la ambición climática al proponer un recorte del 55% de las emisiones contaminantes para 2030

La Comisión Europea presentó su plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE en al menos un 55 % de aquí a 2030, en comparación con los niveles de 1990.

Bruselas eleva la ambición climática al proponer un recorte del 55% de las emisiones contaminantes para 2030

Este nivel de ambición para la próxima década situará a la UE en una senda equilibrada, según Bruselas, para alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050.

El nuevo objetivo se basa en una evaluación de impacto exhaustiva de los efectos sociales, económicos y medioambientales y la evaluación demuestra que esta línea de actuación es realista y viable, señala.

Esta mayor ambición también pone de relieve el liderazgo mundial continuado de la UE con miras a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).

Más en concreto, la Comisión Europea presentó una modificación de la propuesta de Ley Europea del Clima, con el fin de incluir el objetivo de reducción de las emisiones para 2030 en al menos un 55 % como punto de partida para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050.

Al respecto, ha solicitado al Parlamento y al Consejo que confirmen ese objetivo del 55 % como nueva contribución determinada a nivel nacional de la UE en virtud del Acuerdo de París, y que lo presenten a la CMNUCC antes de finales de año;

En este sentido, la CE prevé presentar las propuestas legislativas a más tardar en junio de 2021 para aplicar el nuevo objetivo a través de las siguientes medidas: revisar y ampliar el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE; adaptar el Reglamento de reparto del esfuerzo y el marco para las emisiones del uso de la tierra; aumentar la eficiencia energética y las políticas en materia de energías renovables, y hacer más estrictas las normas en materia de CO2 aplicables a los vehículos de carretera.

Europa, primer continente neutro de emisiones

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, señaló que “estamos haciendo todo lo posible para mantener la promesa que hicimos a los europeos: lograr que en 2050 Europa sea el primer continente climáticamente neutro del mundo. Con el nuevo objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en al menos un 55 % de aquí a 2030, vamos a liderar el camino hacia un planeta más limpio y una recuperación ecológica. Europa saldrá fortalecida de la pandemia de coronavirus invirtiendo en una economía circular eficiente en el uso de los recursos, promoviendo la innovación en tecnologías limpias y creando empleos verdes”.

Por su parte, Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, señaló que “en este momento crucial para nuestra salud, nuestra economía y para la acción mundial por el clima, es esencial que Europa lidere el camino hacia una recuperación ecológica. Por nuestros hijos y nuestros nietos, hemos de actuar ahora. Hoy, Europa presenta al mundo la manera en que vamos a potenciar el bienestar y la prosperidad de nuestros ciudadanos en la próxima década a medida que trabajamos en pos de nuestro objetivo de neutralidad climática para 2050”. 

Asimismo, Kadri Simson, comisaria de Energía, añadió que “con las políticas vigentes y los planes de los Estados miembros estamos en vías de superar nuestro actual objetivo del 40 % para 2030, lo cual demuestra que ser más ambiciosos no solo es necesario, sino también realista. El sistema energético estará en el centro de este esfuerzo. Nos basaremos en el éxito del sector europeo de las energías renovables, examinaremos todos los medios a nuestra disposición para aumentar nuestra eficiencia energética y sentaremos unas bases sólidas para una Europa más verde”.

Junto con el Plan de objetivos climáticos para 2030 y su evaluación de impacto, la Comisión Europea adoptó también una evaluación de los planes nacionales de energía y clima de los Estados miembros para 2021-2030.

La evaluación de la Comisión muestra que la UE está en vías de superar su actual objetivo de reducción de emisiones para 2030 en al menos un 40 %, en particular gracias a los progresos que está registrando el despliegue de las energías renovables en toda Europa.

Para alcanzar el nuevo objetivo del 55 %, según Bruselas, la UE tendrá que seguir aumentando la eficiencia energética y la cuota de las energías renovables. Serán precisos nuevos análisis y consultas a este respecto para que la Comisión pueda presentar propuestas legislativas en junio de 2021.

Según la CE, el nuevo objetivo climático para 2030 contribuirá a centrar la recuperación económica que tanto necesita Europa tras la pandemia de coronavirus. Estimulará las inversiones en una economía eficiente en el uso de los recursos, fomentará la innovación en tecnologías limpias, impulsará la competitividad y creará empleos verdes.

Los Estados miembros pueden recurrir a los 750 000 millones de euros del instrumento de recuperación “Next Generation EU” y al próximo presupuesto a largo plazo de la UE para realizar estas inversiones en transición ecológica.

Para respaldar las inversiones necesarias, la Comisión también adoptó las normas que regularán el nuevo mecanismo de financiación de energías renovables de la UE para facilitar la colaboración entre los Estados miembros en la financiación y el despliegue de proyectos en el ámbito de las energías renovables.

Contexto

El aumento del objetivo de reducción de las emisiones de GEI en la UE para 2030 se anunció por primera vez en las orientaciones políticas de la presidenta Von der Leyen en julio de 2019, de conformidad con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de 2 ºC y proseguir los esfuerzos para mantenerlo en 1,5 ºC.

En la evaluación de impacto publicada, y sobre la base de un amplio proceso de consulta llevado a cabo el año pasado, la Comisión examinó detenidamente los efectos que puede tener en nuestra economía, nuestra sociedad y nuestro medio ambiente el aumento del objetivo de reducción de las emisiones de un 50 % a un 55 % de aquí a 2030, en comparación con los niveles de 1990.

En la evaluación de impacto, añade la CE se examinó cuidadosamente la combinación de instrumentos disponibles y la manera en que cada sector de la economía puede contribuir a estos objetivos, llegando a la conclusión de que una vía equilibrada, realista y prudente hacia la neutralidad climática para 2050 requiere un objetivo de reducción de las emisiones de al menos un 55 % para 2030.

Para lograr esa reducción del 55 % será necesario actuar en todos los sectores de la economía. Una transición climáticamente neutra solo puede lograrse con la contribución de todos los sectores.

Las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles son la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en la UE. Junto con las emisiones fugitivas distintas de las de CO2 en el sistema energético, cabe achacarles poco más del 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Ello pone de relieve el papel central del sistema energético en la transición hacia una economía climáticamente neutra.

Los edificios y el transporte son, junto con la industria, los principales consumidores de energía y las fuentes más importantes de emisiones. La descarbonización de la oferta y la demanda de energía es fundamental para lograr la neutralidad climática.

La evaluación de los planes nacionales de energía y clima de los Estados miembros muestra que estos están acelerando su transición energética y climática. Indica asimismo que la cuota de las energías renovables en la UE podría alcanzar el 33,7 % en 2030, superando el objetivo actual de al menos un 32 %.

En cuanto a la eficiencia energética, persiste la falta de ambición: un 2,8 % en el caso del consumo de energía primaria y un 3,1 %, en el del consumo de energía final, en comparación con el objetivo de al menos un 32,5 %.

Para colmar esta laguna, la Comisión tomará medidas, en particular a través de la próxima “oleada de renovación” y el examen y posible revisión de la Directiva de eficiencia energética, así como de orientaciones para la aplicación del principio de “primero, la eficiencia energética”.

La evaluación a escala de la UE de los planes nacionales integrados de energía y clima publicada se completará en octubre con las evaluaciones de cada uno de los Estados miembros en el marco del informe sobre el estado de la Unión de la Energía.

El Reglamento sobre la Ley del Clima, propuesto por la Comisión en marzo de 2020, tiene por objeto incorporar en la normativa de la UE el objetivo de neutralidad climática para 2050, acordado por los dirigentes de la UE en diciembre de 2019, y marcar el rumbo de todas las políticas de la UE.

La Comisión propone ahora incluir el objetivo revisado para 2030 en el Reglamento, que se está debatiendo actualmente en el Parlamento Europeo y el Consejo. El nuevo objetivo para 2030 también constituirá la base de los debates sobre la revisión de la contribución determinada a nivel nacional de la UE para reducir las emisiones en el marco del Acuerdo de París.

Tal como se establece en el Pacto Verde Europeo y en la Comunicación, la Comisión comenzará ahora a preparar propuestas legislativas detalladas sobre la manera de alcanzar este nuevo objetivo.

La Comisión revisará todos los instrumentos pertinentes en materia de clima y energía para lograr la reducción de las emisiones con miras a presentar las propuestas adecuadas a más tardar en junio de 2021.

Proyectos de I+D+i

Por otro lado, la Comisión Europea decidió este jueves 17 de septiembre poner en marcha una convocatoria, con un presupuesto de 1 000 millones de euros, para proyectos de investigación e innovación que respondan a la crisis climática y ayuden a proteger los ecosistemas y la biodiversidad únicos de Europa.

La Convocatoria del Pacto Verde Europeo, financiada en el marco de Horizonte 2020, cuyo plazo para la presentación de candidaturas comienza este 18-S, impulsará la recuperación de Europa de la crisis del coronavirus, convirtiendo los retos ecológicos en oportunidades de innovación.

Mariya Gabriel, comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, declaró que “la convocatoria del Pacto Verde Europeo, con un presupuesto de 1 000 millones de euros, es la última y mayor convocatoria en el marco de Horizonte 2020. Con la innovación como punto central, esta inversión acelerará una transición justa y sostenible hacia una Europa climáticamente neutra de aquí a 2050. No queremos que nadie se quede rezagado en esta transformación sistémica, de modo que pedimos acciones específicas para colaborar con los ciudadanos de maneras más novedosas y para mejorar la relevancia y el impacto sociales.

Esta convocatoria del Pacto Verde difiere en aspectos importantes de anteriores convocatorias de Horizonte 2020. Dada la urgencia de los retos que aborda, su objetivo es lograr resultados claros y perceptibles a corto y medio plazo, pero con una perspectiva de cambio a largo plazo. Hay menos acciones, pero más específicas, más amplias y visibles, centradas en la escalabilidad, la difusión y la adopción rápidas.

Se espera que los proyectos financiados en el marco de esta convocatoria ofrezcan resultados con beneficios tangibles en diez ámbitos: ocho ámbitos temáticos que reflejan las principales líneas de trabajo del Pacto Verde Europeo (Aumento del nivel de ambición respecto del clima; Energía limpia, asequible y segura; Industria para una economía limpia y circular; Edificios eficientes desde el punto de vista energético y de los recursos; Movilidad sostenible e inteligente; Estrategia “De la granja a la mesa”; Biodiversidad y ecosistemas, y  Contaminación cero, entornos sin sustancias tóxicas) y dos ámbitos horizontales— reforzar el conocimiento y capacitar a los ciudadanos—, que ofrecen una perspectiva a largo plazo para lograr las transformaciones establecidas en el Pacto Verde Europeo.

La inversión de 1 000 millones de euros permitirá seguir construyendo los sistemas e infraestructuras de conocimiento de Europa. La convocatoria incluye oportunidades de cooperación internacional a la hora de/para abordar las necesidades de las naciones menos desarrolladas, en particular en África, en el contexto del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El plazo para la presentación de propuestas finaliza el 26 de enero de 2021, y está previsto que los proyectos seleccionados comiencen en otoño de 2021.

En el marco de las Jornadas Europeas de Investigación e Innovación, que tendrán lugar, en formato virtual, del 22 al 24 de septiembre de 2020, se celebrarán una Jornada de Información y un acto de intermediación.

Protagonistas y no víctimas

Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se señaló que “cualquier reforma de futuro que afecte a la agricultura y la ganadería debe tratarse con sumo cuidado. No juguemos con las cosas de comer”, ante los planes europeos del Pacto Verde Europeo y de la estrategia “De la Granja a la Mesa”.

El secretario de Relaciones Internacionales de esta organización agraria, José Manuel Roche, se dirigió  en un encuentro telemático en la sede (virtual) del COPA-Cogeca, al nuevo director general de Agricultura de la Comisión Europea, el alemán Wolfgang Burstcher. Roche le explicó la inquietud de los agricultores y ganaderos ante los planes de futuro de la Comisión, como son la estrategia De la Granja a la Mesa o el “Green New Deal”.

Yo, como agricultor profesional, que depende del buen estado de la tierra, el agua, y el medio ambiente, estoy a favor de fomentar modelos basados en la sostenibilidad, como de hecho llevamos muchos años haciéndolo”, trasladó Roche. “Sin embargo, algunas de las propuestas nos alarman muchísimo”.

“La agricultura y la ganadería han demostrado ser un bien público esencial y como tal deben ser protegidas”, recordó Roche, y “cualquier reforma debe hacerse basándose en una transición razonable, que cuente con los apoyos y recursos necesarios y que atienda a criterios científicos alejados de la dogmatismos y posicionamientos políticos”.

Desde UPA se recordó en este encuentro que “los agricultores utilizan fertilizantes o antibióticos, porque son las medicinas del campo, sin las cuales muchas cosechas y animales no saldrían adelante”. Ahora se plantea la reducción o prohibición de estas sustancias “sin presentar alternativa alguna”.

Otras propuestas, en cambio, son optimistas, concluyó UPA, como la de dirigir las ayudas a quienes más las necesiten y en especial al modelo familiar de explotación. “Urge, ante todo, reforzar la posición de los agricultores en la cadena de suministro y lograr resolver la gran lacra del sector en toda Europa: la falta de precios justos para los alimentos”.

 

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