Jaime Haddad: “Los seguros agrarios contribuyen a las políticas de adaptación de la agricultura al cambio climático”

El quincenal AgroNegocios publicaba el pasado 11 de diciembre un especial sobre los seguros agrarios en el que se recoge una entrevista a Jaime Haddad, subsecretario del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y presidente de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA).

Jaime Haddad: “Los seguros agrarios contribuyen a las políticas de adaptación de la agricultura al cambio climático”

 ¿Qué objetivos principales se plantea el Plan de Seguros Agrarios de 2016, a la vista de las vicisitudes de estos últimos años?

El año 2016 comenzará con notables mejoras que nos van a permitir fijar objetivos ambiciosos para el próximo ejercicio, como la búsqueda de la contratación de opciones con mayores coberturas por parte de agricultores y ganaderos, y avanzar en la implantación del seguro agrario.

El 37º Plan de Seguros Agrarios cuenta con un apoyo público del Ministerio de Agricultura a la suscripción de pólizas de 211,27 M€, un 6,1 % más que en el plan actual.

Además, para las líneas agrícolas, se concederá, por segundo año consecutivo, el máximo apoyo permitido por la Unión Europea a la contratación de pólizas que cubren daños catastróficos, asumiendo el Magrama, a través de ENESA, el 65% del coste del seguro. Y también todas las demás pólizas agrícolas verán incrementado el nivel de apoyo entre un 11 y un 40%, con un apoyo adicional al aseguramiento de opciones con sequía.

Para las líneas ganaderas, los seguros de explotación contarán con una subvención total, que podrá llegar al 51% para las líneas tradicionales y el 55% de la prima comercial base neta para las de nueva plataforma en la mayoría de los casos. Y, asimismo, se incrementa un 3% el apoyo a la línea de retirada y destrucción de animales muertos.

Como novedad, todas las pólizas podrán beneficiarse de una subvención adicional del 1% por fraccionamiento del pago de la prima, si se cuenta con el aval de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (SAECA)

 En estos años en que los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes en la agricultura, el seguro agrario es uno de las herramientas básicas para garantizar la viabilidad de esta actividad. ¿No necesitaría mucho más apoyo de las Administraciones públicas o nuevos instrumentos financieros para impulsar la contratación?

Nos encontramos en un momento crucial para todas las políticas relacionadas con el cambio climático. Ahí, los seguros agrarios pueden realizar una importante contribución, al constituir un instrumento esencial de adaptación de producción agraria a los efectos del cambio climático.

La política de seguros agrarios en España sigue siendo una política estratégica para este Ministerio. Los niveles de apoyo público están ya en muchos casos muy cerca de los máximos permitidos por la UE, llegando a alcanzarse ese máximo en algunas opciones de contratación.

En cualquier caso, el Ministerio hará todo lo posible para optimizar el empleo de los recursos, adaptando las garantías y coberturas de nuestros seguros agrarios al nuevo contexto y ofreciendo facilidades financieras para la contratación, con el fin de evitar que un problema de liquidez determine la decisión de aseguramiento.

¿No serían necesarios nuevos estímulos o estrategias de captación y de fidelización, sobre todo en aquellas producciones, en los que el porcentaje de contratación y cobertura sobre el nivel de producción es aún bastante bajo?

Sobre esta cuestión hay que ser realistas. Es muy difícil alcanzar los mismos niveles de implantación en sectores más expuestos y dependientes, que en los menos expuestos y dependientes, aunque no podemos dejar de ser ambiciosos.

En ese sentido, existen mecanismos en el diseño de cada una de las líneas que hacen del seguro un instrumento más atractivo para nuestros productores. ENESA no deja de trabajar en la búsqueda de productos que consigan incrementar los niveles de implantación en sectores con poca penetración del seguro.

En paralelo a esta tarea de expansión, se encuentra la labor de fidelización de los agricultores y ganaderos que ya confían en el seguro y para los cuales existe un apoyo adicional por la renovación de sus pólizas. En 2016, este apoyo por renovación es mayor si se trata de la contratación de opciones de aseguramiento con cobertura de sequía.

¿Qué está pasando con el seguro del olivar, que sigue siendo causa de quejas por parte de algunas organizaciones agrarias y cuyo nivel de contratación es aún bastante bajo?

Para el sector del olivar, el nivel de ingresos por las ayudas de la PAC se traduce en una menor dependencia entre el volumen de producción obtenido y los ingresos de las explotaciones.

Además, la principal preocupación de los olivareros no es tanto el volumen de producción obtenido, como el precio de venta que la aceituna alcanza en el mercado cada campaña, no estando el riesgo de variabilidad de precios entre los asegurados por el sistema de seguros agrarios.

Pese a ello, y conscientes de la dificultad de penetración del seguro agrario en este sector, se sigue trabajando para elevar los niveles de implantación, por lo que ya están previsto algunos cambios de interés para 2016.

Prueba de nuestro compromiso es que en 2015 hemos incrementado la subvención, de forma que todos los olivicultores que contraten el seguro bienal podrán beneficiarse este año de la subvención adicional por características del asegurado, lo que supondrá un aumento de su subvención del 27%. Además, se ha elevado un 15% la subvención base con respecto a la del año anterior.

Ahora que las CC.AA. han vuelto a destinar presupuesto a los seguros agrarios, ¿no se tendría que blindar dicho apoyo, al estar en juego la garantizar de unos mínimos ingresos al productor, cuya actividad económica depende de factores externos no controlables?

En España, la mayoría de las competencias de Agricultura están transferidas a las CC.AA.. No obstante, y aunque los niveles de apoyo autonómicos son determinantes también a la hora de adquirir pólizas de seguros por nuestros productores, el Magrama trabaja para minimizar los desequilibrios que pudieran generar distorsiones de competitividad entre territorios.

Para ello ha decidido prestar el máximo nivel de apoyo permitido por la UE (el 65%) a las opciones de aseguramiento que protegen frente a daños catastróficos y que cubren daños superiores al 30%, para que todos los agricultores españoles tengan acceso a estas líneas de seguro en las mismas condiciones.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que la ayuda que concede el Ministerio, a través de ENESA, supone alrededor del 80% de la subvención total al seguro agrario en España, lo cual garantiza un alto grado de homogeneidad en las condiciones de acceso a la subvención.

¿Considera que la UE seguirá en un futuro el mismo camino que Estados Unidos de suprimir los pagos directos y potenciar, en cambio, el aseguramiento de los márgenes de ingresos o rentas agrarias?

Es evidente que las políticas de seguros agrarios alcanzan cada vez más adeptos en el ámbito internacional y que su protagonismo, por los resultados obtenidos en los países que los tienen, seguirá siendo creciente en las políticas estratégicas internacionales.

Lo es también para nosotros, desde la firme convicción de que la suscripción de una póliza constituye, en la era de la globalización, una herramienta de competitividad que permite a agricultores y ganaderos trabajar, invertir y mirar con tranquilidad hacia el futuro.

Dicho esto, y poniendo en valor el interés del reconocimiento comunitario a una política de seguros agrarios, conviene subrayar que la PAC es una política prioritaria en el seno de la UE y lo es también para España. PAC y política de seguros agrarios no son incompatibles, y España es un buen ejemplo de ello.

¿Por qué a España se le aceptó seguir con el actual sistema nacional de seguros agrarios y no lo incorporó a la financiación del Reglamento FEADER de Desarrollo Rural, como hicieron otros países de nuestro entorno?

El modelo de seguros agrarios en el marco de FEADER sólo permite subvencionar aquellos seguros que cubren pérdidas catastróficas, es decir, aquellas que suponen la pérdida de más del 30% de la producción en una explotación.

Además, las medidas de apoyo con cargo al FEADER son definidas por cada comunidad autónoma en su respectivo ámbito territorial a través del correspondiente programa de Desarrollo Rural (PDR)..

En cambio, el ámbito de aplicación del Sistema de Seguros Agrarios es nacional y pone a disposición de todos los productores esta herramienta con independencia del territorio en el que se ubique su explotación. Además, nuestro sistema de seguros ofrece apoyo público a la contratación de pólizas, al margen de cual sea el nivel de daños que desencadenen las indemnizaciones correspondientes.

¿Sería viable el actual sistema sin el papel que tiene encomendado el “pool” privado de AgroSeguro y, por supuesto, sin la cobertura o las garantías que aporta el Consorcio de Compensación de Seguros?

Unos de los éxitos del Sistema de Seguros es la colaboración público-privada, pues las entidades aseguradoras no actúan en este sistema de forma independiente.

La elevada exposición al riesgo del sector agropecuario recomienda que la respuesta se ofrezca de forma conjunta y solidaria por todas las entidades participantes, en lo que se denomina el cuadro de coaseguro. Agroseguro es la empresa gestora del mismo, actuando como portavoz de las entidades a las que representa.

En este partenariado público-privado, a diferencia de otros sectores del seguro donde la compañía puede decidir a quien asegurar y a quien no, y las compañías aseguradoras están obligadas a ofrecer cobertura a todos los agricultores y ganaderos que lo deseen, resulta fundamental entenderse.

Por eso, las relaciones son óptimas. Ambas partes trabajamos en la misma dirección para dotar al sector agrario de un instrumento útil y a un precio razonable.

El cuanto al papel del Consorcio de Compensación de Seguros es también fundamental, puesto permite afrontar excesos de siniestralidad, manteniendo estable el sistema en años catastróficos.

Un papel menos conocido de ENESA es su intensa actividad internacional de colaboración y difusión del sistema español de seguros agrarios. ¿Estamos ante un sistema “exportable” y valorado en muchas partes del mundo?

ENESA colabora con los responsables del diseño de estrategias de gestión de riesgos en las administraciones públicas y entidades privadas de distintos países, no solo en Europa, sino también en África y en especial América Latina y Caribe, e incluso Asia.

Asimismo, colabora con organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, la OCDE o la FAO. También hemos trabajado con países tan diferentes como Méjico, Rusia o Vietnam.

Por tanto, todo esto es un ejemplo claro de que nuestro sistema de seguros agrarios y su nivel de desarrollo constituyen un referente mundial para la puesta en marcha de sistemas similares en países terceros.

 

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